Monstruo

735 58 111
                                    

Craig Tucker

—¿Estás seguro de que no prefieres pasar la noche en mi departamento? —le pregunté al rubio que se encontraba sentado en un extremo de mi cama secando su cabello con una de mis toallas

—N-No, ya me siento mejor y es muy tarde, Clyde irá a buscarme temprano —me respondió este sin detener los movimientos de sus manos frotando la toalla con rapidez en su húmeda melena

—Está bien... —contesté con cierta decepción, si bien ya había pasado bastante tiempo de calidad con Tweek me molestaba un poco tener que dejarlo nuevamente, fingiendo que nada de lo que hicimos ocurrió, que yo solo soy un amigo más, mientras que tengo que ver cómo Clyde presume de manera descarada el ser su novio y se piensa que es el único digno de tocarlo.

Eran poco más de las una de la madrugada, Tweek y yo acabábamos de salir de la ducha, después de nuestro maravilloso encuentro nos quedamos un par de horas acurrucados en mi cama, dándonos caricias y mimos, charlando de cosas absurdas, como unos adolescentes enamorados, ignorando la triste realidad que estaba fuera de la habitación y olvidando todo inconveniente que no nos permitía estar juntos

Luego de eso decidimos darnos un baño para quitarnos el peculiar olor a sudor que estaba impregnado en nuestros cuerpos, tuve que ayudarlo en eso, ya que apenas dio unos pasos fuera de la cama su cuerpo dio a parar al piso y su caminar se entorpeció

Me sentí muy mal por eso, me disculpé un y mil veces, culpándome a mi mismo por la agresividad con la que atente contra el trasero virgen de Tweek, aunque siendo sincero, muy dentro de mí sentía cierta satisfacción personal verlo así, con el conocimiento de que yo había sido el causante de esa reacción en su cuerpo y yo había sido primero con el que se había atrevido a hacer tal cosa.

Había comenzado una pelea mental con Clyde, de la cual ni siquiera él estaba enterado, comenzó desde el momento en que llegue a South Park y los vi juntos, caminando tomados de las manos como yo solía hacer con Tweek, por obvios motivos no hice nada al respecto, simplemente me quedé callado y actúe como si nada malo ocurriese, no tenía el derecho de sentir aquellos infernales celos, no era correcto.

Las primeras semanas posteriores a mi regreso las había decidido invertir en acomodarme más a mí "nueva vida", desempacar mis cosas, buscar un empleo, mantenerme al tanto de los cambios en el pueblo, etc.

A medida que me iba acostumbrando a mi mudanza comencé a juntarme más con mi grupo de amigos de la infancia, todo iba muy bien, a ratos solía llegar a tener la sensación de que nada había cambiado, como si nunca me hubiera ido y hubiera crecido junto con ellos toda mi vida... Pero entonces los veía

Clyde tomando la mano de Tweek, manoseando su pierna, tomando su mentón para acercarlo a él y darle un beso cuando pensaba que nadie les prestaba, susurros que hacían sonrojar a Tweek, todo frente a mí, eso realmente me molestó

No soy celoso, nunca lo fui, cuando Tweek y yo éramos pareja nunca tuve la necesidad de sentir celos, pero ahora no podía evitar aquel malestar cada que Clyde estaba cerca, era ridículo, él ya no era mi novio
Gracias a eso termine con un sentimiento de rivalidad hacia Clyde, por supuesto, algo desagradable, él fue mi mejor amigo y socio por mucho tiempo y durante toda mi infancia, no podía creer el tipo de resentimiento que había desarrollado contra él

Pero estaba claro de mis sentimientos hacia Tweek y aunque en un principio no lo quise así, ahora no puedo resistirme a las ganas de tenerlo conmigo, mandar a la mierda a Clyde, suena horrible, pero es lo que mi subconsciente pedía.

Termine de vestirme y volteé a mirar a Tweek, el cual parecía estar perdido en sus pensamientos mientras observaba con detalle uno de sus zapatos con las agujetas sueltas, me acerque y me arrodillé frente a él para acto seguido amarrar los cordones de sus zapatos, ganándome un leve chillido de sorpresa del rubio ante tal sorpresivo acto

Happy Pills Donde viven las historias. Descúbrelo ahora