Después de la muerte de su madre, Hanna vuelve a Daegu Corea del Sur para encontrar a su padre biológico. En el camino de su búsqueda, conoce al famoso corredor de Fórmula Uno, Choi BeomGyu. Ambos están relacionados desde sus nacimientos y el destin...
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Choi Beomgyu es uno de los corredores más famosos en Corea del Sur como su padre, al cual llaman con cariño Jeyson. Ambos muestran su pasión por los circuitos de Fórmula 1. Su padre pasa la mayor parte del año en Italia preparándose para distintas carreras, mientras su madre es ornitóloga experta en aves. De esta manera, nació el amor que Beomgyu le tiene a las aves a pesar de no tener uno. Esposos o no, ambos siempre han estado al pendiente de su hijo.
Las cosas nunca fueron muy difíciles para Beomgyu, pues cuenta con un carisma avasallante que fue formando al creer frente a las cámaras, público, managers, etc. Aunque no es la única estrella dentro de las carreras de fórmula 1. Yang Jeong-in es su mayor competencia dentro de las carreras. Ambos no se han confrontado verbalmente, pero sus innumerables carreras juntos creo una rivalidad entre ellos y los fans de ese deporte.
Había pasado más de una semana desde que Beomgyu volvió a Daegu, pero siempre se las arreglaba para escapar de su servicio comunitario autoimpuesto. El problema no era tener que pasar tiempo con los animales del refugio, sino que desperdiciar tiempo en el que podría estar practicando para la competición en Australia. Al ser una de las más importantes su padre vendría desde Italia para verlo y Beomgyu quería mostrar lo mejor de sí, pero solo le quedaban pocos meses.
- No más excusas hijo. Tienes que ir al bendito refugio antes de que los medios empiecen a sacar notas sobre tu ausencia. -la madre de Beomgyu agitaba las sabanas para que su hijo despertara de una vez. Al no conseguir respuesta, camina hacia los grandes ventanales de la habitación abriendo las cortinas para dejar entrar la luz natural al oscuro cuarto.- ¡Levántate! ¡Beomgyu! -lo único que se escucha como respuesta son pequeños quejidos del aun dormido adolescente-.
- Vamos Ji Hyung, déjalo descansar. Ayer entrenó mucho. -la voz de su hermano interrumpe los jalones que la madre de Beom aun daba a las sábanas- Además es igual de obstinado que tú, no se levantará a menos que le ruja el estómago de hambre.
- Bueno, todo sería más fácil si no lo defenderías siempre Juwon. Tú lo malcriaste. -le recrimina caminando hacia la puerta-.
- Es mi único sobrino, es prácticamente mi deber. -recorre su cuerpo para que su hermana salga primero del cuarto- Te prometo que yo lo llevaré al refugio después de su entrenamiento de hoy ¿sí? -Ji Hyung asiente, después de todo es más fácil que su hijo le haga caso a u tío que a ella-.
- Encárgate de él y yo del nuevo problemita que nos dejó nuestra querida Eun Hye -la sonrisa desaparece en ambos rostros. Aquel nombre no era muy apreciado para los hermanos-.
- Después de tanto tiempo, aún puedo ver el mismo odio en tus ojos hermana ¿No piensas olvidar lo que pasó? -ambos salen de la habitación de Beomgyu para evitar que escuche al respecto-.
- Cuando alguien te hiere demasiado, a pesar de que el tiempo pase, esas heridas dejan cicatrices lo suficientemente visibles como para nunca olvidar el daño. Es bastarda no arruinará aquella victoria que tuve hace más de 18 años. Eso te lo aseguro. -Ji Hyung deja a su hermano en medio del pasillo para dirigirse a su oficina-.
