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Se dio la mañana y lo primero que lo hizo despertar fue el sonido de la puerta abriéndose de golpe, dejando ver a una Sarvente bastante alterada, incluso más que otros días, ella se acercó a su compañero que todavía estaba frotándose los ojos y le extendió el velo, haciendo un pequeño puchero.

—Ayuda por favor —musitó mientras no dejaba de saltar en su posición—. Tengo que estar lista, debo esperar a los encargados que realizarán los últimos arreglos y y y-

—Tranquila, ese disparate saldrá bien —tomó el velo, levantándose para ayudarla a ponérselo y hacer que su cabello entrará todo para ocultarlo—. Tómalo con calma.

—Gracias Ruv, creo que sin ti ya hubiera destrozado la mitad de la casa —rió ligeramente para luego respirar hondo, tratando de calmarse—. ¿Cuidarás la salida?

—De hecho, sobre eso —al terminar se separó, mirándola—. Pienso salir con Whitty, ¿necesitarás mi ayuda?

—¿Hoy? —él asintió y ella se quedó callada un par de minutos, dejando confundido al peligris—. No, está bien, suena increíble que vayas a pasar tiempo con él. No te preocupes por mí, con tus palabras podré manejar todo.

—Gracias Sarv.

—Gracias a ti —le abrazó algo fuerte, dejando un besito en su frente—. Tendrás que arreglar tu ushanka solo, lamento haberte despertado de esta manera, nos vemos.

Ella rió mientras salía de la habitación cerrando la puerta, Ruv suspiró pesadamente volviendo a acostarse para intentar volver a dormir y hubiese funcionado, si no fuera por su celular que empezó a sonar, levantándolo nuevamente para ver de qué se trataba. Encendió la pantalla y era un mensaje entrante de Sarvente, el cuál abrió segundos después.

«Olvidé decirte que dejé algo de desayuno en el microondas por si te da hambre, y recuerda decirle a Whitty que entre por la parte de atrás. Espero que ambos pasen un lindo día hoy. (◍•ᴗ•◍)»

Le respondió de manera agradable para cerrar los ojos de nuevo, intentando conciliar el sueño, aún era muy temprano para tener que levantarse, mas no logró volver a dormir. La pequeña ansiedad de recordar que saldría con Whitmore durante la mayor parte del día y ambos estarían completamente solos ocasionaba un hormiguero inquietante por todo su cuerpo.

Se levantó estirándose mientras se encaminaba hacia el baño de la habitación para tomar una ducha caliente y así despertarse un poco más, salió al paso de unos minutos y tomó todas sus prendas para ponérselas una a una. Lo último que debía colocarse era la ushanka y justo cuando fue a agarrarla, su teléfono comenzó a sonar llamando su atención, lo tomó y vio de quién se trataba, Whitty.

Contestó la llamada sin dudarlo y logró escuchar al otro lado de la línea un pequeño escándalo de fondo, eso le extrañó un poco.

¡Ruv! Hey —escuchó por fin la voz de Whitty.

—¿Y ese escándalo de fondo? —fue lo único que salió de su boca, recibiendo una risa a cambio.

Sólo son Hex y Carol en la cocina, me dijeron que están preparando algo especial —volvió a reír—. No me dejan pasar, así que supongo que están haciendo galletitas con formas.

—Oh, ¿irán con nosotros?

Nah, sólo les pedí ayuda. En fin, pasaré por ti quizás en una hora, estos dos están preparando casi todo lo de la nevera —rió, callando al escuchar un estruendo de fondo—. ¡Van a destrozar la cocina, muchachos!

—De acuerdo... por cierto, Sarv dijo que entres por la puerta de atrás. Sería desagradable que entres y todos los invitados crean que te opondrás a la unión.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora