ÉL.
—¡Mamá! ¡Ya estamos aquí!—grita mi hermano nada más entrar por la puerta de casa, cargados con bolsas de la compra.
—No grites, subnormal, que seguro que está durmiendo—susurro detrás de él mientras le estampo una de las bolsas en el culo y le hago tropezar.
Nos dirigimos a la cocina en silencio para dejar las bolsas. Y ahí está nuestra madre, sentada delante de la mesa de la cocina mientras pela papas para hacer la comida. Tan risueña como siempre, tan frágil como nunca.
—¿Ves que no está durmiendo?—dice el idiota de mi hermano.
—Pues debería—reprendo a mi madre con la mirada.—Mamá, ya te dijimos que de eso nos ocupábamos nosotros.—me refiero a las tareas de la casa, entre ellas, cocinar.
—Déjate de tonterías, niño—me riñe cariñosamente mientras termina de pelar una papa y empieza con otra—No puedo pasarme todo el día en la cama. Además, ustedes también tienen cosas que hacer.
Asiento, aunque no muy convencido, y empiezo a colocar la compra en los estantes de la cocina mientras mi hermano lo hace en la nevera. Esta vez no le rechistaré. Ella es la madre, no yo. No puedo estar todo el día encima de ella, no puedo protegerla constantemente.
—Por cierto, una chica tocó la puerta hace un rato—comenta mi madre con visible curiosidad.
Estoy de espaldas a ella pero puedo sentir su mirada sobre mí.
—¿A vender galletitas, como las scout?—pregunta mi hermano como si estuviera haciendo un buen chiste. Se cree que es gracioso, algún día le dirán la verdad y se llevará el palo de su vida.
—No, vino preguntándome algo de unas notas...No lo entendí mucho, me despertó, salí rápido de la cama y todavía no estaba muy lúcida.
—Pues no sé.—digo, sin más, mientras cierro un armario y abro otro para meter una bolsa de gusanitos de queso.
—¿Notas?—dice mi hermano en tono burlón mientras me mira a mí. Le fulmino con la mirada intentando decirle con telepatía que mantenga la bocaza de buzón que tiene cerrada.—Pues ni idea—y no se calla el cabrón—¿Y era guapa?—le pregunta a mi madre mientras coloca la última cosa que queda en la bolsa en la nevera, luego me mira de reojo. Este quiere pelea. Estoy a punto de saltar encima suyo cuando mi madre habla de nuevo.
—Pues...tiene un aire así como...bohemio—suelta, como si estuviera inspirada. O fumada. O las dos cosas a la vez.
—¿Bohemio? JAJÁ—se burla mi hermano mientras cierra la nevera.
No puedo parar de mirar la escena, oyendo a mi madre hablar de ella. Mientras mi hermano se recrea imaginándola a su manera, de una manera poco decente, seguro. Él no la ha visto, pero yo sí. La muy lista está intentando descubrir quién soy. Pero no se lo voy a poner tan fácil.
—¿Y qué le dijiste?—le pregunto a mi madre, fingiendo no parecer interesado.
—¿Qué le iba a decir? Que ni idea, que no sabía de lo que me hablaba. Me enseñó las notas pero...Espera. ¿No será alguno de ustedes, no?
—Yo no.—soltamos mi hermano y yo a la vez.
Nuestra madre nos mira fijamente, intercalando la mirada entre uno y otro.
Nos va a pillar, nos va a pillar, nos va a pillar. ¿"Nos"? ME. ME VA A PILLAR.
Finalmente, se queda mirando para mí. Seguro que estoy con la cara como un tomate, siempre me pasa lo mismo. Y encima, el gilipollas a mi lado se está empezando a reír. Y no es una risa normal, parece Risitas, el perro de los dibujos que veíamos cuando éramos pequeños, los Autos locos creo que se llamaban.
—Vale—dice mi madre, con una sonrisa encantadora, sin dejar de quitarme la mirada de encima. Deja de mirarme parar recoger de la mesa las pieles de las papas ya peladas y tirarlas a la basura—Qué raros son mis hijos, de verdad. Uno se ríe por todo y el otro no sabe mentir. Venga, a ver qué trajeron del super. ¿Encontraron todo lo de la lista que les hice?
Si es que es imposible mentirle a una madre.
♡♡♡
¡Hola! Poco a poco irán conociendo a los personajes. Para mi está siendo muy guay reencontrarme con ellos, y también mostrar más partes suyas. Esta también es una escena nueva.
Espero que les esté gustando. Me encantaría que me lo hicieran saber en los comentarios.
¡Nos leemos!
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¿Quién es ella?
General FictionÉl pasa notas por debajo de su puerta, tiene curiosidad por su ¿vecina? A ella le atormenta una melodía y debajo de su piel esconde la tristeza. ¿Quién es ella?