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Me encontraba en la cafetería junto a mi rubio amigo, Jimin. Ah, Jimin. ¿Qué haría sin mi Jimin?

Probablemente estaría sentado solo, sin nadie con quien hablar; porque él era el único que me soportaba y entendía mi humor. Como dije, ¿qué haría sin mi Jimin?

—¿Te he dicho alguna vez que te amo? —le dije y mi amigo me miró como si me hubieran salido cuatro cabezas.

—¿No dormiste anoche? Creo que estás alucinando y ahora crees que soy Jeon Jungkook —dijo soltando una risa mientras abría su lonche y sacaba su sándwich de jamón, procediendo a darle un mordisco.

—Nunca más vuelvo a ponerme cursi contigo —bufé.—No aprecias mi amor

—Ajá, sí claro —se burló y vi como me acercaba su merienda.—¿Quieres?

Asentí rápidamente y le di un gran mordisco. Y efectivamente, estaba delicioso.

—Tampoco para que no me dejes nada —rió y sonreí un poco apenado.—Oye, Tae —llamó y lo miré esperando que continuara—. ¿Por qué tú y Jungkook se distanciaron?

Mastiqué lentamente y tragué lo poco que quedaba del sandwich en mi boca. Carraspeé un poco antes de hablar.

—Bueno, ni yo tengo la respuesta a esa pregunta —contesté—. Éramos muy cercanos de niños pero un día simplemente dejó de hablarme y se la pasaba encerrado en su casa

—Eso es raro —dijo pensativo—. ¿Alguna vez preguntaste?

—Jamás lograba acercarme a él, hasta hace unos días —murmuré soltando un suspiro después—. Aún así, me empezó a gustar a lo lejos aunque me haya dejado de lado todo este tiempo —sonreí a medias y Jimin me miró con pesar.

—Eres un masoquista —quiso bromear para sacarme una risa y así lo hizo.

Después de unos minutos charlando con Jimin sentí como alguien se acercaba detrás mío, poniendo una mano sobre mi hombro haciéndome voltear confundido.  Alcé la mirada y me encontré con Song Mingi, el chico callado del otro bloque.

—Hola, Mingi —sonreí a modo de saludo y éste respondió igual antes de hablar.

—Hey, Taehyung —saludó—. ¿Puedo sentarme con ustedes?

Asentí y de inmediato tomó asiento a mi lado. Iniciamos una conversación demasiado larga entre los tres, soltando unas cuantas risas hasta que escuchamos la gran puerta de la cafetería siendo abierta. Todo el lugar quedó en un inmenso silencio.

Volteé ansioso de conocer la reacción exagerada de todos los días casa vez que el equipo de basquetbol ingresaba a la cafetería. Siendo Jeon Jungkook uno de ellos, con Min Yoongi siendo el capitán del equipo y Jeon su mejor jugador. Caminaron en dirección a su mesa de siempre, las voces escuchándose nuevamente y volviendo todo a la normalidad. Mis ojos quedaron clavados en mi vecino. Me devolvió la mirada y sonreí; saludando con la mano, él saludó igual.

Escuché el carraspeo de Mingi y volteé a verlo nuevamente para reiniciar la conversación.

—Disculpa, ¿qué decías?

—Taehyung, ¿me das tu número? —preguntó en un tono bajito, con timidez.

Miré a Jimin y éste movió las cejas de arriba y abajo, entre cerré los ojos a modo de regaño y me dirigí al más alto que esperaba paciente mi respuesta.

—Claro, Mingi. Anota —contesté y sacó de inmediato su teléfono, sus dedos tecleando mientras daba los últimos números hasta que escuché la profunda voz de alguien a mis espaldas.

—Taehyung —Habló Jungkook y mi piel se erizó. Se colocó al frente mío y lo miré atentamente—. ¿Iremos juntos de nuevo?

¿Él preguntó? ¿Ir juntos de nuevo? ¿Me habló éllllllllll?

Asentí rápidamente sin dudarlo. Él sonrió y se retiró, no sin antes darle una mirada pesada a Mingi.

—Tú y Jeon son buenos amigos por lo que veo —comentó Mingi.

—Yo no diría eso —dijo Jimin desinteresado, raspando los bordes del envase del pudín que terminó de comer.

El más alto me miró y simplemente sonreí. Él soltó un suspiro y se despidió antes de marcharse del lugar y dejarnos solos.

—¿Has visto Jimin? Jeon Jungkook me preguntó si iríamos juntos de nuevo —chillé emocionado.

—Lo vi, Taehyung. No soy ciego —rodó los ojos y lo ignoré al estar pensando de nuevo en mi guapo vecino.

Me encontraba esperando a Jungkook en mi bicicleta, apoyado en  una pared mientras movía mis piernas de arriba y abajo y tarareaba una canción

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Me encontraba esperando a Jungkook en mi bicicleta, apoyado en  una pared mientras movía mis piernas de arriba y abajo y tarareaba una canción.

—We live, and we lie, and we fall, and we fly... —canté mientras chasqueaba los dedos al ritmo de la canción y haciendo un bailecito—. We win, and we lose

—So for now, let's all enjoy this view —pegué un pequeño brinco al escuchar la voz conocida de Jungkook siguiendo la letra—. Adoro esa canción —añadió con una sonrisa y me sonrojé fuertemente.

¡Me vio haciendo un bailecito ridículo!

—La escucho todo el tiempo —murmuré.

Vi como tomaba su bicicleta y se subía en ella, haciendo sonar el pequeño timbre que portaba con una risita.—Veo que tenemos gustos similares. Podríamos recomendarnos canciones un día de estos —ofreció.

—Te mandaré mi playlist completa si me mandas la tuya —sonreí y asintió antes de empezar a pedalear y dirigirnos a nuestros hogares.

No pude evitar gritar de felicidad en mi cabeza. ¡Viva!

¡Señora Jeon! [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora