🅃🄸🄽🄳🄴🅁🔥
~¡Felicidades, Metawin!
𝙋𝙖𝙧𝙚𝙘𝙚 𝙦𝙪𝙚 𝙩𝙪 𝙮 𝘽𝙧𝙞𝙜𝙝𝙩 𝙨𝙚 𝙜𝙪𝙨𝙩𝙖𝙣. ❤️
¿𝙀𝙣𝙫𝙞𝙖𝙧 𝙪𝙣 𝙢𝙚𝙣𝙨𝙖𝙟𝙚?
"[Si]🔥
"[No]
Lo único que el pequeño Metawin pudo pensar fue un:
"¿Como dices que dijiste?".
Lo único que p...
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Metawin yacía acostado sobre su pancita, en el sofá de la sala, de la casa de su Phi. Estaba echándose un poco de brillo en las uñas, porque se veía bonito, ayudaba a que no se le quebraran y también porque simplemente le gustaba mucho.
Había llegado desde temprano a la casa de su Alfa; habían cancelado las clases en su universidad, debido a una "fuga de gas". Cosa que a Win le pareció una excusa barata, sin embargo no dijo nada al respecto, un día libre demás no le venía mal a nadie.
Su padre le había permitido ir a la casa de su pareja, con la condición de que estuviera ya en su casa para la cena. También le dio el visto bueno para que el Alfa se quedara a cenar con ellos.
Habían pasado parte de la mañana y tarde viendo películas animadas, conversando y alimentándose de la comida chatarra que Win había llevado; ni siquiera habían tenido un almuerzo apropiado, sólo comieron ramen picante con kimchi. Uno de los tantos platillos favoritos del menor.
Claro, también se habían besado.
Mucho.
Todo iba bien, estaban acostados sobre el sofá, el mayor entre las piernas del menor y apoyando su cabeza en su pecho, mientras el pelirosa le hacía mimitos en el cabello y se reía de los chistes de la T. V. que a Bright le parecían sosos, pero a su pareja parecían gustarle bastante. Todo estaba en calma, hasta que el teléfono del pelicastaño sonó anunciando una llamada, este dijo que era importante y se retiro a la cocina para contestarla... Y ya llevaba más de veinte minutos atendiendo esa llamada.
Incluso la película que Win estaba viendo había terminado, y como el menor no quería ver más televisión -aunque ese día si se había puesto sus lentes de contacto- tomó un brillo de uñas que había dejado en la casa de su Alfa desde la última vez que fue, y se dedicó a dejar sus manitas aún más bonitas.
Luego de un rato más, pudo oír los pases de su Alfa, y estaba a punto de darse vuelta, cuando sintió como este se arrojaba sobre él suavemente impidiendoselo. El castaño se deleitó con la risita de su linda pareja.
"Phi, ¿Qué estás haciendo?".
"Lo siento, bebé. Pero es que te veías demasiado cómodo... Y de hecho, si lo eres".
