—Vaya, este lugar es genial —comenta Owen mientras nos apresuramos por el jardín hacia la vaya que divide la casa de los Cox y la residencia.
Aun no lo he besado, simplemente nos miramos con deseo pero creo que podré hacerlo sin problema, quiero decir, la simple emoción de traerlo a casa sin que nadie se dé cuenta me produce una erección. Él es lindo, muy lindo de hecho y no está para nada mal el pensamiento de tocarlo que he venido procesando mientras tomábamos el Uber.
—Es una linda casa —le digo mientras lo dirijo hacia a mi habitación—. Y las habitaciones que el entrenador hizo aquí son bastante cómodas... esta era su casa de la piscina, sabes, algunas casas grandes suelen tener una casa en la piscina, la convirtió en habitaciones para sus jugadores.
—Qué lindo de su parte —Owen se ríe—. Suena como un lindo hombre a pesar de que el que sea entrenador de futbol me da ciertas vibras homofóbicas, pero no quiero juzgar.
—Oh... no lo sé —me encojo de hombros y saco la llave de mi habitación—. Yo aprecio mucho al entrenador Cox, pero encuentro que no es el mejor ejemplo de alguien de mente abierta, aunque puedo decirte que como padre es un diez de diez.
—¿Tiene hijos?
—Sí. —me limito a decir eso, porque no quiero hablar de Jerome en este momento.
Tiro de la mano de Owen una vez que abro la puerta y logro poner un pie dentro de habitación, él suelta una risita traviesa y suelta un "oh" de manera sutil cuando cierro la puerta y lo pongo contra esta. Antes de que lo bese me fijo en los oscura que está mi habitación pero antes de que sus labios choquen con los míos alzo mi mano y encuentro el interruptor de la luz y la enciendo.
Lo beso y me tomo mi tiempo para que me cerebro procese que estoy besando a otro hombre que no es Jerome... pero no hay nada que procesar, lo encuentro bastante fácil de asimilar después de todo y apago mi cerebro después de que Owen me toma de la camisa y me acerca más a él.
Se separa de repente y me mira a los ojos.
—Me encanta tu entusiasmo, Bras, yo-¡Oh por Dios! —Owen abre los ojos de par en par y noto que está mirando algo detrás de mí así que volteo.
Jerome está parado detrás de mí con los brazos cruzados, ladeando la cabeza y dándome una mirada de suspicacia que sé que está mezclada con algo de molestia porque hasta este punto, lo conozco demasiado bien. Está irritado, mosqueado, pero más que todo, probablemente esto es algo que no se esperaba para nada.
Sin embargo, me parece increíble como pasé de no entender nada que estuviera pensando Jerome a saber exactamente que está sintiendo.
—¿Quién es esta persona? —pregunta Owen.
—Uh, tú estás en mi propiedad ¿Quién eres tú? —Jerome alza las cejas, altivo y prepotente.
Ruedo los ojos.
—Jerome, esta es mi habitación —le espeto.
—Sigue estando en mi propiedad —responde con aire de superioridad—. Venía a hablar contigo... a disculparme —sus ojos se oscurecen cuando me mira de arriba abajo y ese mechón blanco lo hace lucir como Cruella de Vil si esta fuera un chico sexy de dieciocho años con mucha actitud—, pero veo que estás ocupado.
—Ja... —Owen resopla y se pasa la mano por el cabello.
—¿Cómo siquiera entraste aquí? —vuelvo mi mirada a Jerome de nuevo—. Está cerrado con llave.
—Llave maestra —él la saca del bolsillo y me la muestra—. Papá las guarda para emergencias.
—¿Y esto era una emergencia? ¿Estás demente?
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Besar a un ángel en la oscuridad |BL|
RomanceComo uno de los mejores jugadores de futbol del equipo universitario de Houlson, Bras Oliveira es elegido para vivir en el conjunto residencial fuera de la universidad perteneciente a su entrenador y especial para los jugadores estrellas, con el fin...