TaeHyung era un alfa criado a la antigua y JungKook un omega muy enamoradizo, capaz de todo con tal de no perderlo.
"- Prometo cuidarte y respetarte. -"
Ojala lo hubieras cumplido.
[Te amaré hasta la muerte.]
- TaeKook.
- Violencia.
- Smut.
- Creenc...
Esa mañana me levante de la cama con un frío inmenso, pero mi padre me había pedido que este listo a las 6 de la mañana.
Ingresé a la ducha y luego de 15 minutos salí envuelto en una toalla por todo el cuerpo, me moría de frío, pero tenía que estar listo.
Me vestí lo más abrigado posible, una camiseta negra, pantalones de mezclilla, botas timberland y una casaca gruesa color verde militar. Listo
Tocaron la puerta.
- ¡JungKook vámonos! –
Salí apresurado del cuarto y fui tras sus pasos.
Estando una vez afuera, subimos al auto y arrancó, observé, estábamos yendo a un lugar lejano, muy apartado de la ciudad.
Llegamos a un terreno, totalmente llano y sin población.
- Baja y cambiemos de asientos, aprenderás a manejar. – habló mi padre.
Hice caso de inmediato.
Una vez sentado en el asiento del piloto empezó a explicarme.
- Colócate el cinturón de seguridad, no importa si vas solo a la esquina, no arranques sin tenerlo puesto. –
Abroché el cinturón.
- La palanca de cambio debe estar en neutro y gira la llave para que arranque el auto. –
Revisé que la palanca estuviera como me dijo y giré la llave. El auto arranco.
- Bien, ahora, aprieta el freno para que no se mueva el auto y saca el freno de mano, presiona el embriague y pones en primer la palanca de cambios y acelera lentamente, mientras sueltas el embriague lentamente para que el auto arranque. –
- ¿Puedes ir repitiendo los pasos para que entienda mejor mientras los hago? –
- Bien. –
Apreté el freno y saqué el de mano.
- Presiona el embriague y la palanca de cambios debe estar en primera. – dijo mi padre.
Lo hice, presione el embriague y lo puse en primera.
- Ahora, pisa el acelerador lentamente y mientras, suelta el embriague lentamente. –
Hice cada paso tal cual y pronto el auto avanzó.
- Bien, llegaremos hasta el pequeño monte de ahí. – señalo una pequeña ruma de tierra.
Estaba tan feliz de haber podido arrancar el auto, pronto llegaría el momento en que mi padre me ame, solo debo ser fuerte.
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