Una Rosa es Una Rosa

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Los días seguían pasando como si fueran parpadeos, mi vida en Madrid era cada vez mejor, cada momento ahí era más sorprendente que el anterior. La inspiración estaba al máximo de mis capacidades, se me ocurrían mil ideas, las letras de las canciones aterrizaban tan solo observando a mi alrededor, las melodías fluían tan solo cerrando los ojos.

Los cuatro como grupo funcionábamos espectacularmente, toda persona que nos escuchaba quedaba maravillada, nos pedían más y los aplausos no se hacían esperar. Algunas personas llegaban al local de ensayos exclusivamente para escucharnos, era imposible no emocionarse al escuchar a varias personas coreando "Hoy no me puedo levantar".

Hubiera sido una tragedia no comenzar a grabar esas canciones que se nos ocurrían día a día, la excentricidad de Guillermo, la irreverencia de Chakas, el corazón roto de Colate y mi corazón enamorado hacían mucho más fácil escribir, era el equipo perfecto. Pero claro que es de una banda sin una persona que conozca este mundo y de ese impulso que necesitábamos; Venancio era esa persona.

Durante ese tiempo trabajando en el 33, me di cuenta lo sabio que era en el ámbito musical, se le oía rock cuando se acomodaba el almacén, tocaba flamencos de una manera impresionante, los comentarios constructivos que hacia los grupos que tocaban en vivo en el bar o en el local, los músicos y cantantes que acudían a el a diario por consejos, esas y muchas acciones más demostraban su conocimiento. El problema aquí era la exigencia con la que Venancio se manejaba. Desde el primer día nos hizo saber lo complicado que es destacar, no solo se necesitan talento, ganas y creatividad, se necesita disciplina y constancia, por lo cual convencer a Venancio de ser nuestro representante no sería una tarea sencilla.

Hasta ese momento jamás nos había oído tocar, era muy importante sorprenderlo y obviamente "Hoy No Me Puedo Levantar" era la sorpresa perfecta. Sin embargo, siempre se ponía renuente a escucharnos a pesar de que todo mundo le dijera lo genial que nos escuchábamos.

Decidimos buscar estudios y comenzar a grabar demos de nuestras canciones, seguramente si notaba que estábamos tomando en serio este asunto convencerlo sería más sencillo. El sueldo de meses se fue en esas horas dentro del estudio, pero era muy emocionante estar ahí grabando mis canciones con mis amigos y la emoción aumentaba al pensar que Venancio no tendría pretexto para escucharnos.

No se perdió ni un momento, en cuanto nos dieron los demos fuimos corriendo al 33, ahí estaba Venancio hablando con María y Patricia mientras acomodaba botellas. Tomamos un estéreo, metimos el casete, lo pusimos en la barra y dejamos reproducir "Hoy No Me Puedo Levantar". De inmediato Venancio paró sus actividades, se acercó al estéreo escuchando atentamente, comenzó a agitar su cabeza al ritmo de la canción y no paró de sonreír. Al terminar los cuatro emocionados como niños nos acercamos corriendo a la barra.

- ¿Qué opinas Venancio, te gusta como suena? – Pregunte con mucha euforia.

- No está mal. - Dijo con una gran sonrisa, después de un pequeño silencio para calmar su impresión.

- ¡AYYYYYYYYY!- Gritamos todos a coro.

- Venancio, por Dios, es el mejor demo que has escuchado en tu vida. – Afirmó Patricia.

- Vamos a arrasar en el concurso ¿Apoco no? – Comentó Chakas.

- Venancio, deberías ser nuestro mánager, con nosotros vas a sacarte la lotería.

- Yo tengo un bar Mario, que mánager ni que chingados

- Pues deberías, tienes todos los contactos y no conozco a nadie que sepa tanto de música como tú.

- Mario no insistas, el mundo de la música es mucho más difícil de lo que ustedes creen, aun teniendo todo el talento del mundo lo más probable es que no lleguen a ningún lado.

Hoy No Me Puedo LevantarWhere stories live. Discover now