Después de la muerte de su madre, Hanna vuelve a Daegu Corea del Sur para encontrar a su padre biológico. En el camino de su búsqueda, conoce al famoso corredor de Fórmula Uno, Choi BeomGyu. Ambos están relacionados desde sus nacimientos y el destin...
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La cara de Hanna no podía estar más roja. El recuerdo de estar tan cerca del rostro de Beomgyu la avergonzaba y el hecho de recordar las palabras exactas que le había dicho no ayudaba. Se acerca un poco más al espejo para ver más a detalle la herida en su labio.
— ¿Está partido? —palpa su labio con cuidado, sintiendo una punzada intensa— Auch... Me volví loca ¿Lo besé? ¿Partí mi labio al besarlo? ¡No! ¿Por qué besaría a alguien que no me gusta en más mínimo? Exacto, no pasó nada solo... ¡Todo sería más fácil si lograra recordar! —revuelve su pelo molesta consigo misma, pero se detiene al escuchar la puerta abrirse—.
Beomgyu había escuchado el berrinche con una sonrisa en el rostro detrás de la puerta, pero al mostrarse frente a ella una vez más lo hace con una cara seria. Tenía planeado hacerla sufrir un poco más, pues estaba igual o más avergonzado que ella por todo lo que había pasado la noche anterior. Hanna se encontraba de espalda y en silencio, pero Beomgyu podía ver su rostro en el espejo que estaba frente a ella.
— Tu labio se ve terrible —sus miradas se conectan a través del espejo— Pero eso lo sabes. Fue la primera vez ¿verdad?
— ¿A qué te refieres? —Hanna responde, volteando su cuerpo sin antes alejarse para mantener la distancia con Beomgyu—.
— Bebiendo... —el chico comienza a caminar hacia ella— Peleando de manera salvaje. Lo peor es que eres una boca suelta —Hanna traga salvia con dificultad al escuchar lo último— Dime ¿te eres fiel a ti misma? Si tanto dices odiarme.. —la chica le tapa la boca al instante para evitar escuchar más. Beomgyu la mira con el ceño fruncido—.
— No quiero escuchar más ¡Sé que estuve mal! Supongo que el soju afectó mi cerebro ayer. Te pido que lo olvides todo —Beomgyu quita la mano de Hanna de su boca e intenta hablar, pero es interrumpido por ella— ¡Olvida que te besé u otra cosa que haya hecho ayer! —Hanna se mantiene en silencio a la espera de una respuesta, pero Beomgyu solo asiente algo confundido— Ahora ¿me podrías decir dónde está mi teléfono?, por favor...
— Cla-claro en la mesa junto al estante de trofeos —señala y Hanna se va de inmediato—.
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