—Albus Dumbledore— llamó una vez dentro.
Ni siquiera averiguó qué interrumpió. Solo realizó un accio con el pensadero y vertió sus recuerdos en él, instando al director a sumergirse en ellos o atreverse a desafiar a su persona tal en el estado en que estaba. En efecto, el anciano no había llegado a anciano por tonto, así que accedió a la petición implícita que escondía una amenaza.
Cuando finalizó, sacó su cabeza.
—Me he equivocado— sus ojos lagrimeaban; movió su mano a su boca, ocultando la mitad inferior de su rostro. Pero se llegó a oír un jadeo.
—Es tarde para lamentarlo. No para hacer algo al respecto. Y no, Albus, no compensará nada malcriarlo. Te advierto; quedó en mi casa por algo. Conozco a lo que son propensos los míos. De momento, haremos caso a Poppy y nada más; es la que más sabe, al fin y al cabo.
No se mencionó sobre dónde iría Harry en sus vacaciones. Sabían que no volvería con sus parientes muggle; en el mundo mágico esa actitud era el equivalente a una renuncia abierta por la tenencia de un niño. Además, las barreras de sangre necesitaban cierta medida de afecto de por medio. Quizá, en su desagradable comportamiento, Petunia tenía algún grado de sentimientos positivos por el crío. Pero si él había huido, no iba en ambas direcciones de la manera idónea o necesaria. De momento, tenían diez meses por delante para pensarlo.
Era complicado. Como una sola persona que no fueran ellos lo supiera, Dumbledore debía renunciar a cualquier posibilidad de opinar o mover hilos, o podría ver amenazado incluso su puesto como director.
.
La siguiente ola de arrepentimiento, para Dumbledore, fue no haber preparado planes de contingencia. En realidad, nunca tuvo un plan para comenzar, pero sí tenía algunos supuestos, los cuales se acababan de romper todos y podrían en muchos problemas, más allá de él, para aquellos que más quería. Harry expuesto a un trato que ningún niño merecería (si bien muchos lo obtenían), con problemas a largo plazo; solo podía esperar y esperar que todo saliera bien, que consiguieran paliar las repercusiones en su salud. Severus también se vería expuesto, al Señor Oscuro, una vez que este decidiera hacer algún acto de presencia medianamente público y abierto. En sus tiempos de cordura, su amado Gellert habría estado muy decepcionado de él.
La segunda ola de arrepentimiento, para Severus, fue no haber esperado nada del niño. Haber asumido tantas cosas sin conocerlo, juzgarlo por un padre que no llegó a conocer, considerarlo hijo de Lily solo por su promesa y haberse preparado para cumplirla a escondidas y no más. Resultaba evidente que eso no era factible, que limitarse a, básicamente, impedir su muerte.
Sí, con todos sus enemigos sería una cuestión importante, pero evidentemente sería un cuidado insuficiente; ¿y si no hubiera sido sorteado en Slytherin? Ninguna de las otras casas hacía un chequeo médico, por lo que todo lo que ahora sabía nunca se hubiese sabido, probablemente. En Gryffindor no sería instruido en la auto-preservación y el valor propio; sí, habría sido apoyado y querido de ese modo tan pegajoso, pero no más, y la idiotez suya lo habría llevado a más de un acto suicida, seguramente.
En Ravenclaw... No estaba seguro qué hubiese obtenido; la casa solía centrarse en llevar a que cada uno potenciara sus habilidades individualmente, y evidentemente este chico no necesitaba eso, podía concluirlo con menos de cuarenta y ocho horas de observarlo. Él se había prometido que no sería como su jefe de casa, Horace. Y no había Señor o criatura que pudiera hacerle incumplir esa promesa. Lo estaría haciendo si no observara con cuidado a cada uno de los pupilos bajo su manto.
Finalmente, sobre Hufflepuff... Allí acentuaban más en el valor del esfuerzo que en la necesidad de una recompensa. No le agradaba la idea que ninguno de sus serpientes llegase a pensar así jamás, ni siquiera el chico de Potter... Harry, se corrigió; llamarlo sin apellidos de por medio sería lo mejor para ambos: el chico sería reconocido como un individuo y él se recordaría a sí mismo que era más que un pasado al que no perteneció.
Harry, desde su camilla, por su lado, estaba inquieto. Al parecer, todavía no había perdido esa sensación que le era indescriptible... Tal vez, si hubiera estado despierto, y no soñando, no empapado en una pesadilla, se habría percatado que era una cuestión psicológica, de sentimientos. O tal vez no, al fin y al cabo, era un niño, y uno que había recibido una educación insuficiente. No que fuera el primero, por supuesto. No existirían prejuicios, tutores tóxicos, abusadores...
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Premonición [Harry Potter]
FanfictionAdvertencia: ni me decidí sobre los shipps pero esta será una historia GAY; so, LGBTfóbicos, redirecciónense a terapia. . ¿Y si todo hubiese sido una posible premonición? . . . El haz de luz del hechizo le llegó; Voldemort había ganado. Entonces, a...