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- ¿A dónde vamos? – preguntó cuándo el pelinegro lo tomó de la mano y salieron del restaurante, trato de zafarse del agarré, pero el azabache apretó con más fuerza.

- Esperaremos a Deidara aquí afuera, ya terminó su turno –

- Él ¿es tu novio? –

- No, pero... - sin poder terminar de hablar, miró al recién llegado.

- ¡Itachi! – Grito el rubio mayor, corriendo a colgarse de su cuello y plantarle un beso muy cerca de la boca - ¿sigues aquí? – Le preguntó de manera despectiva al menor - ¿Irá con nosotros? –

- Si – contestó el azabache, alejando a Deidara de él.

- ¿Le pediste permiso a tu esposa? –

- Déjalo en paz, no te metas con él, y lo digo muy en serio – el semblante del azabache cambio, ahora estaba enojado, y esa mirada lo demostraba.

- Mejor vayámonos – intervino Naruto, lo último que quería era que su anfitrión peleara con su novio o lo que fuera de él.

- ¡Aaah! – Grito Deidara – Esto estará mejor que la vez pasada –

Los tres subieron al auto, el rubio menor se ganó una mirada de enojo por parte de Deidara pues, Itachi lo sentó como su copiloto, subieron el volumen y arrancaron, con la capota abajo, Naruto cerró los ojos, dejando que el viento golpeara su hermoso rostro, sentía que su adrenalina recorría todo su cuerpo, el azabache había acelerado demasiado, levanto su brazo, permitiendo ser golpeados por el viento, sentía como su estómago se removía de los nervios, la ansiedad, la tristeza, la adrenalina, el azabache lo miraba de reojo cada que podía, no podía dejar de verlo, se sentía hipnotizado por él.



- Llegamos – Deidara bajo del auto, y corrió hacía un grupo de jóvenes reunidos en ese lugar, todos con increíbles automóviles, Mustangs, Cadillacs, Mavericks, diferentes modelos, impecables, escuchando música de esa época, Ritchie Valens, Paul Anka, el rubio creía que estaba en sueño, del cual esperaba no despertar.

- Y esa cosita preciosa ¿Quién es? ¿La nueva adquisición de Itachi? –

- Cállate Hidan, ni se lo menciones, no sé de donde lo sacó, pero ese chiquillo es casado – dijo señalándose su dedo índice de la mano izquierda

- ¡Ya le gustan casados! –

- ¡Shh! mejor cállate, no lo molestes, que no viene de humor –

Una chica de cabellos castaños, con un cuerpo hermoso, vestía una falda ampona, que le llegaba a los tobillos, color azul rey y un suéter color blanco, estaba peinada de dos coletas altas, un maquillaje impecable, y una mirada bonita, levantó sus brazos, a lo que el azabache se estacionó solo un poco delante de ella, al mismo tiempo un Cadillac Fleetwood, año 55 color azul metálico, ambos hacían sonar el motor acelerando, esperando la señal.

- ¿Debería bajarme? – Preguntó asustado el rubio, pero el azabache no contestó, solo le subió el volumen a la radio, sosteniendo un nuevo cigarrillo entre los labios – yo – pero la mirada del azabache lo intimido de nuevo, no era una de arrepentimiento, era una retándolo y amenazándolo, estaba enojado, y era obvio que no quería escucharlo hablar.

La chica agitó una pañoleta que llevaba en su mano izquierda y al bajar ambos brazos, ambos conductores aceleraron y comenzaron la carrera, los espectadores gritaba emocionados, Itachi siempre había sido su favorito, y el que mejor corría, no había alguien que le ganara, y todo le indicaba a sus amigos, que ese día en especial quería quedar bien.

No ReturnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora