【𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 】2/2

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Mientras que en Marte

Zee estaba dentro del penthouse, frente al ordenador con un contador puesto. Un contador para lo que parecía ser una bomba.

Él está vestido como un sacerdote pues estando solo en la ciudad, siendo técnicamente el único sobreviviente ahí, él vagabundeaba. Y encontró este traje en el hogar de alguien más.

Sus labios dibujaron una triste sonrisa mientras miraba el ordenador.

De pie se puso y ando serenamente hacia el Saint no-muerto atado del cuello a una pared. Este solo vestía boxers y estaba gruñendo a los pies del de los cuernos. Estaba sumamente agresivo. Estrechando sus manos para rasgar a su objetivo. Tirando mordidas. Gruñendo.

Empujando su cuerpo hacia adelante aunque su cuello no pueda por la cadena en este.

—Saint, ey, hoy nos vamos. Gracias a que tu ciudad tenía granadas de auto-destrucción. No se te escapaba ni una ¿eh?

—¡Grr! ¡Ngh!

Saint gruñía mirándolo sin vida alguna. Zee cariñosamente lo desata y el no-muerto se le lanza encima para hincarle los dientes en su piel. Zee suspira ante la mordida. Cerrando sus ojitos.

—Saint, morderme es inútil. No me podré convertir en lo que eres. Ni por más que lo desees.— Susurra apenado el de los cuernos.

El no-muerto deja caer unas lágrimas mientras sigue mordiéndolo. Mordisqueando esa piel como nada.

Zee lo carga de forma nupcial al ponerse de pie. Lo cargo con mucho cariño. Llevándoselo a la piscina. Dónde Apollo nadaba. Se detuvo al borde de la piscina sin soltar a Saint. El de los cuernos mira hacia arriba a las gallinas que no habían soltado durante esta semana para alimentar a Apollo.

Pobre de Apollo.

Debía de estar súper hambriento. Ni se diga que debía de extrañar a su amo.

—Debes de estar hambriento.— Comenta Zee tristemente hacia el tiburón. Mira abajo a su ahora quieto zombie que miraba a las gallinas. Mirando el techo. —Saint, creo que vas a conseguir tu deseo de muerte. Ambos lo haremos.

Ríe tristemente el de los cuernos. Sollozando entremedio con sus ojos cristalizados. El no-muerto tan solo miraba las gallinas muertas.

Zee va entrandolos a la piscina, que resplandece de todo el salón. Hasta que están adentro del agua y la aleta de Apollo pasa frente a ellos.

















—Te quiero, Saint.

























Mew estaba impactado por la muerte de Erika, pero más se impacta al ver como algo más allá en los cielos explota. Es muy lejano pero se puede ver un poco del fuego. Así que las personas se espantan mirando al cielo de inmediato.

El pelinegro frunce el ceño y corre devuelta hacia adentro del aeropuerto para ir al baño. Mientras corría al baño, pasó por al lado -en cámara lenta- de cierta persona parada a una esquina vistiendo una gorra negra, mascarilla negra, y vestimenta negra.

No se fija en la persona y tan solo entra al baño. Hiperventilando. Con la toxina en una mano. Sin soltarla. Pero puso sus manos contra el lavamanos para poder respirar. A ver si se tranquilizaba. 

Pero alguien más entró al baño, y tras los sonidos de unos cuantos pasos, la persona posa detrás de Mew.

Este alza la mirada a medida que hiperventila. Inmediatamente la persona coloca un cuchillo contra su garganta para amenazarlo. Mew permanece de pie muy tenso. Su cabeza al lado del de la persona vestida de negro.

—¿Quién eres? ¿Qué sucede--?

La persona alza su mirada para quitarse la mascarilla. Revelando que es Gulf. Este mira los reflejos de ambos en el espejo. El pelinegro tranquiliza su hiperventilación.

—¿Mataste a Erika?— Murmura Mew.

—Fui yo.

—La explosión en el cielo--

—Le dije a Zee que lo hiciera.

—... Ya veo.

—Me mentiste.

—Gulf.

—Erika iba a hacer una locura y lo sabes.

—¿Podía yo hacer algo más? No soy un ricachón ni nada por el estilo. Tengo un poco de dinero para mantenerme, pero yo no soy poderoso como Erika para salvar a mi madre de una amenaza, Gulf.

—Lo sé.

Gulf menciona mirando los reflejos de ambos ahora con los ojos cristalizados. —¿Qué harás con la toxina?

—... Me la tomaré, y me matarás. La vez que tuvimos sexo en esa cabaña me dijiste que si alguna vez me debías de matar--

Mew.

—que no tendrías problemas. Necesito a ese frío hombre ahora mismo.

—...

—¿O acaso niegas tus propias palabras?— Ríe triste Mew.

—Te amo, carajo.

Eso hace que el pelinegro agrande sus ojos. Al moreno le tiemblan las manos. Incluso solloza. Sus labios tiemblan. Aunque dibujan una pequeña sonrisa triste.

Yo te amo a ti, Mew Suppasit. Eres el único que entiende mi locura y que me acepta como soy.— Llora el moreno.

—Oye, no es lindo llorar mientras amenazas a alguien del cuello.

Bromea triste el pelinegro. Ambos permanecen viéndose en el reflejo.

—Somos los héroes sin capa, ¿no?— Mew llora. —Porque los hombres de Erika no dejarán de seguirme. No voy a poder hacerte feliz Gulf ni tu a mí.

Este se lleva la cápsula pequeña con toxinas cerca a la boca. Aún sin abrirla.

—¿Vas a matarme sin dudarlo?— Pregunta Mew.

—Lo haré.































































Te amo, Gulf.





























































FIN










*N/A: No estoy llorando. Algo se me metió en el ojito. ¿Qué les pareció? Realmente hacer este final fue muy arriesgado porque no muchos ni muchas se atreven a matar a los protagonistas (y claramente sé por qué) pero quería un final emotivo. Y más para el SaintZee, ambas parejas en mi opinión como autora merecían mejor. Eso lo sé claramente y eso es lo que quería transmitir. Espero les haya gustado la aventura, los personajes, la acción que trajo este libro. Gracias por leer hasta el final y gracias por los lindos comentarios, ¡lxs quiero!🥰💖*

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𝙇𝙊𝙎 𝙍𝙐𝙂𝙄𝘿𝙊𝙎 𝘿𝙀 𝙈𝘼𝙍𝙏𝙀 •MewGulf + SaintZee (+threesome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora