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—¡Hola Taehyung! —gritó la señora Jeon, bajando el volumen de la radio y quitándose los lentes para agitar la mano en modo de saludo.

Me bajé de la bicicleta y caminé hasta la camioneta, viendo como Sun Hee bajaba de ésta y me recibía con un gran abrazo, casi dejándome sin aire.

—Señora Jeon, qué gusto volver a verla —hablé apenas me soltó y le regalé una sonrisa—. ¿Qué hace aquí?

—Jungkook tiene práctica los viernes, así que se queda hasta tarde y paso a recogerlo porque ha de estar cansado como para regresar en su bicicleta —explicó y asentí, entendiendo todo.

Si sabe que lo espero para regresarnos juntos, ¿por qué no me avisa que saldrá tarde? Digo, no estaba de más avisarme que no lo espere porque tiene práctica, aún si sólo somos amigos ahora. Aunque, no sé realmente si ya me considera eso. Hoy no se me acercó ni una sola vez durante las clases tampoco. No pude evitar hacer una mueca ante eso y Sun Hee me miró curiosa.

—¿Pasa algo, cariño?

Negué con la cabeza sin darle importancia.—Nada, sólo me quedé pensando

—No te avisó y te quedaste esperándolo, ¿verdad?

—¿Eres adivina, señora Jeon? —ella rió y siguió hablando.

—Tal vez un poquito. No puedo justificar a mi hijo en este momento porque obviamente no estaba con él, así que esperemos a que venga y te aclare su falta de responsabilidad afectiva

—No importa ya —solté un suspiro y ella me guió hacia un banco de metal para tomar asiento los dos—. Dígame mejor, ¿tiene algo para contarme?

Ella sonrió enormemente y sacó de su bolso una pequeña libreta que meneó con emoción frente a mis ojos. Parecía ser su agenda pero como la abría sin dejar de sonreír me pareció que tenía algo importante para mí escrito ahí.

—Su tipo ideal —leyó y abrí los ojos con interés palpante reflejado en ellos. Me acerqué un poco más a ella para empezar a leer—. Una persona que sea honesta... ¿Eres honesto?

—Una vez robé dinero de la alcancía de ahorros para comprarme dulces y me sentí mal y terminé confesando —dije—. ¿Cuenta?

—Mmm... —se quedó pensando un momento antes de responder—. Tienes un punto, sigamos —marcó con una palomita esa línea y continuó leyendo—. Divertida. ¿Eres divertido?

—Nací para ser un payaso, señora Jeon —inflé mi pecho con orgullo y Sun Hee rió.

—Otro punto a tu favor —otra palomita—. Bueno, lo siguiente en la lista ya me sé la respuesta. Amigable y amable, listo —marcó de nuevo—. ¿Cuánto amas a los animales?

—Está difícil expresarlo en números. ¿Quién no ama a los animales? Tengo un perrito llamado Yeontan y es mi razón de vivir —sonreí tontamente al acordarme de mi mascota.

—¡Yeontannie! ¿Cómo está ese lindo esponjoso?

—Muy bien, ha crecido mucho desde la última vez que fuiste a visitarnos. También ha engordado

Ella sonrió feliz y asintió, terminó por marcar la última línea y me extendió la agenda. La tomé y miré todo con detenimiento. Volteé a verla con los ojos esperanzados y una enorme sonrisa cuadra dibujándose  en mi rostro.

—¡Califiqué, señora Jeon! —chillé con emoción y me atreví a darle un gran abrazo. Ella correspondiendo con la misma emoción y palmeando mi espalda.

—¿Calificaste en qué?

Escuchamos una ronca y conocida voz acercándose a nosotros y volteamos con los nervios a flor de piel. Sonreímos inocentes al dueño de mis suspiros y la pérdida de mi dignidad, quien nos miraba con el ceño fruncido y una gran mueca de confusión. Carraspeé un poco antes de hablar.

—Emmm... Para la beca de una universidad muy reconocida, sí —dije muy seguro para que la mentira sea creíble y Jungkook se cruzó de brazos.

—¿Cuál universidad?

—Emmm... Monsters University —dije sin pensarlo al sentirme presionado por la profunda mirada que me dedicaba desde arriba con los brazos cruzados.

Los ojos de la señora Jeon y su hijo conectaron un segundo y volvieron a mí, ambos incrédulos por la tonta excusa que salió de mi boca. Me encongí en mi asiento escondiendo la pequeña libreta de la mayor y escuché a Jungkook hablar de nuevo.

—Taehyung, ¿por qué tienes la agenda de mi madre?

Mierda y más mierda. ¿¡Cómo mierda es que nada se le escapa!?

—Y-Yo le estaba mostrando unos logos que hice para la empresa y le pedí que me ayudara a escoger —habló la señora Jeon mientras tomaba la agenda de mis manos y abría en una hoja específica, mostrandosela a su hijo.

¡Gracias, señora Jeon!

Jungkook pareció dudar unos segundos, pero desistió y soltó un suspiro pesado por el cansancio. Tomó asiento a mi lado y recostó su cabeza por el cabezal del banco.

—Ya veo —dijo nada más—. Disculpa que no te haya avisado que saldría tarde hoy, Taehyung. Estaba un poco ocupado y en el descanso se me pasó de largo

—No hay problema, Jungkook. Entrenaste mucho hoy, ¿verdad? —pregunté y él asintió.

—Suban sus bicicletas a la camioneta, nos vamos a casa —dijo Sun Hee, levantándose para caminar hasta la camioneta y abrir la puerta trasera. Ambos soltamos un suspiro para también levantarnos y llevar nuestras bicicletas al vehículo. 

Caminamos a la par y me sorprendí cuando Jungkook abrió la puerta para mí, más aún cuando se sentó a mi lado; porque había pensado que tomaría el asiento de copiloto, junto a su madre. Me sonrió y le devolví la sonrisa, con la señora Jeon arrancando y dando marcha a nuestros hogares.

¡Señora Jeon! [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora