『Juego de niños』

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Protagonista(s):

Marlon y Kalem

¡Disfruten de esta
pequeña historia!

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Ese día ambos habían salido al parque un rato, el niño de cabello bicolor quería divertirse fuera de casa

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Ese día ambos habían salido al parque un rato, el niño de cabello bicolor quería divertirse fuera de casa. Tuvo que salir con su guardián convertido en un conejo de peluche para poder pasar desapercibido ante los demás, salvo para su protegido.

Kalem le había pedido permiso a la sirvienta que vivía con él para salir, ella se lo permitió, siempre y cuando se mantuviera a la vista de su hogar. Sus padres estaban de viaje por trabajo, así que no solían estar en casa mucho tiempo, pero al menos no lo habían dejado vivir completamente solo.

Afortunadamente, el parque no quedaba muy lejos de su casa, al menos el pequeño niño no iba solo, estaba acompañado de su guardián después de todo, quien al no estar a la vista de nadie más que Kalem al salir de su casa y llegar al parque, se transformó en su forma humana, ahora siendo un chico de ojos amarillos, cabello negro y de puntas blancas en su flequillo.

— ¡Marlon, vamos a los columpios! —le dijo Kalem al mayor tomándolo de la mano.

— Está bien, vamos Kalem —Marlon rió un poco, sintiendo ternura por el menor.

Ambos comenzaron a caminar hacia los columpios, al llegar ahí el niño se sentó en uno de ellos, para luego mirar al mayor quien se iba a sentar en el otro.

— Uhm... Marlon, ¿me puedes empujar un rato? —preguntó el niño de cabellos bicolor.

— Kalem, tú sabes cómo columpiarte —Marlon sonrió leve, riendo bajo ante la pregunta del niño—. No necesitas que te empuje.

— Me gusta que me empujen en el columpio... —admitió Kalem inflando un poco las mejillas—. Anda, al menos por esta vez, ¿sí? —lo miró de nuevo insistiendo. Marlon rió bajo 

— De acuerdo, pero después lo harás tú solo, ¿de acuerdo? —cuestionó el mayor.

— ¡Entendido! —Kalem asintió sonriendo alegre.

Marlon fue detrás de Kalem, para luego comenzar a empujarlo con suavidad, aunque aplicando algo de fuerza cada vez que el niño volvía a él aún sentado en el columpio. El menor sólo balanceaba sus piernas, riendo bajo.

Cuando Kalem le avisó a Marlon que ya podía parar de empujarlo, el mayor sólo obedeció para luego sentarse él en el otro columpio, y comenzar a balancearse él mismo.

Marlon no podía negarlo, era muy divertido. Sentir la brisa moviendo su cabello mientras subía y bajaba y a la vez sentía cierta emoción al pensar que podía alcanzar las nubes con sólo verlas cuando el columpio iba hacia adelante.

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