MIMADO © ➻ wonki

seis.

Jadeos y sollozos ahogados se oía a través de la puerta del baño, Jungwon solo quería tomar una refrescante duchita pero vaya sorpresa cuando dió media vuelta cuando la puerta fue abierta entrando un Ni-ki solo en bóxers, por inercia el menor había tapado su partecita privada.

— Te dije que la próxima vez no te salvabas. — y el menor temió por su traserito.

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Jungwon tenía sus piernas rodeando las caderas del mayor mientras Ni-ki agarraba las caderas delgadas de Jungwon, enganchando sus dedos en la punta para un agarre satisfactorio. Penetrando al pequeño castaño empujándolo más contra la pared. Los dientes de Jungwon rasgan su labio Inferior con fuerza mientras continúa conteniendo sus gemidos y maullidos de placer, el dolor era tan satisfactorio.

— Joder. — gruñe Ni-ki, llevando su gran mano venosa hacia el glúteo para afianzar su agarre y no dejarlo caer.

— Mng, m-mi madre puede llegar en c-cualquier momento.

— Tranquilo dulzura, las dos puertas tienen seguro. — jadeó pesadamente en la oreja de Jungwon, sus dientes rozan el lóbulo de la oreja del joven soplando caliente contra la piel húmeda de Jungwon, el susodicho deja escapar un pequeño y suave gemido en respuesta, más enfocado en mover sus caderas con los empujes de su mayor.

— ¡Ahh! E-entonces ve m-más duro Hyung. — gimió, su voz vacilante con cada chasquido de las caderas de Ni-ki. Él está muy cerca; puede sentir que su cuerpo comienza a tensarse como lo hace antes de que su cuerpo alcance su punto máximo y se sumeria en el pozo de éxtasis que lo deja temblando y liberado.

— Que precioso eres, mi amor. — atrapó los labios contrarios en un lento y lleno de amor beso con un caliente juego de lenguas en sintonía. Dando estocadas un poco más fuertes.

Jungwon grita, el sonido le rasga su garganta, mientras eyaculando como un corcho reventando; su visión borrosa en los bordes. El esperma fluye caliente y espeso de él hacia el abdómen de su Hyung, su frente sudorosa cayó en el hombro de su novio mientras lucha por recuperar el aliento.

Una ola de hipersensibilidad baña al joven ya que Ni-ki continúa abusando de su próstata, ahora persiguendo su propio orgasmo. Los dientes del japonés se enganchan en la parte posterior del hombro del pequeño para sofocar un gemido que vibra profundamente en su garganta. Jungwon siente un ligero calor de contracción y pulsación dentro de él cuando el golpe del otro se detiene lentamente.

Ahora la única preocupación de Jungwon es el gran regaño que se llevará cuando su madre vea el próximo mes el recibo del agua.

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El menor estaba sentado al borde de la cama con una linda bata azul bebé, y su novio frente a él secando su sedoso cabello.

— Amo mucho cuando me concientes, Ni-ki. Me hace sentir especial.

— Es porque lo eres amor, y jamás dejaré de concentirte mi pequeña oveja bebé.