Las festividades llegaron más rápido de lo que esperábamos, pronto después de aquella fiesta tan reveladora, estábamos despidiendo a Gordon, Brook y Nelson frente a la casa de los Cox. Nora estaba allí para darle un regalo de navidad a Gordon por adelantado, Jerome estaba allí también, viendo desde la acera, esperando que Nora terminase de besar a Gordon. Todos esperábamos eso en realidad.
—Te voy a extrañar, Brooks —Evan abraza al objeto de su admiración ciega con cariño y unas cuantas palmadas en la espalda—. No olvides decirnos cuando aterrices, te enviaré un regalo luego.
—No tienes que hacer eso —Brook parece serio y no conmovido en lo absoluto como siempre, aunque eso no significa que realmente lo esté.
—Les enviaré regalos a todos, no seas tonto —Evan lo suelta al fin—, pero te enviaré algo mejor, te lo mereces.
—Jesús —yo ruedo los ojos—. ¿Por qué no se comen la boca como Gordon y Nora para variar? —les pregunto, sacudiendo la cabeza.
—¡Es platónico! —me grita Evan—. Uno no puede apreciar a sus amigos porque ya te tachan de gay, es el siglo veintiuno, Bras. Aprende un poco de Jerome, él no está juzgándonos.
—Oh, yo estoy juzgándolos —Jerome asiente con una sonrisa ladeada, está parado justo a mi lado—. Es lo más gay que han visto mis ojos y eso que soy gay.
—¿Por qué estás aquí? —le pregunto, alzando una ceja.
—Pensé que podía darte un buen beso de despedida —él se inclina hacia mi metiendo sus pulgares en los bordes de su pantalón, apoyándose en las puntas de sus pies y esbozando una sonrisa sagaz y burlona—. Pero ya veo que no te vas —hace un puchero—, quería hacer algo romántico.
Yo resoplo mirándolo a los ojos, como brillan con diversión porque sabe que me provoca.
El pronto volvió a la normalidad después de ese día en la fiesta, siempre coqueteando, siempre atento a mis movimientos así puede meterme en problemas. Aunque ha estado considerablemente calmado comparado con su actitud anterior, no me ha metido en tantos problemas, casi ninguno. Nunca hablamos realmente de lo que sucedía con Victor, después de bailar juntos esa noche Jerome se alejó de mí, se perdió durante un rato y luego se fue a casa según lo que Nora me dijo. Yo volví a casa un rato después, con Evan, Gordon se quedó con Nora hasta el final de la fiesta.
Supongo que le gusta más Victor de lo que pensé, pero no creo que su intensión sea coquetearle, no se veía como eso cuando los encontré hablando en la piscina. Parecía más bien que Jerome lo admiraba como algo que no podía tener pero no estaba tratando de conseguirlo. Y no voy a mentir, eso pellizca un nervio dentro mí, el hecho de que lo respete tanto como para tratarlo así.
Él a mí no me respeta, más bien me ve como un juguete; es como un gato con una bola de estambre, me enreda y desenreda a su gusto.
Supongo que es normal, Kayla es su mejor amiga y quiero pensar que Jerome nunca haría nada como tratar de meterse en su relación. Tiene sentido. Aun así, siento que Jerome no me respeta de cualquier manera.
—Bras —Nelson se acerca a mí, sacándome de mis pensamientos y me abraza de repente, con fuerza y dándome palmadas en la espalda también—. Te voy a extrañar, amigo.
Yo lo abrazo de vuelta, a pesar de todo. Me alegro, aun así, de que estará lejos, en Utah, así no tendré que preocuparme de descubrirlo profanando a la madre de Jerome e irrespetando a su entrenador en estas fiestas.
—Igual, felices fiestas —le digo.
—¡Evan! —Nelson se voltea para abrazar a Evan quien se deja abrazar a pesar de tener una expresión de asco en su cara—. Felices fiestas, amigo.
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Besar a un ángel en la oscuridad |BL|
RomanceComo uno de los mejores jugadores de futbol del equipo universitario de Houlson, Bras Oliveira es elegido para vivir en el conjunto residencial fuera de la universidad perteneciente a su entrenador y especial para los jugadores estrellas, con el fin...