Nunca voy a olvidar la primera impresión de ver el local de ensayos del 33, desde el instante que abrí la puerta no podía creer lo increíble que se veía, un local de 2 pisos repleto de posters: Led Zeppelin, Rolling Stones, AC/DC, Ramones, The doors, Queen. Algunas paredes estaban adornadas por murales de grafitis que para nada parecían hechos por vandalismo, se notaba el corazón puesto en esas obras de arte, superaba cualquier expectativa que teníamos sobre un local de ensayos.
A cualquier lugar donde voltearas veías grupos ensayando diferentes géneros, iban desde el rock hasta el flamenco, no había un rincón donde no hubiera guitarristas y bajistas, había grupos esperando con ansia su turno y había músicos como nosotros en busca de una oportunidad.
Entre esos grupos nos llamó la atención un grupo de Heavy Metal que tocaban una canción loquísima, mientras más avanzaba la rola estos más se alocaban. Entraron tan bien en su papel que de un momento a otro se dio una explosión, dos guitarristas, el bajista y el del teclado cayeron al piso electrocutados, quedando en pie únicamente el chavo de la batería. Se dio un silencio incomodo que fue interrumpido por Venancio.
-Pero si son pendejos, ¡¿cuántas veces les he dicho que, si no tocan encima de las maderas, se electrocutan?! Échenme una mano, llamen una ambulancia por favor. Estos cuatro van a pasar en el hospital unos 2 meses por babosos y greñudos.
Muchos de los demás músicos los levantaron del piso y los llevaron a unos pequeños sofás que había en el local, todos noqueados, solo esperando a que llegara la ambulancia. Algo divertido de este momento es que el chico de la batería en ningún momento mostro importancia por lo que acababa de pasarle a sus compañeros, únicamente se dedico a mirar. Cuando los hombres fueron levantados del piso, este se acercó a Venancio.
- Señor, ¿Yo puedo seguir tocando? - Dijo el chico sin mostrar aún ninguna preocupación.
- Tienes 4 minutos – Contesto Venancio
El chico comenzó a tocar la batería con una pasión que había visto pocas veces, agitaba su cabeza al tocar, moviendo aquellos picos extravagantes que traía en el cabello, en algún momento perdió sus lentes y ni siquiera lo noto, no le importaba nada solo seguir tocando, era sin duda una persona que quería en mi banda.
- Colate, este güey me late para la banda.
- ¿Por?
- ¿Cómo por? Pues porque toca con pasión, es el baterista que necesitamos.
- ¿Pasión? Pero si es "Heavy"
- Lo "Heavy" se le pasara. Acuérdate que dijimos que somos 4. Míralo, sus colegas casi se pelan y este güey sigue tocando, ¡Esta de pelos! Eso es pasión...
Los dos caminamos hacía el y nos quedamos mirando un poco, el ni siquiera lo noto. Lo saludamos cordialmente, pero seguía en lo suyo, era espectacular su manera de tocar. Con cada compás solo me remarcaba que era el baterista perfecto. Al ver que no haría caso, golpee con mi mano su espalda y grite - ¡Hey! ¿Qué pasa? - Termino sus respectivas 8 notas, paro de tocar y se colocó sus lentes.
- ¿Qué pasa güey? - Me miró molesto.
- ¿Qué pasa? - Le di la mano.
- ¿Qué pasa? - Miro a Colate molesto.
- ¿Qué pasa? – Colate le dió la mano.
- ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? - Volvió a mirarme con cara de sorpresa y se levantó.
- ¿Qué pasa? – Le dije tomándolo por los hombros.
- ¿Qué pasa? – Me preguntó Colate sacado de onda.
- ¿Qué pasa? – Le pregunte de nuevo al chico.
- ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? – Nos preguntó ya espantado.
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Hoy No Me Puedo Levantar
RomanceMario y Colate son un par de amigos que viven en un pequeño pueblo a principios de los años 80. Los dos comparten un mismo sueño, viajar a la ciudad para formar su banda musical. Nuestros protagonistas vivirán, sufrirán, amarán, serán felices, y gol...