Cinco

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- ¡CHICOS! ¡CHICOS! - Diego entro de prisa y alarmado a la sala, donde estaban todos a excepción de número ocho, Cinco se encontraba sentado alado de la misteriosa chica mientras veía con poco disimulo y con mucho enojo a Diego - ¡SE LLEVARON A _____! - Cinco dio un salto en su asiento, casi aventando a la desconocida mientras todo su cuerpo se ponía alerta.

- ¿¡Cómo que se la llevaron Diego!? - se acercó a él amenazante.

- Eran dos mujeres, una de nuestra edad y la otra bastante mayor, algo me hicieron que no podía moverme y ella cayó inconciente - sonaba bastante alterado mientras contaba.

- Eres un estupido número dos - hablo con furia y se teletransporto a su habitación, debía buscar una manera de encontrarla, a pesar del dolor en su pecho al ver qué cualquier otro podría tocarla menos él, su preocupación era mayor y el miedo de que pudieran hacerle algo.

- _____ Hargreeves - los ojos de número ocho se abrían poco a poco, acostumbrándose a la tenue luz del lugar mientras sentía su cabeza dar vueltas - Tan ingenua y tan débil frente a mi - la sonrisa de la mujer se extendía en su arrugado rostro, sus dientes eran amarillentos como si toda su vida hubiera fumado, y su atuendo era tan extravagante que parecía de pasarela - Le dije a tu madre que pagaría por quitarme a mi hombre, y aunque ella ya no esté, me las cobrare contigo - acaricio las mejillas de número ocho, mientras apreciaba cada una de sus facciones - Eres igual a él, toda una Hargreeves.

- ¡No soy una Hargreeves! Soy adoptada por el señor Hargreeves - hablo molesta y confundida, sus ojos ardían a causa de las lágrimas y en su corazón había una sensación de angustia.

- Oh, para nada querida, verás, te contaré una linda historia de amor - acercó una silla frente a ella y se sentó de una manera que derrochaba porte y elegancia - Reginald Hargreeves fue un joven codiciado, amante de lo extravagante y para nada introvertido, vivía en las sombras y el misterio, nunca se sabía que hacía o a dónde iba; cuando lo conocí quedé embelesada por él, lo atraje a mi, hicimos planes, nos enamoramos hasta que un día apareció Grace Smith, la joven más codiciada de todos los ángeles había hecho aparición nada menos que en Toronto, y Reginald fue tras ella, a mis espaldas - sonrió mirando al frente pero en su pecho no había más que amargura y dolor - Tuvo a una pequeña hija bastarda, _____ Hargreeves, experimento con ella y con el pequeño número Cinco, ¿Lo conoces no? - ____ asintió llena de confusión - Cuando Grace describió lo que le hacían a su pequeña hija huyó, dejando al loco de Reginald atrás, llevándose a su hija con ella, y aún así el bastardo de tu padre no quiso volver conmigo, ¡Me humilló frente a toda la mesa directiva de su estúpida empresa! Así que decidí buscar a su pequeña bastarda y a su querida esposa Grace, pero tú madre no era estúpida _____, supo esconderse bien todo el tiempo, hasta que claro, tus poderes se dieron a notar y Reginald la mato; ¿Sabías eso no? - número ocho no sabía en qué momento había comenzado a llorar, solo sabía que no podía parar después de toda esa información - ¡Oh! Y adivina qué pequeña O-c-h-o, tu padre es el culpable de que Cinco te haga daño cada vez que te toca, el lo hizo y el puede revertirlo - hablo divertida y ____ sintió su corazón latir con fuerza.

- ¿Y qué quieres de mi? ¿Por qué me cuentas todo esto? - hablo desesperada mirando los ojos de la mujer que aún desconocía.

- Eso es muy fácil querida, quiero que traigas a Cinco con nosotros, necesito que ambos me hagan unos favores, al final les diré como revertir esa horrible maldición que les impide amarse - sonrió grande causando un escalofrío en _____.

- ¿Cuál es el truco de todo esto? - la miró fijamente y se pregunto cómo es que podía fingir tan bien esa sonrisa.

- ¡No hay truco linda! Todo será tan fácil como matar a un animal - ¿Matar un qué? Se pregunto mentalmente sin entender - Tienes medio día para traer a Cinco, si no lo logras, ambos estarán muertos, ¡Suerte! - y ya no estaba en esa habitación, de nuevo estaba en la academia, con el corazón a mil por hora pero con la esperanza más grande que nunca.

Sin Tocarte |CINCO HARGREEVES|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora