TW: TCA, chiquis cuídense por favor.
Déjenos solas escuché y vi como Venable salía como si no hubiera pasado nada y Sandra se le veía preocupada. Como me habían comentado el primer día aquí se permiten con castigos y bueno, también tengo un poco de miedo en este momento no sé qué puede hacer Blanchett.
-siéntate- nos dirigimos a la mesa y tomé asiento comencé a mover la pierna en señal de nerviosismo inconscientemente. -ahora me vas a contar qué pasa, sé cómo me he portado contigo estos días pero me tengo que cerciorar que estés bien- Me removí en mi asiento.
-prefiero comer- tome los cubiertos y comencé a probar la comida, realmente estaba muy rica pero no tenía hambre así que solo pude comer un poco, antes de que me dieran ganas de vomitar. Me levante tomé el plato y lo dejé en la cocina, mire a Blanchett que estaba pendiente de todos mis movimientos -con permiso- subí lo más rápido que pude a mi habitación el cuerpo me temblaba quizás si debí haber comido más, tal vez era por mi nerviosismo no lo sé. Abrí la ventana y busqué un cigarrillo sabía que eso era lo único que me calmaría. No había pensado en nada hasta la mitad de mi cigarrillo, ahí fue cuando su imagen me vino a la cabeza si ella no hubiera aparecido en mi vida no estaría aquí. ¿Por qué tuvo la necesidad de romperme? Si ella no me quería ¿por que estuvo conmigo? ¿Doy pena? Por eso estuvo conmigo, por pena.
Estaba temblando necesitaba salir, correr, buscarla y decirle todo lo que le quería decir. Que me usó, me rompió, no era justo que ella con 10 años más que yo fuera aún más inmadura. Creo que jamás me volveré a enamorar. Me puse ropa para entrenar tomé mis cigarrillos, mi teléfono y salí de la habitación no podía estar más allí, prefería el castigo si me veían a estar ahí llorando por alguien que no lo vale.
Llegué a la cancha de atletismo, calenté y me fijé si no había nadie mirando o cerca, al parecer realmente no había nadie. Saque mi teléfono y eran las 2 de la mañana había pasado tantas horas en crisis que ni me di cuenta cómo pasó el tiempo, lo más probable es que todos los funcionarios estuvieran durmiendo, así que me puse mis audífonos y comenzó a sonar "happier than ever" solo pude pensar -excelente canción Helena- y comencé a correr como si mi vida dependiera de eso corrí y corrí. A la décima vuelta de la cancha ya no podía más, mi cuerpo no podía más ya no aguantaba tanta pena en mi interior, no negaré que hacer eso me sirvió muchísimo pero aún había algo, una sensación de vacío, de angustia, de insuficiencia, algo había y aún no podía descubrir que era. Me senté en las bancas que habían a un costado de la cancha y comencé a fumar, sentí un alivio inmenso quizás eso me faltaba... llorar, fumar y descargar mi rabia en algo.
Cuando iba cruzando el campus pude visualizar una silueta, la podía reconocer totalmente, Venable. Guarde mi teléfono, prefería que me quitara los cigarrillos que el teléfono. La mire pensé "bueno, lo que menos quiero es que Venable conozca este lado de mi así que existe la pequeña posibilidad de que aún no haya ido al oftalmólogo y tenga miopía así que veré que hace si me voy vuelta y camino hacia el lado contrario" dicho y hecho me di media vuelta y comencé a caminar rapidito por el campus no alcancé a caminar ni 3 metros porque escuché
-BETANCOURT!- me di media vuelta y me sequé las lagrimas mientras esta se acercaba a mi tenía una cara de preocupación, pero cuando llegó tenía otra cara, un desplante más rígido por un segundo me dio miedo. -camina- ella iba adelante así que yo solo la seguí, por lo que recordaba en el camino me estaba llevando a su oficina y cuando llegamos lo confirmé. Así era, abrió la puerta de su despacho y me hizo una seña para que me sentara, ella no se sentó detrás de su escritorio si no que se sentó al lado mío.
-Mira, te estoy preguntando esto porque quiero saber, porque me preocupas y si yo estoy preocupada por ti tus padres deben estar peor, así que... ¿qué ocurre?. No me digas que nada y que estás bien. Hace días que no comes prácticamente, tus ojos están llorosos y tienes cara de no poder más con la pena que te invade- sólo la miré, no sabía que responderle que decirle, que hacer entiendo que es amiga de mis padres pero no debe por que meterse en mi vida.
-estoy bien, no necesito nada- le dije mirándola a los ojos mientras podía sentir cómo los míos se cristalizaban. Ella se puso de pie y se agachó para quedar más pequeña que yo
-¿por qué me mientes? Se que quizás no soy una persona en la que quieras confiar- me tomo la mano y comenzó a hacerme pequeñas caricias -esta bien si no me quieres contar pero por favor si necesitas algo aquí estoy, allí esta Sandra y hasta Cate pero por favor hazlo- asentí a todo lo que ella me dijo podía sentir su calor y no me refiero a nada erotico si no que sentía ese calor, ese de hogar cuando sabes que estás a salvo en ese lugar. Eso me transmitía Venable, ese calor y sí, aunque me tratara mal, fuera distante e indiferente conmigo, ella me proporcionaba eso.
Se levantó y buscó dentro de su escritorio algo, yo la miraba pero no entendía lo que hacía, saco de este una barrita de cereal con proteínas y una botella de agua.
-ví cuantas vueltas diste a la cancha, no puedes estar así de deshidratada ni sin comer, son de proteínas y bajas en calorías, confía en mi- cuando deje de comer comencé a bajar de peso y me gusto la sensación de poder controlar eso así que creo que ya no es el típico "no me da hambre" si no que ignoro esa necesidad, quizás es por la pena que aún siento pero creo que en parte también es eso, el sentimiento de que aunque todo se me fue a la mierda con mi vida últimamente eso lo podía tener bajo control, se que no es sano, para nada pero me gusta esa sensación.
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olvidar-te
FanfictionOlvidarte, hasta que el té ya no me sepa a ti. Hechos reales mezclados con mucha ficción.