Capitulo 1

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Creo que todo empezó en 6to grado. Tenía 11 años cuando empecé a tener sentimientos hacia una chica. Pensé que estaba mal, mi familia decía que ser gay era pecado y que se irían infierno.

Así que lo oculté. Cuando me di cuenta que era lesbiana, me puse a llorar. Recuerdo que pasaba horas llorando en el piso de mi baño porque no quería ir al infierno.

Cada vez que alguien me pregunta "¿Y tú novio?", me siento muy incomoda; claro, solo respondo "No tengo" pero de verdad estoy cansada. Cada vez que me mencionaban algo referente al tema me ponía muy nerviosa; no sé cómo actuar, nunca fui buena disimulando.

¿En realidad es un pecado? ¿Acaso iré al infierno por ser feliz con alguien de mismo sexo? ¿En verdad estoy enferma?.

Esas y muchas preguntas no me dejaban dormir en la noche. Solo podía fingir y tratar de engañarme a mí misma diciendo que me gustan los chicos.

Después de meses me di cuenta que yo no estaba mal, ellos sí. No dejaría que alguien controle mi vida solo para seguir "las reglas de la sociedad". Por mí se pueden ir a la mierda junto con sus malditas reglas. Yo estoy orgullosa de ser quien soy.

¿Qué si salí salí del closet con mi familia? Pues claro que no, me matarían. Estoy segura de que si se enteraran me llevarían a la iglesia para que me saquen "el demonio que tengo adentro" y también al psicólogo para tratar "mi enfermedad", que ridículo.

Aunque cuando estaba en Venezuela, poco tiempo después de aceptarme a mí misma, fui a visitar a la psicóloga de mi escuela de ese entonces. Decidí ir ya que empecé a tener ataques de pánico y ansiedad.

Es una de la mejores decisiones que he tomado, hablar con ella me daba paz, ella dijo: "No quiero que te sientas mal por sentir algo tan hermoso como el amor. No es un pecado amar a alguien así sea de nuestro mismo sexo, dios ama a todos sus hijos, así que no tengas miedo, sé que él está muy orgulloso de ti, Jade, y yo también lo estoy"

En la primera sesión las lágrimas no faltaron; haber soltado todo lo que sentía y me tenía mal, se sintió realmente bien. En cuanto a los ataques de pánico me dijo que tenía que aprender a controlar mi respiración. Un truco que me ayudó y me sigue ayudando hasta el día de hoy, es inhalar aire, sostenerlo durante 5 segundos, y exhalarlo, luego repetirlo hasta que logre calmarme por completo. Y sobre la ansiedad, ella me recomendó hacer cosas que me gustan para no estresarme.

Fue entonces cuando recordé la música. Siempre fue parte de mi desde que era pequeña. Cuando tenía 6 años mis padres me inscribieron en clases de canto, era divertido pero luego con la mudanza terminé por salirme de aquella pequeña academia.

En el momento que ella dijo eso, lo primero que me llegó a la mente fue el piano.

Así que desde los 11 años toco el piano, y creo que es mi cosa favorita en el mundo, me encanta la sensación de perderme en los acordes y la melodía de aquel instrumento. Aunque no lo tomo como algo profesional, diría que es mi pasatiempo favorito.

A los 12 me mudé a Londres, al principio fue muy duro ya que estaba acostumbrada a mi vida en Venezuela, además, no sabía inglés.

Me tomó tres meses aprender a hablarlo y dos meses en perfeccionarlo. Para ese entonces ya me había enamorado de Londres.

Y ahora me encuentro intentando mantearme despierta a la primera clase que para mí mala suerte es historia, me habría quedado dormida los 10 primeros minutos de la clase si no fuera por mi mejor amiga Victoria que señalaba hacía la puerta.

Oh mi dios, en esa puerta se encontraba una chica de de tez morena. Traía puesto el uniforme escolar que consistía en una falda de cuadros azul, una camisa blanca de botones con la corbata del mismo color azul marino de la chaqueta. No podía dejar de mirarle sus ojos, los ojos cafés más hermosos que jamás haya visto, era alta, o bueno todos son más altos que yo, diría que no mide más de 1,66. En cuanto a su cabello, era castaña, lo llevaba en una cola de caballo. Definitivamente la chica más linda que he visto en mis 16 años de vida.

—Buenos días, disculpen la interrupción— Dicho esto, se acercó a la profesora y le entregó una nota. Se ve realmente linda.

—Bueno chicos, al parecer tenemos una nueva estudiante, preséntate cariño.

—Hola, mi nombre es Dylan Miller, tengo 16 años y espero que nos llevemos bien— Dylan, que hermoso nombre.

—Muy bien cariño, ahora puedes sentarte.

—Está bien— Oh dios, está caminando hacia a mí, vamos Jade actúa normal.

—Hola, ¿puedo sentarme a tu lado?.

—Sí claro, puedes sentarte en mi cara si quieres— esto último lo dije en español.

Con gusto— dijo con una sonrisa mientras me guiñaba el ojo y se sentaba en ahora su asiento durante todo el año escolar.

Espera un minuto ¿Qué? ¿Acaso ella me entendió? ¡Pues claro idiota, te acaba de responder en español!

Mierda.

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Jade en estos momentos: Atrapadaaa ay ayudaaaa.

Bueno amigues, espero que les haya gustado el primer capítulo, tardé 5 horas en escribirlo, pero estaba muy inspirada para escribir y conociéndome, esa inspiración se iría rápido si no comenzaba a escribir.

¿De dónde creen que sea Dylan?

Eso fue todo, los quiero y recuerden tomar agua. <3

Querida JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora