TaeHyung era un alfa criado a la antigua y JungKook un omega muy enamoradizo, capaz de todo con tal de no perderlo.
"- Prometo cuidarte y respetarte. -"
Ojala lo hubieras cumplido.
[Te amaré hasta la muerte.]
- TaeKook.
- Violencia.
- Smut.
- Creenc...
El omega se encontraba salteando unas verduras, les echo unas cuantas especies y condimentos, movió un poco con el cucharón de palo y después tomó un poco de zanahoria con sus manos para poder probarla. Hizo un mohín con su boca y un sonidito de puro placer, le estaba quedando delicioso.
Agradecía a su madre que le haya enseñado a cocinar, limpiar, llevar el hogar, porque se casó tan joven que aprender eso en medio del matrimonio no era una opción, mucho menos con un esposo tan exigente como lo era TaeHyung.
Lo supo desde el momento en que lo conoció en esa cafetería.
Pasaron unos minutos en los que termino de cocinar sus guarniciones y platos principales, tapó las ollas puesto que todavía no serviría los platos, limpió sus manos y se retiró, yendo directo a su habitación para bañarse y cambiarse para recibir a su esposo.
Una vez frente al closet escogió lo que se pondría, una camisa color turquesa oscuro satinado, unos pantalones negros de cuero ajustados, que resaltaban demasiado su perfecta figura y unas semibotas negras.
Dejó todo sobre la cama y fue a meterse directo al baño.
El agua limpiaba todo su ser y sonrió al sentirse muy feliz, estaba esperando por su alfa en su tan preciado hogar.
Utilizó un humectante sin olor, puesto que le gustaba que le dejara la piel hermosa y suave y a la vez no aplacaba su aroma, a Tae también le gustaba eso.
Después de terminar su rutina de cuidado en el cabello dio una última enjuagada y salió de la ducha, tomó la toalla cerca de donde se encontraba y envolvió esta a su cadera, tomó otra toalla más corta para el cabello y salió del cuarto de baño mientras frotaba su cabellera contra la tela.
Empezó a ponerse su ropa interior y luego su camisa, abrochó botón por botón, y luego puso su pantalón, metiendo la parte de arriba dentro de la prenda recién puesta, se sentó un momento en la cama y puso sus calcetines para después calzar las botas, una vez así, se acercó hasta el tocador del baño y sacó la secadora del pequeño armario que se encontraba al lado, la conectó y empezó a secar su cabello.
Minutos después, se sentía listo, salió de sus aposentos y caminó directo a la sala, donde estaba su teléfono, para poder preguntarle a su pareja a qué hora llegaba.
Alfa💖💗
Hola mi amor. ¿Estás de camino ya?
Estoy subiendo al auto cariño, espérame.
De acuerdo cielo, cuidado.
El omega dejó de lado el teléfono y revisó que todo estuviera limpio y perfecto. Fue a la cocina y agarró un trapo pequeño, volvió a la sala con el en mano y limpió una vez más la mesa.
Se sentó en el mueble y se contactó con su mejor amigo para preguntarle que habían avanzado hoy.
Jiminie🐥💕
Enano.
¡No me llames así! No te pasaré las clases.
¿Cómo sabías que te pediría los apuntes?
Hoy faltaste por estar de calenturiento con tu alfa y ¿A quién más le pedirías la clase si no soy yo?
Primero, me casé y tenía derecho a celebrarlo, segundo, mi celo se adelantó así que no pude ir, recién acabó ayer y ya sabes cómo es Taehyung.
Un terrible territorial.
Exacto.
Ahora, no te quejes que cuando Nam te hace faltar yo te doy todos los apuntes.
No me agarres por el sentimiento.
Vamos Mimi, pásamelos.
Esta bien, en un momentito te envío los archivos y las fotos.
Te amo.
Oyó la puerta elevadiza de la cochera y supo que su alfa había llegado, dejó el aparato en el mueble y se paró al lado de la puerta, arregló unos pequeños detalles de su vestuario y esperó pacientemente a que TaeHyung abriera la puerta.
No pasaron más que unos segundos para escuchar las llaves chocar y las bisagras hacer un pequeño ruido, sintió a su omega saltar de felicidad, hasta que lo tuvo en frente y su felicidad se vio en un abrazo.
- ¡Alfa! – hizo un chillido de emoción.
Se escuchó una carcajada por parte del pelimarrón, prácticamente atrapó a su pareja que se había lanzado a sus brazos, soltó su maletín al suelo y pasó sus brazos y manos por la cintura del menor, empujó con su pie la puerta y se dedicó a compartir el mismo espacio con su esposo.
- Te extrañé mucho alfa mío. – habló JungKook.
El mayor separó un poco sus rostros, de tal manera que se puedan ver frente a frente.
- Yo también mi amor, estaba ansioso por llegar a casa, abrazarte, llenarte de besos, decirte lo lindo, hermoso, bello, perfecto y más que eres; comer lo que sea que hallas preparado, sé que estará delicioso y, por último, dormir juntos, pero antes una sesión de mimos para ti. –
El menor lloriqueó un poco.
- Eres perfecto Kim, soy egoísta porque no quiero que nadie se te acerque a robarme. –
- No me iré de tu lado, porque desde que aceptaste tomar ese café conmigo ya eres mío, eso quiere decir que no voy a dejar que te aparten de mi lado. –
La pareja se fue acercando y fue inevitable no darse un beso, ambos totalmente plenos y felices.
Sus bocas encajaban perfectamente, sus corazones latían al compás y sus vidas se juntaban. Cuando sintieron que la falta de oxígeno los atormentaba, se separaron con una sonrisa en los labios.
- Bienvenido a casa alfa. –
- Gracias mi omega. –
JungKook acercó su mano al cuello de su alfa y soltó aquella apretada corbata, después desabrochó el primer botón de la camisa y depositó un beso en la piel descubierta.
- Te amo. –
El azabache dio una sonrisa y se encaminó a la cocina.
- Siéntate alfa, ahorita llevo la cena. –
El nombrado hizo caso, llegando a la sala y sonriendo inconscientemente.
Era cierto o que dijo hace unos minutos.
No dejaría que lo separaran de JungKook.
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