MIMADO © ➻ wonki

final.

Jungwon estaba tratando de llegar a su próxima clase cuando dos chicos lo detienen, haciéndole preguntas que solo lo ponen nervioso a medida que se acercan. Sin embargo es un alivio cuando siente dedos calientes en su nuca, sabiendo quién es de inmediato.

— Dejen a mi novio en paz. — no lo pensaron cuando comenzaron a retroceder, meterse con Nishimura Riki no era un riesgo que alguien quisiera correr.

— Gracias Ni-ki. — Jungwon suspiró cuando ve a los chicos alejarse, sin importarle cómo están parados en el medio del campus mientras él cae fácilmente en los brazos del azabache.

— Por supuesto. — murmuró en su cabello, los dedos masajean su cuello jugando con los mechones que descansan allí — Me alegro haber podido llegar a tiempo; gracias al cielo aquí es donde normalmente nos encontramos. — la voz de Ni-ki es un suave zumbido junto a su oído, acariciando con la nariz la melena de Jungwon.

— Recuerda. — dijo el más alto besando su oreja — Si no puedes deshacerte de ellos y yo no puedo llegar a tiempo, dales una patada en las pelotas o apuñálalos en los ojos con tus pinceles. — Jungwon resopló riendo en la curvatura del cuello contrario, sabiendo que el mayor está sonriendo en su cabello.

— Está bien. — afirmó, simplemente feliz de que está ahí y siempre dispuesto a estar ahí para él.

— Quiero que me acompañes a un lugar después de las clases. — el más joven se separó un poco haciendo contacto visual con una ceja arqueada, expectante — Renté una pequeña cabaña a las afueras de la ciudad para pasar lo que resta del día.

El castañito comenzó a dar pequeños brinquitos mientras asentía muchas veces. A decir verdad si el azabache le hubiese propuesto estar con él acostados viendo alguna serie y comiendo frituras él estaría feliz por el simple hecho de estar en compañía de su Hyung.

— Bien, ahora debemos ir a nuestras respectivas clases amor. — y cuando el mayor camina con Jungwon, su corazón se siente tan cálido como sus dedos enlazados balanceándose entre ellos.

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Ya en la acogedora cabaña el castañito tenía sus extremidades alrededor de las caderas y cuello de su novio a su vez que le llenaba el rostro con tiernos besitos.

— Si esta será mi recompensa por cada vez que te traiga a lugares así, no dudaré en hacerlo más seguido. — mencionó entre pequeñas risitas por las cosquillitas que le causaba los cálidos y suavecitos labios del menor en contacto con su piel.

Jungwon al escuchar a su Hyung dejó la acción ofendido, se separó cruzándose de brazos, inflando sus cachetitos y frunciendo el ceño.

— ¡¿Cómo puedes decir eso Ni-ki Hyung?! Yo siempre te doy mimitos. — ahora daba pequeños golpecitos en el pecho del mayor, el cual creía que le daría un infarto por tanta ternura.

— Está bien, está bien. ¿Qué tal si vamos al lago, dulzura?

El castañito con sólo oír esas palabras desenrolló sus piernitas de las caderas de su Hyung y salió corriendo hacia la puerta en dirección al gran lago.

— Tomaré eso como un sí. — dijo saliendo de la cabaña para ir detrás de su pequeño novio.

El azabache al llegar a la orilla del lago buscó a Jungwon con la mirada hallándolo sentado en la punta de un pequeño puente de tablones al parecer muy resistente, se acercó y se posicionó detrás del castañito. Éste balanceaba sus piecitos mientras tenía los ojos cerrados disfrutando de la brisa que golpeaba en su carita.

— Es muy pacífico aquí Ni-ki Hyung.

— Lo sé, cielo.

— Riki. — el susodicho hizo un sonido con la garganta dándole a entender que lo escuchaba.

— ¿T-tú crees que aún estaremos juntos en un futuro? — preguntó jugando con sus deditos por el nerviosismo.

— Ven aquí. — susurró Ni-ki, y Jungwon se inclinó hacia atrás en consecuencia, suspirando cuando siente el pecho del mayor contra su espalda, su cálido aliento se abanica suavemente sobre su cabeza, un brazo firme envolviendo su pecho; se siente contento envuelto en la calidez de Ni-ki.

— Bebé, no lo creo. — el más joven viró su cabeza viendo al mayor con sus ojitos llenos de lágrimas amenazando por salir así que prosiguió antes de que ocurriera — Estoy completamente seguro de que será así y te prometo que te cuidaré el doble de lo que hago ahora y tendremos muchos bebés.

El rostro del menor se iluminó hacia la mención de tener hijos. — ¿L-lo prometes, Hyung?

— Lo prometo, y por la garrita pequeño. — levantó su dedo meñique sorprendiendo al menor ya que a su novio no le gustaba para nada ello y que lo hiciera primero significaba mucho, en consecuencia también levantó su dedito sellando la promesa con un besito en complicidad.

Ahí son solo ellos, los sonidos a su alrededor se atenuaron para enfocarse en la respiración del otro, Jungwon cerró los ojos una fracción antes de descansar un poco más, con la cabeza apoyada en el hueco del hombro de Ni-ki. Es perfecto así.

— ¿Bien? — Ni-ki susurró cerca de su oído, con la mirada fija en la actuación frente a ellos y Jungwon se permite sonreír cuando siente que el azabache toma su mano, apretándola suavemente. Siente que le da un discreto beso en la cabeza.

— Sí. Más que bien.

Realmente lo es.

Cierra los ojos, sintiendo que el cansancio lo golpea. Puede dormir así, quiere girarse en el agarre de su Hyung para acurrucarse con él correctamente. Pero está bien asi; cualquier segundo tan cerca de su novio es perfecto. Él sabe que Ni-ki también siente lo mismo.

Fin.