O4.

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—Toma dos —comentó colocando la carta en el suelo.

—Esto es absurdo —masculló buscando las cartas en el mazo para recogerlas, dejando otra en el suelo.

—No seas mal perdedor, además, no todo el tiempo se tiene suerte de principiante —se encogió en hombros, sonriendo levemente.

Los dos se encontraban en la parte de atrás de la iglesia jugando Uno mientras que Sarvente estaba atendiendo unos asuntos con ayuda de Carol, Pico y Boyfriend, pues ese día Sarv le pidió que viniera para ayudarla y en medio de su camino se atravesaron los otros tres, por lo que aprovecho para llevarlos y dejarlos a ellos a cargo de aquel favor de importancia, para así pasar el rato jugando con el ruso.

—Toma cuatro —dijo el ruso, mirándole después de poner la carta.

—Tu cara de póquer asusta Ruv, pero hoy no es tu día —sonrió con malicia en sus ojos, regresándole el movimiento con la misma carta—. ¡Toma ocho!

—Ugh, ¿qué acaso te tocaron todas esas cartas? —bufó tomando la cantidad del mazo.

—¿Debo responder? —arqueó una ceja.

Escondidos entre los pilares de la iglesia estaban Keith y Pico tratando de ver qué estaban haciendo esos dos, nada parecía estar fuera de contexto entre ellos, simplemente jugaban mientras que Ruv intentaba mantener la compostura al notar que iba perdiendo. Pico colocó la cámara de su celular y acercó la imagen para verlos mejor, observando mejor las cartas del chico bomba abriendo los ojos aún más.

—¡Boyfriend, mira las cartas de Whitty! —se apartó sin dejar de sostener el aparato para que el peliazul mirara.

—Alguien recibirá una patada en el trasero... —murmuró, asustándose cuando Whitty volvió a mirar a la cámara—. ¡Beep!

Después de eso los dos huyeron corriendo con Sarv y Carol para que los chicos no les hicieran algo después de haberlos descubierto espiando. En cambio Whitty y Ruv sólo se miraron encogiéndose en hombros para seguir con su partida.

—Toma dos...

—Toma seis —carcajeó al dejar la carta con las otras.

—¡Esto no es justo! —alzó un poco la voz, provocando un pequeño temblor en aquel establecimiento—. ¡Tramposo!

—¡No estoy haciendo trampa! —se acomodó mejor, acomodando sus mangas ante aquella sacudida—. ¡Eres un mal perdedor!

—¡Y tú eres un ridículo tramposo! —volvió a alzar la voz, provocando que el lugar se sacudiera más.

Aquel movimiento provocó que Whitmore se sacudiera al punto de soltar las cartas que tenía en las manos y las que escondía en las mangas también, dejándolo completamente al descubierto frente al europeo. Miró las cartas en el suelo fingiendo estar sorprendido de verlas, riendo con evidente nerviosismo.

—Eso no es mío... —volvió a reír, reincorporándose.

—Eres. Un. Tramposo —esa mirada asesina provocó un escalofrío por el cuerpo del de tez oscura.

—Vamos a calmarnos, ¿de acuerdo? Sí, bien, lo acepto —se levantó de su asiento dispuesto a salir corriendo—. Soy un tramposo, pero vamos, admite que fue una buena jugada.

Cuando quiso correr el europeo se lanzó sobre él evitándole a toda costa que huyera por esa discusión, Ruv estaba molesto por haber sido engañado pero tampoco quería hacerle daño, sólo deseaba que lo afrontara en vez de huir como planeaba hacer. El rostro del chico estaba contra el suelo mientras el de cabellos grisáceos le colocó sus manos detrás de la espalda, viéndolo forcejear.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora