Sophia entró a la casa seguida de su niña y Mariana. Subió directamente a su cuarto para lavar las manos de Alex y las suyas propias, luego le arregló nuevamente el cabello y la llevó hacia el comedor, donde sus platos y Richard ya estaban aguardando por ellas, él sentado en la punta.
Alex se sentó a la izquierda y Sophia a la derecha. La niña comenzó a devorar su plato de pasta con toda la felicidad del mundo.
-Alex.- ella alzó sus bellos ojos para encontrarselos con los del hombre.- ¿Tienes hermanos?- él ya lo sabía, pero quería que ella le hablara sobre Frederick.
-Uno, más grande. Se quedó en el orfanato.- respondió sin darle mucha importancia.
-¿Porque?- inquirió Sophia, mientras le alcanzaba una servilleta a la niña.
- El no me iba a acompañar, y sabía que si le decía que me quería escapar me estaría controlando todo el tiempo.- se encogió de hombros mientras daba otro bocado.
-¿Cómo escapaste?
-Nadie controla a la noche, nos mandan a dormir y ya no hay más nadie. Los cuidadores duermen en sus sillas, muy gracioso, hasta roncan como ositos.- largó una pequeña risita.- Bajé de mi cuarto a la noche y cuando llegué a la salida, la puerta estaba abierta.
-¿Extrañas a tu hermanito?- ella asintió y sintió como sus ojos comenzaban a picar por las lágrimas acumuladas.
-Mucho... Freddie era mi mejor amigo, me protegía como podía.- murmuró la niña.
-Podemos pasar a visitarlo un día de estos, ¿te parece?
-Por favor.
-De acuerdo... ahora, ¿Qué quieres hacer hoy?- preguntó Richard, sonriendole a la pequeña.
-¿Podemos ir al cine?- preguntó com brillo de ilusión de sus ojos.
-Por supuesto, Alex. Haremos lo que tu quieras, princesa.
- Pero primero debemos ir al médico.- dijo Sophia, y al ver como la nariz de Alex se arrugaba en disgusto supo que eso sería una batalla.
- No quiero.- dijo con voz aguda, voz que había oído en sus sobrinos y que su cuñado llamaba "Voz de berrinche".
-Alex, no debes chillar, cariño. Estamos teniendo una conversación tranquila.
-Richiee...- pidió con sus ojitos de cachorrito apaleado. Y por poco ese hombre cae ante sus encantos.
- Mi vida, mira lo delgadita que estás.- al oír hablar a su esposa, Richard endureció su corazón.
-Hagamos un trato, tu vas a ser una buena niña en el doctor y a cambio compramos un rico helado.- la chantajeo.
-¿De chocolate?
-De chocolate.- y con eso se dio por satisfecha, mientras continuaba comiendo.
-Alex, las verduras también se comen.- la regañó Richard, al ver como apartaba los pequeños trocitos que estaban entre la pasta.
-Es que no me gustan.- hizo un leve puchero.
-Pero ni lo probaste, corazón.- dijo Sophi, mientras tomaba su propio tenedor y comenzaba a mezclar nuevamente las verduras con la pasta.
-Nooo, Sophiii.- pidió, chillando de nuevo.
-Nena, dije que no chilles.- la regañó Richard nuevamente.- Anda, termina la comida que está muy buena.
- Pero no quiero verduras, por favor.
- Lo lamento cariño, pero las verduras son más que necesarias.- ella se enfadó, y decidió cruzarse de brazos y no comer.
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The Royal Family
AcakFormar una familia de manera poco convencional, lidiar con problemas típicos de niños y dramas adolescentes... y al mismo tiempo tener que criar a sus hijos en un mundo rodeado de lujos, obligaciones y exposición mediática... es todo un reto. ADVER...