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Venable me estiro los papeles
-tienes 45 minutos para cada prueba, las harás en este orden lengua y literatura, ciencias, matemáticas e historia. En la tarde darás la prueba para ser admitida en la extracurricular, aquí tienes un lápiz y un borrador no puedes preguntar nada y tu tiempo corre desde ya.

Cate me miró y se fue, así que ahí estaba yo casi 3 horas junto a Venable, cada segundo las odiaba más. Entiendo que sean estrictas pero no monstruos.
Termine las 3 pruebas y revise cada una, al final me di cuenta que tienen un nivel bastante alto en lo que respecta a la educación en este lugar. Agradezco haber ido a un colegio donde me enseñaron todo lo que salía en los tres exámenes, creo que solo me salté algunas de matemáticas ya que no son mi fuerte y siendo discalculica menos, solo espero que no me hagan ningún reforzamiento.
Junté los tres exámenes y los acomodé en el escritorio con su lápiz encima
-¿ya me puedo ir?- le pregunte algo cansada
-sí, a las 5 en punto, debes estar en el gimnasio que está detrás de la biblioteca, ahí te darán todos tus implementos.- asentí y salí de esa oficina estaba tan cansada ya eran las 12pm y solo quería dormir así que fui a mi habitación.
Estaba allí recostada hasta que mi teléfono comenzó a vibrar, eran mis padres, estaba tan molesta con ellos ¿por que le contaron eso a Venable? Y ¿como que son íntimos amigos? Tenía tantas preguntas y estaba tan enojada que preferí cortarles, poner una alarma a las 4 y dormir.
Sonó la alarma y me desperté de golpe, me senté en la cama y ya no quería ir pero debía. Así que me puse ropa deportiva y salí de mi habitación, era bastante temprano pero quería ver cómo patinaban las demás y ver a qué me enfrentaba. Después de mucho tiempo buscando el famoso gimnasio lo encontré y pude ver como eran las chicas, altas delgadas, prácticamente volaban sobre esos patines. Cuando era pequeña gané varias medallas, pero jamás las suficientes. Me tuve que retirar por una lesión en mi pie que con los años sanó y siempre quise volver pero siempre encontraba una excusa para no hacerlo ¿miedo al fracaso? Tal vez.
Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no noté cuando la entrenadora se me acercó.
-¿si?-
-hola, Helena Betancourt- dije mientras le estiraba mi mano hacia la desconocida.
-¿nueva verdad?, soy Jessica Chastain tu entrenadora si es que pasas la prueba y cuéntame ¿has patinado anteriormente?-
-mucho gusto y sí, de pequeña competía pero lo dejé. Disculpe creo que llegué algo antes pero me emocionaba la idea de venir a ver-
-tranquila es mucho mejor que hayas llegado antes, acompáñeme te daré el equipo. Aunque dame un segundo.
¡Chicas, termino el entrenamiento, pueden irse temprano hoy!- las chicas guardaron sus cosas y se fueron, mientras se iban nosotras caminamos hacia unos casilleros para que me entregaran mis implementos.
-¿que talla eres?-
-39-
-me lo imaginaba- me alcanzó los patines y nos fuimos a sentar a las bancas. Me los probé y me quedaban excelentes así que salí a andar un momento.
Extrañaba tanto esa sensación, hice un par de trucos básicos y otros más avanzados, preparé una pequeña rutina y justo en ese momento llegó Venable.
-llegó temprano señorita Betancourt- me miró de pies a cabeza para luego mirar a Jessica la cual le asintió con la cabeza. -bueno, veamos que tienes-.
Termine la rutina bastante orgullosa de mi no estaba tan mal para ser la primera vez que patinaba en años pero no era suficiente para mi. Si me quedaba debía practicar día y noche.
-¿te sirve?- le dijo Venable a Jessica con un poco de asco en su cara.
-si, tiene muchísimo potencial- dijo está muy emocionada. -lo hiciste excelente- mientras Jessica me decía eso escuchaba los tacones de Venable cada vez más lejos, ella ya no estaba. Me desabroche cada patín y los guardé cuando se los iba a entregar a Jessica esta me miró confundida.
-son tuyos ahora o bueno hasta que salgas de la institución y ya que perteneces al equipo toma- me alcanzó una chaqueta -esta la ocupamos cuando competimos y pronto se vendrá una grande así que vas a tener que entrenar aún más, veo que tienes los conocimientos solo falta ensayar-.
Corrí feliz a mi habitación, hace tiempo no me sentía así, completa. Amparo siempre me decía que debía volver a lo que me hacía feliz, que era el patinaje y la música. Jamás volví a ninguno estando con ella ya que quería pasar todo mi tiempo libre junto a ella.

A la mañana siguiente me desperté a las 8:00am nerviosa por mi primer día de clases, me puse el uniforme que estaba en el armario y me maquillé emocionada y a las 8:30 en punto estaba llegando al comedor, tenía miedo era primera vez que veía a todas las personas que constituían la institución. Camine hacia la barra y tomé la última manzana, detrás mío había una chica que le estaba preguntando a la chef si quedaban más manzanas y ella le dijo que no. Así que me doy vuelta para verla.
-hola, ten puedo pedir otra cosa-
-¿en serio?, muchísimas gracias- me estira su mano cordialmente -Amanda Clementi, debes ser la nueva ¿verdad?- estiro mi mano para devolver el gesto.
-Helena Betancourt, y si, soy la nueva- rei tímidamente la chica es sumamente agradable.
Mientras avanzábamos tomé un pote con distintas frutas, cubiertos y un té verde que tenían servidos allí.
-Bueno Helena puedes venir a sentarte conmigo me imagino que no tienes muchos amigos- la mire y asentí. Seguimos caminando hasta unas mesas que estaban escondidas en el comedor, había otra chica más la que me miró y sonrió.
-¿eres la nueva verdad?, me llamo Magda
- un placer, Helena.
Seguimos conversando todo el desayuno hasta que sonó una campana, las chicas me explicaron que es momento de entrar a clases yo no sabía dónde quedaban así que me guiaron. Ninguna tenía clases conmigo ya que tenían a primera hora matemáticas y yo, lengua y literatura.
-Te toca con Venable- dijo Magda haciendo como si le diera escalofríos.
-y a nosotras con Blanchett así que es mejor que corramos- dijo Amanda yo aún no sabía quién era Blanchett o que profesora se apellida así pero en mi segundo bloque tenía matemáticas, ahí  la conoceré. La puerta estaba cerrada así que toqué. Sentí ese ruido, ese tan especial ruido que me hace ponerme nerviosa y aún no sé por qué. Se abrió la puerta y la pude ver ahí tan hermosa "¿por qué estoy pensando así en ella?"
-Betancourt...- miró desde mis pies hasta mi cabeza con un gesto de reprobación. No estoy mal vestida incluso, diría que voy perfecta para la ocasión. Sí, cosí el jumper que nos daban para que me quedara más corto y me puse accesorios para verme más linda pero aún así me veo ordenada con el uniforme así que no me puede decir nada. Tengo el septum y creo que eso podría llevar un problema pero no me importa, llegué a la institución con esto y nadie me ha dicho nada.
-Otra vez tarde, miró su reloj sin las 9:01. Tarde- hizo énfasis en esa palabra tarde... la mire con furia era 1 minuto igual que ayer 1 minuto.
-si me hubiera abierto antes habría llegado a las 9 en punto.

olvidar-teDonde viven las historias. Descúbrelo ahora