Happy Pills

Consuelo

Tweek Tweak

—Agh... N-No lo sé Clyde, no creo estar listo para esto, me siento muy nervioso —caminaba de un lado a otro en la habitación mordiendo mis uñas mientras Clyde terminaba de guardar todos mis panecillos en una canasta

—Tranquilo, ¿Tomaste tus pastillas? —me respondió vagamente mi novio, que en realidad parecía no prestarme la más mínima atención y solo daba respuestas al aire

—Ehm... S-Sí, ¡P-Pero eso no es lo importante! T-Tengo que hablar frente a un montón de desconocidos ¿¡Que pasa si digo algo mal y se ríen de mí!? ¡Seré el hazmerreír de toda la universidad! ¡Será como volver a la preparatoria! ¿¡Y si las magdalenas saben mal!? ¿¡Las probaste no es así!? —continúe con mis delirios, imaginando cada forma de la que podría terminar mal el día

Ya era viernes por la mañana, Clyde vino por mí más temprano que de costumbre para ayudarme a prepararme antes del evento, el cual comenzaría a las 9:00, pero nosotros tendríamos que llegar a las 8:15 para ayudar con la decoración y organización de las mesas

—Bien, ya está todo, andando —camino hasta la entrada con la canasta en brazos para colocarse su chaqueta que colgó en el perchero al llegar

—¿¡A-Andando!? ¡P-Pero ni siquiera hemos practicado lo que voy a decir! —exclame jalando de su brazo

—Tweek, cálmate, ya te escuché repetir el mismo discurso 6 veces, lo harás bien —dijo en un tono despreocupado, lo cual solo logro alterarme más de lo que ya estaba

—¿¡Y si no!? ¿¡Y si nadie quiere probar mis panecillos porque soy raro!? ¿¡C-Crees que parezco del tipo cuyas personas confían plenamente en lo que cocinan!? ¿¡Y si alguien termina intoxicado!? ¿¡Y si alguien muere y me culpan!? ¡No quiero ir a la cárcel! ¿¡Has escuchado lo que hacen en las duchas!? ¡No quiero que me-! —fui interrumpido por un panecillo en mi boca a medio comer

—Suficiente —me interrumpió con una mirada algo molesta, pero que cambió a comprensiva casi de inmediato— Solo estás nervioso, mientras hayas tomado tu medicina estarás bien en unos minutos, solo respira —vocalizo lento como si le explicara a un niño asustado lo importante que es para su salud ponerse una vacuna que rechazaba

—P-Pero yo-... —sentí que el panecillo era empujado aún más en mis labios

—Sin peros, ahora ponte tu suéter para irnos antes de que se haga tarde... Y termina de comer ese panecillo, están buenos —ahora sonaba como una madre molesta y mandona

—N-No me hables así... —resignado me comí el panecillo y me dirigí frustrado hasta la sala en busca de mi suéter.

Al llegar a la universidad ya me esperaban todos los de mi clase y mis maestros, Clyde nos ayudó un poco a ubicarnos aunque lamentablemente después tuvo que irse a clases, pero me prometió llegar a tiempo para cuando sea mi turno, gran parte de los profesores habían decidido suspender sus clases del día para disfrutar del evento, menos algunos de administración de empresas, carrera que Clyde estudiaba, esos viejos son demasiado tercos.

Nos ubicamos a lo largo del patio de entrada del campus, nos separamos por categorías, en cada carpa había entre 4 a 5 alumnos con sus respectivos platillos a mano derecha al entrar, a mano izquierda se encontraban carpas de los estudiantes de nutrición con sus distintos folletos y afiches sobre temas de salud y alimentación, en el centro había un gran escenario con parlantes que reproduciría música hasta la charla de nuestro director y fundador, al igual que los organizadores de este evento, Scott Malkinson y Sophie Gray, la pareja mayor conocida por padecer ambos de diabetes desde niños