24/7-365 estaré contigo

Torturada

Me desperté sintiendo completamente helada, el frío me estaba envolviendo, abro los ojos, estoy en mi habitación recuerdo lo que pasó mucho más temprano, veo que ya amaneció y una corriente de brisa helada choca con mi rostro, me levanto con toda la pereza del mundo y cierro la puerta.

¿Por qué la puerta de mi habitación estaba abierta? ¿Como llegué hasta aquí?¿Será un sueño? Si, tal vez sea solo un sueño, pero ¿por qué sueño con un chico que no lo conozco para nada? ni sé si de verdad el chico existe.

Instintivamente vuelvo enseguida a la cama y me acomodo de nuevo...

—¡Samantha, ven a desayunar!–he escuchado muy bien como mi hermana lo grita, pero hago caso omiso y me restrego en toda mi cómoda cama.

Quién tiene la osadía de arruinar mi sueño de belleza

—¡Samantha, ven o me voy a comer tú comida!– no quería salir a desayunar, es muy molesto el trato que tienen hacia mí, me termino de despertar con la misma pereza que siempre cargo todos los días de mi vida, me dirijo al baño para darme una ducha de agua fresca muy relajante, también para que se me quite el sueño, me despojo de mi ropa y entró a la ducha. Media hora después salgo envuelto en una toalla, voy y buscó en mi armario la ropa más decente que tengo, ya que tengo que ir a la prepa.

Me arreglé lo más rápido que pude. Una vez ya lista, bajo y entro en la cocina.

—buenos días, aquí me tienen– no quería bajar a desayunar pero al escuchar a mi hermana decir eso corrí por esas escaleras, uff casi me mato por esas escaleras, bueno creo que exageré, la pereza casi me mata – Katiuska ¿Donde esta mi comida?- interrogo al ver que solo estába ella comiendo y en la mesa había de todo menos mi comida.

— Sirvete tu misma, para eso tienes dos manos que no solo sirve para tocar tu lindo violín - la reyna del sarcasmo.

— Es un chelo - le corrigió.

— como sea- dice rodando los ojos.

Está es una de las razones por las cuales yo no me siento cómoda comiendo con mi familia y optó por comer de camino a la prepa siempre.

— Hola, Kati mi niña hermosa ¿como amaneciste?- le dice mi madre a mi hermana menor con una dulzura que me pondría diabética - hola, Samantha, ¿ya te vas?- dice ella con un tono amargado, sip está es la misma mujer que tengo de madre.

— si, ya me voy.

— no vuelvas- dice mi madre en un susurro con el odio destilando le por los poros.

Es obvio el bello amor de madre que me tiene (nótese el sarcasmo)

Desidí hacer me la invisible y la sorda. Me dirijo a mi habitación me maquillo, lo básico, no voy a ninguna fiesta, busco mis libros, mi teléfono y salgo caminando a la preparatoria, solo son unas cuantas calles, son solo dos clases que tengo el día de hoy, pero son las más largas y me será útil para distraerme de mis pensamientos malisiosos.

Solo quiero que en algún momento de mi vida mi madre este orgullosa de mí, ¿Eso es de mucho pedir?...

El desprecio y el desamor que me tienen mis progenitores son por haber nacido yo no merezco estar viva.

[...]

Unos segundos más y no me dejan pasar, está es una falta muy extraña para mí, soy una buena estudiante y casi nunca llegó tan tarde.

Y lo peor es que no puedo culpar el tráfico, por qué no tengo auto y no puedo culpar la lejanía de la distancia de casa porque como ya dije vivo a unas calles de la prepa.

Si, esos cuentos ni yo me los esperaba, pero hoy no estoy de humor para las clases en este momento.

Quién quiera que me viese se estaría riendo pues tengo la típica cara de tortura de una niña cual obligan a acudir a clases, hubiera preferido quedarme en casa haciendo los deberes de matemáticas mil veces que hacistir.