La diferencia de transportes entre Alfas y Omegas...

834 150 44
                                    

(Tsukishima)

No estoy seguro de porque acepte ir a Hokkaido... ha si, es cierto. Yo no acepte ir. Daichi-san me arrastro con él.

Sé perfectamente que hay muchos tipos de transporte... pero, considerando lo glamurosos que son Atsumu-san y Oikawa-san, yo creí que iríamos en algo, por lo menos normal...

-Daichi-san, ¿nos tenemos que subir a esa cosa? -Cuestione, fuera de nuestro departamento compartido.

Enfrente nuestro, había un autobús, terriblemente viejo y oxidado, con nuestros idiotas amigos alfas adentro. Para colmo de males, es Terushima-san quien conduce...

- ¡Vamos! ¡¿Qué esperan?! -Kuroo-san nos llamó.

Note enseguida, a Kawanishi-san y a Kindaichi haciéndome señas de que huyera. Si tan solo fuera así de fácil... estoy seguro de que los malditos me perseguirían.

-Vamos, Tsukishima. -Daichi-san puso una mano en mi espalda. -Debe parecer peor de lo que es. –

Me voltee a verlo. Su cara demostraba todo lo contrario a lo que decía...

Me subí al autobús, refunfuñando, y me senté junto a Kawanishi-san, mientras Daichi-san intentaba protestar sobre la conducción de Terushima-san.

-Nos va a matar a todos. -Fue lo último que escuche de su discusión, antes de que el conductor arrancara a toda velocidad.

¿Por qué no soy parte del grupo de los omegas? ¡Ellos no tienen que sufrir estas calamidades!

De acuerdo, de alguna forma, no muy segura, logramos llegar al puerto... eh irónicamente, casi caímos al mar con autobús y todo. Terushima-san venía conduciendo muy rápido, y el freno, no funcionaba bien... el colectivo se detuvo a centímetros del final del camino. Un poquito más, y nos hubiéramos caído al mar con el autobús incluido.

Nadie puede reprochar, porque Kawanishi-san, Aran-san, Kindaichi, Lev y yo salimos corriendo del colectivo...

Había un montón de barcos en el puerto. Enserio, había una gran cantidad... y nosotros teníamos que ir en el que parecía a punto de hundirse... ¡¿Por qué?!

-Daichi-san. -Llame a mi padre. -Una cosa es ir en un colectivo que debería estar en una chatarrería, y otra cosa es ir en un barco, que parece a punto de hundirse hasta Hokkaido. –

-Estoy pensando justo lo mismo. -Me susurro.

- ¡Vamos, chicos! Está un poco viejo, nada más. -Kuroo-san nos dijo. -Suban sus cosas y les presentare al capitán de está nave. –

El "capitán", resulto ser un hombre mayor de casi ochenta años, que aparentaba más de cien. Admito que fue muy amable, pero no me dio mucha confianza. Dada mi mala suerte, Bokuto-san y Kuroo-san no me dejaron escapar, y zarpamos.

- ¡Este viaje será increíble! -Oikawa-san exclamo.

Seis horas después, nos quedamos sin combustible, varados, en el medio del mar. El capitán llamo a la central de Tokio, y dijeron que mandarían a un barco de ayuda con combustible para nosotros. Obviamente, hasta que llegaran, seguiríamos varados, lo que retrasa nuestra llegada a Hokkaido.

-Lo siento, chicos. -Nos dijo el capitán. -Con la tardanza del otro barco, llegaremos mañana temprano a Hokkaido. –

-No se preocupe. -Daichi-san le respondió, junto a los demás.

Solo tengo tres palabras que decir: Odio. Mi. Vida.

(Semi)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Semi)

De acuerdo, sé que estoy algo enojado con Hayato por decidir irse con los alfas de vacaciones, pero... comienzo a temer por su vida...

Me levante temprano para despedirlo, y verificar que no me olvidará nada. Estaba sentado en la sala, cuando mi alfa me dijo que lo esperaban afuera. Lo acompañe, y casi me da un ataque de solo ver en que se iba. ¡Un autobús más viejo y destartalado que mi abuelo!

-Cariño, ¿enserio te vas con ellos? -No pude evitar preguntar.

-Ay, Eita. No pasa nada. Tú tranquilo. Te llamo cuando llegue al hotel. -Me dio un beso, y camino hacia el cacharro de vehículo en que se iba. - ¡Hey, amigos! –

Suspirando, entre en nuestro departamento. Saque mi maleta de su "escondite". Estaba debajo de la cama, y Hayato ni se dio cuenta.

Creí que, cuando Nishinoya dijo que se "encargaría" del transporte hasta el aeropuerto, se refería a que nos iría a buscar en su auto, o a lo sumo, en un taxi... ¡El condenado se apareció en frente de mi casa en una limosina! Y lo peor... ¡Es que a los demás les parecía lo más normal del mundo!

Llegamos al aeropuerto después de buscar a todos, y cuando estacionamos, todas las personas en la acera se nos quedaron mirando. Obviamente, creían que éramos famosos...

- ¿Había necesidad de ir en limosina? -Refunfuñe, mientras pasábamos por el tumulto de gente con nuestro equipaje.

-Cariño, nosotros somos excepcionales. No viajamos en cualquier cosa. -Makki me contesto. - Quizás nos va pésimo en el amor, pero si vamos a algún lado, vamos bien vestidos y con clase. Las limosinas tienen glamour, obviamente, nosotros teníamos que venir en una. –

- ¡Cierto! -Nishinoya saltó enfrente de mí. -Si vamos a viajar, que sea con estilo y glamour. –

¿No es suficiente ya viajar en un avión privado eh ir a un hotel en helicóptero? Comienzo a creer que soy muy conformista, comparado con los demás...

Y, como no podía ser de otra forma, el jodido avión privado de Kenma, era increíblemente lujoso. Teníamos una azafata que nos atendía, internet y una mesa de billar. Además, había una enorme televisión, y los asientos eran re cómodos.

-Semi-san, vaya aprendiendo. -Escuche la voz de mi molesto kohai. -A esto se le llama, viajar con clase. –

-Y hay algo que se llama "cerrar la boca", ¿sabes lo que es, niño rico? -Le conteste.

Desde que estaba en Shiratorizawa lo sabía, yo era uno de los pocos estudiantes que debía cuidar su beca, porque no le alcanzaba el dinero. Mi familia era humilde, nada que ver con las familias de los demás en el equipo de vóley y la preparatoria. Aún recuerdo como unos sempais se burlaron de mí en mi primer año, porque me sorprendí de que tuviéramos un colectivo propio. Tendou y Ushijima me defendieron.

La primera vez que visité la casa de Shirabu, no pude evitar quedarme con la boca abierta. ¡El mocoso vivía en una mansión! Luego, me di cuenta de que, a pesar de tener mucho dinero, sus padres jamás estaban con él, y por eso, solía repeler a los demás... mi pobre rico y salado kohai. Todos en el equipo de vóley lo comenzamos a tratar diferente, después de ver eso, y para mí, él se convirtió en mi molesto bebé omega. A fin de cuentas, él fue el único kohai omega que tuve en Shiratorizawa, desgraciadamente...

- ¿Cuánto tardaremos en llegar a Hokkaido? -La voz de Kita me hizo voltear.

-Deberíamos llegar para el almuerzo. Tal vez a la una de la tarde. -Kenma le respondió. -Voy a hacer un Streaming en mi canal, mientras viajamos. Me gustaría que aparecieran. –

- ¡Genial, Kenma! ¡Yo quiero aparecer! -Nishinoya tiene mucha energía para mi gusto.

- ¿Vamos a poder jugar juegos contigo, Kenma-san? -Kageyama pregunto.

-Si quieren, sí. -Kenma asintió.

Bueno, parece que será un viaje entretenido. No soy de jugar videojuegos, pero supongo que puedo hacerlo. Hokkaido, aquí vamos. 

Gracias, Intercambio de ParejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora