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  —¿Cómo vas con eso?

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  —¿Cómo vas con eso?

  Al escuchar la voz de su amigo desde los inicios de las escaleras del sótano, Harper elevó la mirada pasando de los frascos que yacían en su campo de visión para luego hacer un mohín y mover un poco su mano, indicando de esa forma que iba con progreso. No estaba tan apurada porque seguía siendo relativamente temprano, así que hacer los productos rápido en ese momento no era su prioridad.

  Norman pasó la pequeña toalla por su cabello nuevamente para quitar los rastros de gotas que aún quedaban en algunos mechones de su cabello, los cuales de vez en cuando goteaban y mojaban los hombros de la camiseta que llevaba puesta, y decidió bajar para curiosear un poco más sobre el cómo llevaba Harper a cabo sus preparaciones. Le gustaba mucho aprender cosas nuevas, e independiente de que se tratara de la fabricación de una droga, se sentía dichoso de poder aprender un par de cosas más: la magia de la ciencia, como a él le gustaba decirle de cierta forma.

  Se colocó al lado de su compañera, aún así a una distancia prudente para no distraerla o interrumpir sus procedimientos y ella siguiese teniendo la comodidad que suele emplear a la hora de la fabricación. Varias de las sustancias utilizadas en lo que podría considerar como un fármaco eran desconocidas para él, y le impresionaba qué tan bien podía manejar ella todo eso; Norman admiraba mucho a Harper en el ámbito científico, pues desde que la conoce ella se ha proclamado como una amante de las ciencias y los experimentos, casi siempre podías verla a través de las ventanas del laboratorio en los recesos o incluso luego de clases trabajando en ese lugar, hasta leyendo libros sobre componentes y más durante clases. Le ponía mucha dedicación a ese mundo, y él admira ese lado tan dedicado de ella.

  Lo que pudo reconocer como hojas de marihuana, fueron colocadas en una pequeña juguera junto con una sutancia blanquecina y que a simple vista se veía algo viscosa, y mezcló ambas cosas por un rato de manera que las hojas fueron trituradas y gracias a la rápida revoltura automática, la sustancia también se aguó un poco. Cuando hubo culminado con ello, vertió en cantidades iguales en los dos frascos la disolución.

  —¿Qué es eso? —quiso cuestionar él luego de umos segundos de silencio mientras apreciaba el proceso que Harper realizaba.

  —Aloe vera y marihuana —contestó con simpleza mientras dejaba que su peso se recargara en el respaldo de la silla cuando ya hubo terminado de vertir toda la sustancia dentro. Giró un poco su cabeza en dirección hacia su compañero y dejó ir una risa mientras se cruzaba de brazos—. El naranja no te viene. Y tienes esa camiseta toda húmeda, por dios.

  —¿Eh? Pero es mi mejor camisa —hizo un pequeño puchero mientras bajaba la vista hacia su vestimenta y observaba desde su posición la prenda superior que llevaba puesta: una camiseta anaranjada con un estampado de la pintura de la noche estrellada. También vestía un jean gris junto a las zapatillas con las que había llegado el día anterior.

𝐇𝐄𝐀𝐕𝐄𝐍 𝐊𝐍𝐎𝐖𝐒 || normanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora