Inmortal ½

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Y allí estaba de nuevo.

En esa oscura, mugrienta, podrida, apestosa, inmunda caravana. Los muebles hechos polvo por la antigüedad y el maltrato. Moo pintaba las paredes de metal juntando el óxido, la humedad aumentaba esa flora creando un olor a petricot. Se juntaba con la basura de al rededor, creando una molestia en la nariz, picor de lo mal que huele.

Su estatuilla, esa estatuilla alguien le dijo que era para calmar a ese demonio que tiene dentro. Ese que le hizo su vida imposible, ese mismo que le arruinó su vida. Ese que le manipuló a todos y cada uno.

Papeles arrugados con sustancias diferentes rondaban por el piso, libretas llenas de runas o jeroglíficos se podían divisar, mojadas por llantos o alguna bebida que se le había escapado de sus labios o en un movimiento brusco y torpe.

Se cansó de investigar, se quiere dar por vencido pero de nada sirve. Siempre recae, siempre se encierra en su caravana, alejados de todo y todos. Le causa ansiedad a estas alturas, tiene miedo, es aterrador, el no saber qué puede hacer sin darse cuenta, dañar a inocentes, dañar a cercanos, dañar a quien ama.

Se estiró, soltando un suspiro ronco. Pasando sus dedos por las cuencas de sus ojos, las ojeras son enormes, día tras día, noche tras noche, el pasar de estos 6 u 8 meses lejos de toda civilización le cuesta cerrar los ojos, y sumado a que el payaso de los cojones podría aparecer cuando quiera o en un momento de pura debilidad.

Su mirada perdida solo denotaba cansancio. Sus pies descalzos descansando en el sucio piso, sus manos ahora en su regazo sin hacer fuerza, tirado como una muñeca, como la que tiene en su cama, no le gusta, estaba ya ahí desde que llegó y era como una compañía un poco tétrica pero chistosa.

Respiró hondo para luego exhalar, era aburrido, demasiado, estar allí, junto a toda esa mierda y solo con sus pensamientos.

«⎯¿Estás seguro de que quieres seguir siendo policía? ⎯preguntó el de cabellos rojos mirando con penumbra al mar violento. Las nubes se acercaban con ese color grisáceo anunciando la llegada de una tormenta. Cruzado de brazos, recuperando el aire que había perdido después de un día horrible lleno de adrenalina y muerte. La muerte de Torrente.

Sus cabellos rubios se movían al son del viento bastante fuerte, mirando a su "hermano" con ojos dudosos.

⎯Hicimos un juramento... Con Conway ¿Te acuerdas? en su casa. ⎯su voz salía decaída, aún no contestaba el receptor de estas palabras. Su mirada hetero cromática viajaba desde las rocas que eran golpeadas por las fuertes olas hasta el cielo que no era más que una pintura de blancos y grises. En su periferia podía ver a su acompañante pensando en su respuesta.

⎯...Me acuerdo perfectamente pero es que esto es- es..es puro dolor tío... Hecho de menos los tiempos en donde íbamos por la ciudad haciendo el tonto, sin preocupaciones... ⎯hizo una pausa, desviando su mirada a los matorrales, distrayendose un momento para luego continuar. ⎯Que nuestra única preocupación era dónde íbamos a dormir esa noche, porque no teníamos ni casa, pero éramos felices. ¿O no?⎯

Concluyó por ahora el rubio teñido, mordiendo su labio inferior, apretando el agarre de sus brazos cruzados, impaciente por cómo reaccionar cuando tenga que ir a dormir y seguir como si nada en ese trabajo de mierda.
El de cresta ahora despeinada bufó, sabe que su hermano tiene razón.

⎯Muy felices. ⎯una pequeña sonrisa se escapó de sus labios con el poco brillitos que se había colocado está mañana, también estaba nervioso, sudando frío con esta charla que podría cambiarlo todo, o no.

⎯Éramos felices, íbamos por la ciudad, no teníamos nada, pero yo era mucho más feliz que ahora que lo tengo. ⎯

Capaz haya un poco de rabia en sus palabras.
Pero lo que decía era la pura verdad, ya no quiere estar en la misma mierda y tener que soportar la muerte de inocentes.

Shots. [[SpainRP/Marbella Vice/Londoneye]]Where stories live. Discover now