🍃ᴍɪ ᴘʀᴏғᴇsᴏʀ ᴛɪᴇɴᴇ ᴛɪɴᴅᴇʀ🍃 |ʙʀɪɢʜᴛᴡɪɴ| ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ 🌼

🐺𝔼𝕤𝕡𝕖𝕔𝕚𝕒𝕝 𝕀𝕀𝕀🐰

Un día en la vida de las parejas secundarias, MewGulf, OhmKhao y GunLove.

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MewGulf.

Gulf suspiraba cansado, mientras se estiraba, y tronaba su cuello, tratando de desestresarse. Había sido un día difícil y largo en su salón-boutique, que si no hubiera sido porque su tierno primito, ahora rubio, lo hubiera ido a visitar alegrando y aligerando un poco su día con su desbordante ternura, seguramente ya hubiera mandado a todos al diablo. Apagaba las luces y desconecta a todas las máquinas del lugar, para luego activar la alarma por si entraban ladrones, y cerraba con seguro el lugar.

Su esposo le había marcado hacia diez minutos, diciéndole que lo estaba esperando en el estacionamiento en el lugar de siempre; así que tratando de verse feliz y bonito para su Alfa, se despojó de sus preocupaciones enfocándose en el bonito pálido, que lo esperaba en el auto.

Cuando llegó al estacionamiento, encontró de forma rápida al Alfa mayor que él, más alto, y casi corrió a sus brazos, sintiéndose totalmente relajado, luego de sentir los fuertes brazos rodeandolo y el delicioso aroma del pálido inundando sus fosas nasales.

"Hola, precioso". Saludó el Alfa, besando la frente de su Omega.

"Hola, guapo". Respondió en tono juguetón el menor.

Sé besaron de forma rápida, antes de separarse. El pálido abrió la puerta del copiloto para que su esposo entrara, y luego rodeó el auto, para meterse él también. Puso música clásica a un volumen suave, oyendo como su le platicaba de su día, y él también platicandole al pelinegro del suyo. El viaje se les hizo corto entre risas.

Cuando llegaron a su hogar, el Alfa bajo primero, para abrirle la puerta al Omega. Se sonrieron con complicidad y se adentraron a la bonita y cálida casa.

Gulf empezó a cocinar casi inmediatamente, luego de que ambos se pusieran ropa cómoda, siendo ayudado por su esposo, pero con cositas simples, ya que el Alfa era un poco bastante desastroso en la cocina, y no quería que este se quemara, cortara, o en casos extremos, arruinada algo con su torpeza.

Sabía lo mucho que le gustaba al pálido su forma de cocinar, así que había hecho sus platos favoritos, sólo porque quería consentirlo un poco. Cuando terminaron, se fueron a la sala y comieron viendo un tonto pero gracioso programa de variedades; en los comerciales comentaban cosas del clima o del trabajo, y guardaban silencio cuando el programa volvía a empezar.

Cuando terminaron de comer, el Alfa recogió la loza sucia, y la fue a dejar al lavaplatos, para ponerlo a trabajar, mientras ellos flojeaban un poco. Se dirigió nuevamente a la sala, encontrándose con el Omega acostado en el sofá de forma cómoda, así que siguiendo sus instintos, se acostó sobre este, entre sus piernas, suspirando satisfecho, cuando el pelinegro empezó a acariciar con parsimonia sus cabellos.

"Hoy fue un día largo en el trabajo". Suspiro el Omega. "Pero todo mejora en cuanto veo tu sonrisa".

El castaño había levantado su rostro, para ver directamente al menor.

"Mi día también mejora, sólo con ver tu precioso rostro, mi amor".

Sé besaron de forma lenta, separándose luego de un rato, por la falta de aire.