SPEZZACUORI • Damiano David

Capítulo 7: ¿El fin?

Aquella noche ninguno de los dos pudimos dormir.
Ambos nos metimos en la misma cama desecha que poco a poco se estaba convirtiendo sorprendentemente en el lugar donde habíamos compartido la mayoría del tiempo.

Era incapaz de dormirme, aunque para ser sincera tampoco puse demasiado empeño. De vez en cuando abría los ojos y veía la figura de Damiano sentado en la cama con su espalda reposando en el cabecero. Tenía las rodillas flexionadas y los dos brazos descansando sobre estas. Me estuvo mirando fijamente, en silencio.

- ¿Estás enfadado? –Damiano se detuvo un segundo para echar un vistazo al techo, y segundos después respondió.

- No, claro que no.

- Entonces ¿Qué ocurre?

- Eso es lo que quiero que me expliques Marlena.

- Damiano...

- Apareces y desapareces de la nada, sin dar ninguna explicación. Estoy preocupado, ¿Lo entiendes verdad? –Apretó los labios, toda la expresión se su cara de tornó tensa.

- Me están acosando –No quise dar más explicaciones, prefería limitarme a responder sus preguntas.

- Eso ya lo sé. –Lo miré desconcertada.– Lo supuse.– Se corrigió de inmediato.

Hubo un silencio un tanto incómodo durante un par de minutos. Él permanecía con la expresión seria, mientras a mí se me iba formando un nudo en la garganta. La primera lágrima estaba a punto de caer cuando Damiano rompió el silencio.

- ¿Sabes quién es?

- Mi profesor de la universidad, lleva comportándose extraño conmigo durante semanas, pero yo no... –Mi voz se fue debilitando poco a poco hasta quebrarse por completo.

Cerré los ojos y no hice el mínimo esfuerzo por retener las lágrimas. Sentí los brazos de Damiano alrededor de mis hombros, su calor, su perfume.

- Vas a denunciarlo –Me ordenó mientras sostenía mi cara con sus dos manos.

- No puedo hacer eso...

- Vamos a ir mañana.

No volví a responder. No quería imaginarme cómo sería mi vida en el instituto si se me ocurría hacer tal cosa.

- Ni si quiera tengo pruebas.

- Yo iré a testificar. Será suficiente para que lo investiguen. –Pasó sus dedos ligeramente por mi pelo repetidas veces, bajo su mano hasta mi nuca y me acercó a él dándome un tierno beso en la frente.

[Damiano's POV]

Sentía la sangre ardiendo por todo mi cuerpo; una furia que sólo pasaba desapercibida cada vez la miraba a ella. Mantenía sus preciosos ojos atentos a mí, y se formó en su cara una sonrisa que arrebató todo el protagonismo a las manchas de rímel que habían dejado sus lágrimas.

- Nadie te va a hacer daño Marlena, te lo prometo.

Acercó su mano hasta la mía, y comenzó a acariciar los tatuajes de mis dedos. Se veía más tranquila, en calma. Como una niña jugando ajena al resto del mundo.

No le dediqué mucho tiempo a pensar qué estaba pasando entre ella y yo. No sé cómo ni en qué momento había pasado de ser una desconocida a ocupar prácticamente la totalidad de mi mente. Mi Marlena... no permitiría jamás que nadie la hiciera daño. Jamás.

- Ven –tomé su mano y la obligué a levantarse de la cama. –Quiero enseñarte algo.

La guié hasta el estudio. Al entrar cogí unos cascos y me coloqué frente al micrófono. Antes de empezar, le hice un gesto a Marlena con la mano invitándola a sentarse en la butaca de la esquina del cuarto.