Después de la muerte de su madre, Hanna vuelve a Daegu Corea del Sur para encontrar a su padre biológico. En el camino de su búsqueda, conoce al famoso corredor de Fórmula Uno, Choi BeomGyu. Ambos están relacionados desde sus nacimientos y el destin...
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Beomgyu....
Después de evadir a más de veinte periodistas logré llegar a casa, pero eso significaba tener que recibir un sermón de mi madre y mi tío. Reviso mi teléfono porque las notificaciones no dejaban de llegar. Genial, mi rostro estaba en una gran parte de las noticias destacadas. No tocaban el acontecimiento con aquella chica, si no el pequeño accidente de tránsito que tuve con unos amigos en Seúl. En mi defensa, fue culpa de Yeonjun poner a un corredor de fórmula 1 al volante. Soy un apasionado por la velocidad. Aunque solo fue un pequeño golpe con un poste, la prensa ya lo había convertido en un gran escándalo.
Al estar en la puerta de la casa de mi madre puedo escuchar sus gritos desde adentro. De seguro, ya estaba enterada de todo. La mitad del tiempo la amo, pero la otra le tengo un poco de miedo.
El sonido de la manija interrumpe en ambiente y los ojos de mi madre me disparaban láseres. Afortunadamente mi tío estaba en el lugar sentado en el comedor. Él solo me mira atento a mi obvia disculpa. Solo sonrío queriendo mostrar algo de inocencia a ambos.
— Jovencito, esta vez pasaste la raya ¿¡Cómo se te ocurre chocar un auto contra un poste y casi atropellar a un niño!? —me sorprendo pro lo último que mencionó ¿un niño?— ¡Habla!
— Es un invento de la prensa mamá. No hubo ningún niño involucrado —camino hacia el sofá para poder descansar un poco.— Además, me ofende que me creas capaz de algo tan horrendo. No soy un delincuente.
— No te hagas al decepcionado Beomgyu, esa soy yo. Esto es algo muy serio ¿No te das cuenta de lo mucho que puede dañar tu imagen todo este escándalo? Creo que no eres consciente de que la mitad de tu carrera depende de tu comportamiento. No importa lo bueno que seas en las carreras, si no tienes auspiciadores no correrás más.
— No fue algo tan grave como para terminar con mi carrera mamá —que dramática— Solo choqué un poquito ese poste, nada grave. —menciono dejándome caer hasta estar acostado en el sofá—.
— ¿¡Pequeño!? ¡Dejaste en poste partido en dos! ¡Gracias al cielo no te sucedió nada a ti ni a nadie! —me levanto abruptamente por los gritos agudos. Bueno estaba un poco caído, nada más. Pero ya prometí no volver a desafiar a las luces rojas de transito—.
En eso tenía razón, debía solucionar esta situación de inmediato. Mi tío camina hacia mí con una cara más calmada que la de mi madre y se sienta frente a lado.
— Tu hijo tiene razón. —mi madre y yo lo miramos con sorpresa ¿yo tenía razón?— No fue nada grave. Aunque, deberás disculparte públicamente muchacho. Tal vez podríamos culpar a tu amiguito ese ¿Se llama Yeonjun?
— ¡No! Lo que pasó fue totalmente mi culpa. Estoy de acuerdo con pedir disculpas, pero no involucraremos a Yeonjun en esto. —Hablo con firmeza para evitar esa injusticia. Era mi culpa por estar jugando a rápidos y furiosos, y tengo que asumir la responsabilidad—.
