El Dios de la destrucción (JinNam) 《DIOSES #1》

Capítulo 4

'' Tienes consecuencias tan lindas como quererte por ahora ''

Edison A. Cajilima Márquez.

Ella no estaba para nada contenta, todos estaban haciendo bien su trabajo para que ella pudiera hacer bien el suyo, pero el hace un mes que había dejado sus obligaciones de lado.

-¿Donde está SeokJin?- la reunión de las deidades de Corea se estaba llevando acabo sin el pelinegro presente.

-¿En Seúl?- contesto simple otro pelinegro, Park JiMin era el dios del viento.

—Muy gracioso Park, pero no debes de solapar las fechorías que ha estado haciendo tu amigo— una mirada llena de enojo fue lo que recibió JiMin. —Que todos sepan en este momento que Kim SeokJin ha esta enamorado de un humano— el shock en aquel lugar incluso alcanzó a Park que no tenía ni la menor idea de que aquello estaba ocurriendo.

Debia ir a buscar a Jin y decirle que había sido descubierto por la diosa de la creación, si es que lo que había dicho esta era verdad, era momento de dejar los cielos e ir con los mortales.

Jin solo tenía ojos para Namjoon ¿Acaso ningún humano tonto había caído ante tal encanto? Sin duda no tenían idea de lo que era la belleza.

—Hyung, deja de verme asi— el sonrojo en las mejillas de Namjoon era notorio a pesar de su piel morena.

—No puedo dejar de hacerlo. Eres tan hermoso que pienso estoy en un sueño— acaricio su mejilla antes de acercar sus labios a los contrarios y dejar un corto beso.

—¿Donde estuviste todo este tiempo?— Namjoon debió salvar al país en su vida pasada para que en esta fuera recompensado de tal manera.

Si tan solo supiera que Jin vagaba por el mundo haciendo el equilibrio de este, si supiera que el ha existido incluso antes de que el llegara a este mundo.

—Solo aparecí en el momento indicado Namu...—

—¿Namu?— pregunto NamJoon mostrando sus preciados hoyuelos.

—¿No te gusta? Puedo pensar en otro— el mayor se llevo una de sus manos a la barbilla para hacer una pose graciosa de pensante —¿Que tal ojitos de dragon? O quizás ¿Koala? ¿Namjonnie? ¿Monnie?— el más joven solo comenzó a reír negando repetidas veces.

—Me encanta Jinnie— aunque el pocas veces tomaba la iniciativa hoy sentía el ánimo de hacerlo acercándo sus labios y dejando un corto beso en los del mayor.

—¿Es muy pronto para decir que te quiero?— Jin no quería desperdiciar ningún momento, toda su larga vida había estado solo sintiendo que algo le faltaba y ese algo era más bien alguien y hoy podía tenerlo frente a él.

—Yo también te quiero Hyung— ambos permanecieron abrazados por el resto de la noche, ninguno quería dejar ir al otro, pero ya habría un momento en que eso fuera inevitable, Jin no pensó que eso fuera más pronto de lo que nunca planeo.