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Al haber pasado una hora, el cartel de operación se apagó y las puertas se abrieron. Todos se levantaron expectantes al doctor.
—Evitamos que muriera, la operación fue un éxito.
—Menos mal. — la azabache agarró su pecho y Atsushi acarició su brazo tranquilizándola. Ella lo abrazó con fuerza dejando que algunas lágrimas se escapen. Él, sorprendido, sonrió correspondiendo al abrazo.
Ciara no soportaba la idea de que Draken muera estando ella desde el principio de la situación, que él esté vivo había sido un gran alivio y su primer paso como futura médica.
—¡Ak-kun! — sus amigos lo llamaron.
—¡Voy!
—Tengo que seguir con la residencia. — lo miro con una pequeña sonrisa secando sus lágrimas.
—Buena suerte. — la saludó con un ademán mientras corría tras sus amigos.
—¡No es justo! ¡Te quedaste con la chica! — le reprochaban sus amigos.
—Ciara.
—¿Si doctor?
—Hoy hiciste un gran trabajo, ve a dejar las matas a la lavandería del hospital y anda a tu casa, mañana te encargarás de cuidar a mis pacientes, confío en ti.
—Si señor. — una gran sonrisa se posó en sus labios. Rápidamente tomó las toallas y salió fuera del edifico.
Camino por los patios internos de la clínica y observó a Mikey contra una pared. Pensó en ir a avisarle que no debía estar allí pero al escucharlo sollozar prefirió dejarlo solo y pasar como si no lo hubiera visto.
Esa noche llego tarde a casa, su hermano la recibió preocupado porque no entendía el teléfono.
—¡La próxima vez lleva cargador! ¡No se! Pero sos tonta ¿Eh? Me asústate en serio. — hablaba enojado.
—Perdón, perdón, hoy tuve un día de locos. — apoyo su cabeza en el pecho de su hermano —¿Me das un abrazo?
—Si, boba, no me vuelvas a asustar así.
[ ... ]
A la mañana síguete, Ciara se despertó con muchos ánimos.
—¿A qué se debe tu sonrisa tonta?
—El doctor me dijo que confía en mi y que hoy me voy a encargar de cuidar a sus pacientes. — hablaba contenta.
—¿Y por eso te levantaste tan temprano?
—Si. — agarró un abrigo.
—No dormiste nada.
—Hoy llego temprano a casa y lo compenso, nos vemos. — sonrió saliendo de casa.
—¿Llevas el celular cargado? — se asomó por la puerta.
—¡Si! — le contestó a lo lejos.
[ ... ]
—Buenos días Yamamoto-san.
—Buen día. — sonrió.
—Está semana le toca estar en la zona de pacientes del doctor Owaki.
—¡Si! Voy para allá.
—Buena suerte.
—¡Igualmente! — saludo y se dispuso a leer su planilla —Todos los pacientes están en la misma habitación. — frunció el ceño mientras llegaba al lugar —Buenos días. — abrió la puerta.
—Buen día señorita enfermera. — habló una anciana.
—Es una decisión en el momento, pero para que todos se sientan más cómodos vamos a darles una habitación a cada uno. — avisó a los pacientes.
—Que buena noticia. — se alegro una madre que estaba en reposo junto a su hijo de dos años.
—Va a tomar tiempo, sean pacientes por favor.
—Claro.
—Muchas gracias.
[ ... ]
Para el mediodía ya estaban casi todos los pacientes en sus respectivas habitaciones.
—Creo que solo faltas vos. — observó el gran salón vacío y en el fondo Draken en su camilla.
—Así es~
—¿Cómo te sentis? — hojeó algunos papeles de su informe sobre los pacientes —Ken. — leyó su nombre.
—Prefiero que me digan Draken.
—Está bien. — anotó.
—¿Qué estás haciendo?
—Puse en tu informe que preferís que te digan Draken, así la próxima o el próximo enfermero que venga ya sabe. — le sonrió.
—Gracias. — habló con una gran sonrisa —Te preocupas mucho por los demás. — la observaba mientras ella desconectaba cables para poder cambiarlo de habitación.
—Si, aunque es parte de mi trabajo, verdaderamente lo hago. — comenzó a empujar la camilla.
—Ajá~
—Bien, esta es tu nueva habitación. — volvió a conectar los cables.
—Gracias. — seguía hablado con una sonrisa.
—Espero te sientas cómodo, cualquier cosa que necesites puedes pedirme.
—Me gustaría que hagas lo mismo de ayer.
—¿Eh?
—Eso de ponerte arriba mío para hacer RCP.
—¡¿Qué?! — frunció el ceño con un tono rojizo en las mejillas —¿Cómo es posible que estuvieras consiente en medio de un paro cardíaco? ¿Sos un alíen?
—Quizás. — sonrió al ver la primera reacción de la azabache —¿Y?
—Y ¿Qué? — ella acomodaba algunas cosas en los armarios de la habitación.
—¿Vas a hacer lo que te pedí?
—Morboso.
—¿Yo? Vos sos la que dijiste que cualquier cosa que necesite podía pedírtela.
—Vos sos el que le diste doble sentido a mis palabras. — se cruzó de brazos.
—Puede ser~
—Estas con los efectos de la anestesia, saca esa sonrisa de tonto. — agarro un chupetin de su bata —Que tengas lindo día. — abrió la puerta para irse de la habitación.
—Espero tu vista de mañana, señorita enfermera~
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