11♡

82 5 0
                                    

Las horas apenas había pasado. Seokjin recién despertaba y no se encontraba más en el cuarto de hotel donde suponía había caído rendido por el enojo y el cansancio sufrido por el acelero de encontrar a su familia quienes en esos momentos, se encontraban de vuelta en casa, a excepción de él y, claramente su esposa.

Dahyun todavía adormilada apenas y pudo mover su rostro, su mirada enfocándose en ese sujeto a quien durante tantos años llamó esposo y profesaba ser el amor de su vida, ese quien se encontraba en el mismo estado que ella. Lo vio levantarse y mirar a su alrededor tratando de reconocer y al parecer haciéndolo, pues este mismo se dirigió a una puerta con mucha seguridad la cual abrió y lo dejó salir de aquel lugar.

No lo vio más por varios minutos.

Seokjin se topó de golpe contra un cuerpo más duro que el mismo propio y tensandose al reconocerlo. No iba a mentir, le tenía bastante miedo. Y había muchas razones por las cuales lo respetaba tanto, y si quizás solo era respeto y no miedo ¿verdad?

–¿Como estamos, Jin? Al fin has despertado, me tenías un poco preocupado– mintió con descaro, sabiendo que su rostro lo delataba e importandole poco realmente. La mano en su cintura y la mirada levantada viéndose más varonil al lado del otro hizo esta vez temblar al mayor de los dos.

–Si, ya hemos despertado. Que sucede, por que nos trajiste aquí y por qué ella está atada. Me prometiste que no te meterías con mi familia.

Seokjin, seokjin. . .a veces la gente dice mentiras piadosas, como esa que le dijiste a tus hijos y a tu esposa. ¿Lo recuerdas? Cuando fuiste a Daegu y, ¿adivina que?– se acerco al chico, rodeando sus hombros con lentitud. –Tú querida y amada esposa lo arruinó, ella quería saber más de lo que necesitaba saber y ahora es momento de que se vaya a la tumba con ese secreto– El mayor suspiro, relamiendo sus labios y fijando su mirada a un punto en la nada. No podía saberlo, él no se había dado cuenta, ella no estaba confiando en él desde ese entonces, ella no solo no confiaba, Dahyun le tenía miedo y ahora todo tenía bastante sentido, su insistencia en visitar su trabajo, la falta de besos y el hecho de que terminaba siempre durmiendo solo por que a su esposa o su hija, como decía, tenía miedo y exigía dormir con su querida madre y el odio y repudio de un día para otro solo le daba  a entender que lo termino de aceptar y confirmar y él la había cagado con su reacción.

Namjoon sonrío de lado, sabiendo que estaba arruinando por completo el sueño amoroso de su querido socio y nunca se había sentido tan satisfecho con otra cosa. Palmeo su espalda una vez más y se alejó yendo en dirección al cuarto donde la casi difunta esposa del otro, se encontraba.

【señorita】 minvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora