El humor de las personas mayormente dependía de la actitud, uno podía sentirse el rey del mundo y no serlo, pero se sentía bien, y eso era lo que Gong Jun estaba haciendo, sentirse el mandatario supremo del universo, quizás era infantil, pero funcionaba las miradas se posaban en él más de lo normal.
—¿Por qué estás tan contento? – le pregunto Zhe Han, acababan de almorzar y estaban regresando a la habitación, el pelinegro no podía dejar de sentir que alguien lo perseguía.
—El sexo siempre me pone de buenas – contesto el perfumista.
—Pero... – Zhe Han lo miro confuso – si no hemos hecho nada hoy...
—Aun – dijo Gong Jun mirándolo sugerentemente.
—Pero acabamos de comer... por lo menos espera un momento... la digestión – Gong Jun soltó una carcajada, estaba descubriendo que Zhe Han era muy gracioso a veces.
—Conozco una manera de hacer digestión rápida—Gong Jun le dijo sonriendo de manera seductora.
—Eres un jodido pervertido. — Zhe Han se sonrojándose por lo natural que podía decir esas palabras Gong Jun.
—Pero este pervertido puede darte mucho placer y tú no te quejas– Gong Jun abrió la puerta de la habitación jalando a Zhe Han dentro, y pronto solo una sinfonía de gemidos y jadeos era lo que se escuchaba en la habitación.
>♡<
Hacía un calor infernal en Hawái, aun no tenía ni puta idea de cómo se había dejado convencer de ir a ese infierno, su mirada se perdía entre las chicas que caminaban escasas de indumentaria, eso era lo único bueno de ese jodido lugar caluroso, él estaba más acostumbrado al fresco clima de Pekín, sudaba como cerdo.
—¿Desea algo más señor? – pregunto un mesero.
—No gracias – contesto el hombre en inglés, el mesero asintió alejándose, entendía el inglés, pero no le gustaba hablarlo, sobre todo por qué haría un tremendo ridículo al no saber ni la tercera parte del idioma.
Se levantó caminando entre la multitud, se alejó del hotel, a lo lejos estaba una camioneta rentada, condujo en ella hasta llegar a un pueblo pequeño, habían pocas casas rodeadas de árboles, gallinas que se apartaron de su camino espantadas por la camioneta, y algunas ovejas y cabras, estaciono la camioneta al lado de un restaurante y paso de largo sin mirar a los hombres que bebían y escupían al piso lleno de hojas secas de los árboles, realmente no entendía cómo había gente viviendo rodeada de tanta planta joder.
—¿Desea algo señor? – pregunto una gorda mujer en un inglés mal hablado. Como no, eran gente de campo.
—Busco a Darío – le dijo en inglés, la mujer entendió solo una palabra.
—¿Darío? – Pregunto rascándose la barbilla –¿Qué asuntos tienes con mi hijo?
—Mire señora no entiendo nada de lo que me dice, solo llame a Darío – la mujer lo miro una última vez antes de entrar a la casa echa de hojas de alguna planta, sí que eran cavernícolas por esas zonas, ni casas de cemento tenían, espero un momento, un sujeto se acercó a él hablando en un inglés realmente malo y tratando de darle una gallina.
—¿usted me busca? – le pregunto alguien en un chino bastante precario.
—¿Eres Darío? – El chico asintió – ¿Qué demonios quiere este? – señalo al tipo de la gallina.
—Quiere cambiar su auto por sus gallinas – le dijo el joven.
—¿Qué está loco? Dile que aleje esa cosa de mí – Darío le dijo algo en un inglés rápido al hombre que se fue rumiando con su gallina.
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Slave To Your Scent [JunZhe]
RandomGong Jun desde joven fue una persona... bueno no hay mejor palabra para describir lo que "indomable" siempre inquieto, nunca estático en el mismo lugar ¿que era lo que más aborrecía? la responsabilidad, la rigidez como paredes encerrandolo impidié...