Hoy No Me Puedo Levantar

Mujer vs Mujer

Quien no recuerda aquellas tristes cuatro décadas de dictadura que se vivieron en España bajo el yugo de Francisco Franco, décadas llenas de represión política. La libertad en aquella época llena de persecución, odio, dolor, miedo y violencia era un privilegio que a muy pocas personas les tocaba vivir. Ser tú mismo en aquella época era imposible si tu moral no iba acorde con la moral del régimen franquista, por lo cual los artistas más excéntricos estaban destinados a la censura.

Ahora hay que imaginar como una moral tan retrograda e hipócrita trataba a las personas "diferentes" según ellos, homosexuales, lesbianas, transexuales, travestis, toda aquella persona fuera del status quo de la época franquista. Para los gobernantes eran unos peligrosos sociales comparados con un rufián o un proxeneta, eran llamados violadores, corruptores de menores, vagos, maleantes, afeminados, degenerados. Según la propia ley eran "sujetos caídos al más bajo nivel moral, personas que ofenden la sana moral del país".

La policía franquista tenía ordenes claras y total impunidad para utilizar la brutalidad para someter a estas personas. Eran encerrados e internados en instituciones especiales y sometidos a una "rehabilitación" para "curarse". Ideas que hoy en día son inconcebibles en esa época eran vistas con total normalidad. Una época muy difícil para vivir.

Al morir Franco, llego la movida madrileña, un movimiento hermoso que por fin nos dio ese respiro de paz, esa tranquilidad de poder ser uno mismo sin ninguna limitante. La libertad era algo que ya podía disfrutarse, la censura dejo de estar tan presente, llego a los jóvenes una liberación ideológica, la vida nocturna tuvo un renacimiento y los temas considerados tabú dejaron de serlo.

Esta época nos dejó ver a increíbles artistas como el fotógrafo Alberto García-Alix, el pintor "Ceesepe", el director Pedro Almodóvar, la banda musical Alaska y Dinarama y no puedo olvidar al multifacético Guillermo Carrillo Figueroa.

Para Memo la movida madrileña había caído como una bendición. Desde muy chico las artes le parecían maravillosas, se pasaba horas escribiendo historias, amaba ir al teatro y vivir cada historia que tenían que contarle; observaba las pinturas de Picasso y Dalí maravillado y corría a buscar hojas para recrearlos logrando mejorar algunos; aprendió a tocar mas de 8 instrumentos musicales sin mucho esfuerzo; corría por cada puente conocido en Madrid y fotografiaba desde paisajes hasta objetos que podrían parecer banales pero al revelar la foto esta estaba llena de vida. Guillermo era un artista en toda la expresión de la palabra.

Su manera tan excéntrica de ser y todos sus dones artísticos siempre fueron motivo de burlas sobre todo en aquella obscura época... Siendo sincero incluso después era así. Jamás se sintió como todos, de alguna manera se sentía oprimido, rechazado, atado, pero eso nunca le importo para mostrar su verdadero ser... Aunque aún se resistía a mostrarlo del todo.

Las únicas personas que siempre lo entendieron eran sus 2 amigas de toda la vida María y Patricia. Ellas no lo juzgaban ni se burlaban de él, lo motivaban a seguir, les daban vida a esas historias que el se imaginaba ya fuera cantando o actuando, esas 2 le daban un increíble plus a su arte. Pero, aún con ellas y todas sus vivencias juntos no se atrevía a externarles todo su ser, simplemente por miedo. Y al conocernos paso lo mismo, siempre mostro su forma de ser sin filtros, pero seguía con miedo de mostrar todo lo que es por miedo a perdernos.

Sin embargo, nuestro ser es imposible esconderlo sobre todo para un artista, lo llevas tatuado y cada obra inconscientemente lleva un fragmento.

Guillermo aquel día preparaba el baño de su casa, encuadro una cámara frente a la tina, coloco reflectores por todo el baño y emocionado vio llegar a sus mejores amigas para darle vida a su próxima obra de arte, que pronto sabrás por que se volvió nuestra favorita.