No Return

10

- Por favor –

- No voy a contestar si no me das una respuesta afirmativa, mejor déjame tranquilo – Naruto se sentía apenado y molesto, Itachi no podía prohibirle nada, mucho menos pedirle explicaciones.

El azabache golpeó la pared con ira, la cual creció al notar que el rubio ya no portaba su argolla de matrimonio, eso solo significaba una cosa - ¿Desde cuándo? – preguntó frustrado por su situación.

- Desde cuándo ¿qué? – el menor se movió con incomodidad, la fuerza que ejercía el pelinegro sobre su brazo dolía, pero no iba a darle el gusto de quejarse.

- ¿Desde cuándo estás con Hidan? Veo que con él sí tuviste el valor de quitarte esa argolla – sintió el aire cuando el mayor dio otro golpe a la pared – era él y no yo, eres un maldito mentiroso, solo me utilizaste, me mentiste, eres un... - el golpe en su rostro hizo que dejara de hablar, observo los ojos cristalinos del menor que estaba a punto de llorar.

Naruto no iba a permitir que lo insultara, y menos cuando este tiene a su prometida, al golpear a Itachi, este lo soltó para sobar su mandíbula. La intención del rubio era regresar a la mesa, no iba a darle explicaciones a nadie.

- No hemos terminado – el azabache alcanzó a tomarlo del brazo deteniéndolo nuevamente.

- No quiero hablar contigo – el rubio hizo una pausa, el saber que muchas personas sabían del compromiso hizo que desistiera de tratar de conquistar al azabache, era imposible que dejara a Izumi – ya no hablaremos nunca más –

- ¿Te gusta Hidan o ese tal Neji? –

- No te importa, pero te aseguro que a uno de ellos sí me lo llevo a la cama hoy – sonrió a sus adentros al ver la furia en los ojos del mayor – o tal vez a la rubia que viene conmigo, nunca lo he hecho con una mujer, sería bueno comenzar, así podría saber por qué no dejas a Izumi – se alejó dejando sin palabras al pelinegro.

¿Qué podía decir? Él tenía razón, era un cobarde que no se atrevía a ir en contra de los deseos de su padre muerto, pese a saber que era algo que no quería, pese a saber que no le gustaban las mujeres. Entró al salón donde se llevaba a cabo la fiesta, miró alrededor, su madre platicaba con los invitados, su hermano se encontraba abrumado con su prometida; la cual que no se le separaba ni un instante; observaba con enojo y tristeza a Hidan, este sonreía al lado de Naruto, junto al rubio se encontraba la hermosa rubia que los acompañaba, y para colmar su paciencia junto a esos tres estaba el primo de su futura cuñada, intentando tomar de la cintura a SU rubio, el cual sutilmente se hizo de lado, abrazando al peliplata de ojos color lila. Por la mente de Itachi pasaron mil imágenes, en todas ellas el rubio junto a esos tres, él quería ser su primera vez después de la muerte de su esposo, echo un vistazo por última vez a Izumi, a la cual odiaba con todas sus fuerzas. Sin pensarlo mucho se dirigió al centro de la pista, haciendo que los músicos dejaran de tocar, tomó un micrófono, los invitados guardaron silencio; Izumi creía que anunciaría la fecha de la boda, se puso de pie esperando ser llamada por el sexy y perfecto hombre que tenía por novio.

- ¡Buenas noches a todos! – guardo la compostura pese al enojo que tenía, ya que en ese momento Neji susurraba algo al rubio, pero no caería en provocaciones, Itachi Uchiha jamás caía en provocaciones, hasta ese momento – agradezco que esta noche me acompañen a celebrar mi cumpleaños y espero estén disfrutando de la fiesta – miró a su madre, la cual le miraba con ternura y alegría – el motivo por el cual pido su atención es para hacer un anuncio, el día de hoy doy por cancelado el compromiso con Izumi Uchiha – la castaña se quedó anonadada al escuchar al azabache, nunca imaginó que hiciera algo así, salió a toda prisa del salón, esa se la pagaba ese maldito rubio – sigan disfrutando de la fiesta – dejó el micrófono y se dirigió a su mesa donde se encontraban sus invitados - ¿ahora sí podemos hablar? – el rubio estupefacto asintió, nunca se imaginó que Itachi hiciera algo así por él, lo llevó a su antigua habitación, ahí nadie los molestaría – habla – ordenó al menor.