Capítulo 3.

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En el momento que la luz del sol comenzó a dar de lleno contra el fino y blanquecino rostro del castaño, supo que había dormido demasiado tiempo. Aun así, se limitó a abrir los ojos lentamente, sin llegar a hacer un movimiento repentino que pudiese delatarlo. Su vista fue enfocándose lentamente, acostumbrándose a la poca luz que cubría la habitación pues eran únicamente algunos centímetros los que estaban separando las cortinas, dejando pasar aquel molesto resplandor que daba directo a sus ojos marrones. El Beta se encontraba boca abajo, siendo su cuerpo desnudo cubierto únicamente con una fina sábana de lo que supuso era algodón por la forma en que raspaba su suave piel. —"Joder." Susurró con evidente molestia al darse cuenta de que se encontraba solo en la habitación y que el olor a huevos fritos que comenzaba a inundar el lugar se debía a que probablemente Yevhen estuviese en la cocina preparando el desayuno para ambos.

Con desgano y aún molesto se sentó al borde de la cama tomándose lo que parecía una infinidad de tiempo, tenía planeado simplemente marcharse y dejar una nota para evitar cualquier pregunta que tuviese Yevhen sobre porqué había estado rechazándole por dos años y de pronto llegaba, sin explicación alguna a meterse en su cama para terminar teniendo sexo como distracción del poco control que tenía sobre su vida. Con algo más de rapidez y agilidad el castaño termino por levantarse para poder tomar la ropa que llevaba puesta la noche anterior, misma que gracias al Beta que se encontraba en la cocina ahora estaba seca. Bufó con cierta molestia y comenzó a vestirse rápidamente, estaba decidido a simplemente marcharse. No le debía una explicación, después de todo ambos eran dos adultos pasando un buen rato. O al menos eso quiso pensar para consolarse.

El hilo que seguía sus pensamientos se vio abruptamente interrumpido en el momento que Yevhen entro a la habitación con lo que parecían ser dos platos repletos de comida, pan tostado y por el fuerte y delicioso aroma que despertó por completo el sentido del olfato del menor supo casi al instante que traía consigo café recién molido. —"¿Te desperté?" Pregunto Yevhen en cuanto vio al menor sentado en el borde de la pequeña y desprolija cama. Su pregunta y el tono de voz lleno de angustia con el que formulo aquella pregunta lo hicieron sonreír al instante, y en lugar de terminar por alcanzar la única prenda que aún no tenía entre sus manos, se limito a negar con ligereza dándole la mejor sonrisa que pudo en ese momento. —"No Yevhen, ya estaba despierto." La sonrisa que se dibujó en su rostro en ese momento lo hizo sentir una extraña calidez, le hizo sentir tranquilo a pesar de la situación en la que se encontraba y a pesar del desastre en el que se había convertido su vida en ese instante.

—"¿Has dormido bien? Veo que tu ropa está seca, pero si te sientes cómodo puedes tomar una ducha y podría prestarte algo de ropa" Aquello hizo al menor soltar una risa suave que resonó por la habitación después de haberse quedado en silencio. 'Yevhen siendo Yevhen.' pensó el castaño para si mismo. —"Aunque la oferta suena tentadora..." Comenzó a decir mientras negaba ligeramente. —"La luz del sol que ha dado contra mi cara me dice que ya es tarde, y que seguramente me van a matar por llegar tarde al entrenamiento." Y no mentía, hoy era su primer día como miembro oficial de la SVR y estaba más que seguro de que Dimitry no eran de los que aceptaban ningún tipo de excusa para llegar tarde. —"¿Al menos puedes quedarte a desayunar?" Preguntó Yevhen con una mueca de disgusto en su rostro. Estaba consiente que Yevhen odiaba sus actividades extracurriculares, sobre todo cuando comenzó a darse cuenta de los moretones que le producían los entrenamientos. —"Yure..." Comenzó nuevamente Yevhen con un tono de voz más apagado que el anterior. "Mira... sé que odias que me meta en tus asuntos, pero en verdad me preocupa demasiado. Creo que sea cual sea el deporte que practiques no es normal que llegues con tales moratones al trabajo." Frunció el ceño y desvió la mirada diciendo con evidente molestia. —"Además... ¿vamos a ignorar el hecho de que llevas una herida en la clavicula cubierta con papel plástico?"

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