Jungkook es un omega rechazado por todos, y eso se debe a que él desea seguir su verdadera naturaleza; convertirse en un fuerte beta. Su día a día consiste en ir al gimnasio, practicar boxeo y asistir al liceo por las tardes para sus clases de dibuj...
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―Adivina qué, ―Jimin quiebra el silencio entre los dos.
Tanto uno como otro estan concentrados en prepararse para sus batallas de esta noche.
―¿Mm? ―artícula Jungkook terminando de vendar su mano izquierda, no habla mucho debido a que sostiene parte del vendaje sobrante con su boca.
―Me le voy a declarar a Yoongi esta noche, después de las peleas, es decir, le pediré permiso para cortejarlo, ―contesta emocionado por la iniciativa.
Jungkook le sonríe sin muchas ganas, a decir verdad los ve como una linda pareja, pero no esta seguro de que el más bajo realmente quiera a su compañero de peleas como pareja estable. Aún así le sorprende que Jimin continúe tan seguro de si mismo. Le encantaría ser así también.
―Buena suerte, ―se limita a responder.
―Gracias, veremos que sucede, nadie se resiste a mi, ―carcajea mirándose al espejo.
El peli azul no le pone mucha atención que digamos, observa con una sonrisa la pulsera que cuelga en su muñeca izquierda. Le parece en verdad muy linda. Por mucho que desea seguir usándola, se la quita después de terminar el vendaje.
Acaba por alistar su mano derecha y toma sus guantes rojos, listo para dárselos a YuGyeom. Jimin por su parte recoje los guantes negros, también para que, Ravi, su entrenador, se encargara de ponérselos.
El par de muchachos se dirigen una última mirada, preparados para abandonar los vestidores e ir de cara al ring.
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―¿Cómo te fue? ―Hoseok es el primero en interrogar al pálido.
―Bien, creo, todo está en orden, ―responde evitando entrar en detalles vergonzosos.
―Misión "Disculparse con el chico lindo" fue un éxito. ―canturrea Jin sentado a su lado.
―¿Porqué hablan así? Es lindo, pero tampoco para que actúen como si me gustará, ―Yoongi se defiende, sintiendo ese odioso calor en sus mejillas de nueva cuenta.
―Pero te llama la atención, ―lo codea Jung.
―¿Y? Jimin y yo estamos bien, quizás hoy se me declaré ―una pequeña sonrisa adorno su rostro.
