Hola, mi nombre es Gerard Way, actualmente tengo 36 años, estoy soltero y tengo una hija, la cuál veo solo los fines de semana, toda la semana trabajo, saliendo voy a mi casa y veo el televisor, y si piensas que es miserable mi vida, si, si lo es, toda mi vida lo fue, excepto cuando tenía 17, logré sentirme bien en mi adolescencia.
Muchos dicen que el destino nos prepara cosas y que todo pasa por algo, pero yo no, la vida me dio la oportunidad de ser feliz por primera vez, pero como suele ser típico de mi... lo arruine, mi único amigo solía decir que yo era muy fiel y que cumplía mis promesas... y eso fue lo que me convirtió en mierda.
Toda la secundaria fui golpeado y molestado, me llamaban gordo, obeso, albóndiga, etc. Las chicas huían de mi prácticamente.
¿Saben lo que es ser rechazado? ¿Ser golpeado solo por ser un idiota? Yo si, también se lo que es llegar a casa y que nadie note tu presencia, subir rápidamente las escaleras hasta mi cuarto, cerrar con fuerza la puerta mientras me quitaba mi estupido uniforme, solía mirar mi cuerpo sin camisa en el espejo mientras esos apodos rebotaban en mi cabeza, era un asco, me sentía la mayor mierda en el mundo ¿Cómo alguien tan feo podía existir? siempre terminaba cubriendo mi espejo, me tiraba a la cama a gritar en silencio, rogándole a la vida y a Dios que se apiadaran de mi y acabaran con esto. Para el último año de secundaria llegue distinto, mi cabello negro era largo, crecí unos centímetros, mi abdomen no era del todo plano pero ya me consideraba "delgado" mis labios crecieron, era otro Gerard, ojalá hubiera sido por hacer ejercicio o algo, pero todo se lo debo a las drogas, a pesar del gran cambio todo parecía ser igual, no dejaba de ser un nerd horrible y una escuela del carajo, pero algo cambio, y ese "algo" tiene nombre, Frank Iero, ojalá hubiera sabido cuidarte, el día que muera tu estarás en mi mente y me dispondré a cumplir lo que te prometí de jóvenes."En otra vida estaré contigo y no te soltaré"
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•Promesas• (Frerard)
FanfictionPrometer cosas es muy fácil,pero ¿Acaso puedes cumplirlas?