Una semana había pasado y en esos siete días, Fred se vio rodeado de clases de etiqueta, de sastres, de pruebas de cátering y del amor de todos los integrantes de su familia.
También había asistido a su primer sesión con el psicólogo y debía admitir que salió mucho mejor de lo que esperaba.
Alex estaba más que extasiada con la atención que estaba recibiendo. Una señorita que le enseñaba a bailar el vals, su mamá explicándole como pararse y como saludar y un montón de vestidos esperando ser los elegidos.
La niña estaba viviendo la vida de princesa que siempre quiso.
Y Richard y Sophia no podían estar más felices viendo a sus hijos sonreír, después de aquella semana del terror que habían tenido todo estaba acomodándose finalmente.
La castaña al fin había encontrado y entendido su lugar en la familia, y con ese cambio de mentalidad en ella fue muy fácil que Fred aceptara el lugar que ella ocupaba en su vida.
-¡Frederick! ¡Última vez que te llamo, hijo!- el chico escuchó gritar a su madre y salió corriendo de su cuarto, sin fijarse por dónde iba y llevándose por delante un hermoso jarrón blanco.
-Mierda.- susurró. Y en un parpadeo tenía a su padre a un lado suyo con una mueca en el rostro.
-De todo lo que podías romper en la casa, vas y rompes el jarrón más feo. Bien hecho.- le guiñó un ojo, haciendo que todos los nervios se esfumaran del chico.- Pero vuelvo a oírte decir una mala palabra y vamos a tener una charla tu y yo.
- Perdón, Richie.
-Esta todo bien, campeón.- se acercó al niño y le arregló la solapa del saco.- Ya va a venir Mari a limpiar este desastre, será mejor que bajemos antes de que a tu madre le de algo.
Y así padre e hijo bajaron al encuentro de sus mujeres que les esperaban en la sala principal, donde Sophia y Alex discutían porque la niña quería llevar la tiara que le había regalado su abuelo, sin importarle que su mamá le explicara que no era lo adecuado para la situación.
-Alex, obedece a mamá, hija.- y la niña le hizo un puchero.
-Princesa, puedes usar esa tiara hoy a la noche, ¿Si? Pero ahora tenemos un acto de presentación, no corresponde que la uses.
-¿Entonces la uso en la gala?
-Exactamente, mi niña.- y con eso Alex dejo su tiara en manos de Sophia y alzó sus brazos hacia su papá.
-Estamos orgullosos de presentarles a Su Alteza Real, el Príncipe Heredero Frederick Edward Clermont de Gales y a Su Alteza Real, la Princesa Alexandra Marie Clermont de Gales.- Fred y Alex pasaron a tomar su lugar en medio del pequeño escenario y fueron recibidos por sus padres.
Sophia tomó a la niña en sus brazos y la isntó a saludar al pueblo que los vitoreaba y le sonriera a las cámaras de televisión. Mientras que Richard tomo a Fred en un semi abrazo y le besó la coronilla para luego hacer como su mujer y saludar.
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The Royal Family
RandomFormar una familia de manera poco convencional, lidiar con problemas típicos de niños y dramas adolescentes... y al mismo tiempo tener que criar a sus hijos en un mundo rodeado de lujos, obligaciones y exposición mediática... es todo un reto. ADVER...