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Por fin pude volver a la escuela, mi cara aún se veía un poco morada, y no podía cubrir los golpes por órdenes del médico, no volví a saber nada de Frank desde el aquella noche, me bloqueó de todos lados y al ver eso, yo también lo hice, definitivamente lo nuestro se había acabado, cuando llegue al colegio con Mikey Ray y Bert me recibieron en la entrada, me alegro verlos, sobre todo a Ray, por fin había vuelto.

-Gerard-

-¡RAY!- Corrí a sus brazos, el me cargó y giramos, mientras reíamos-

-Te extrañe tanto, y amo tu cabello rojo-

-Oh gracias-

-¿Ya no te duelen?- baje la mirada y discretamente puse un mi fleco sobre mi ojo-

-Para nada, pero ven, cuéntame cómo estuvo el viaje, te extrañamos mucho, y digo extrañamos porque Mikey no dejo de preguntar por ti- ambos abrieron los ojos de sorpresa y se sonrojaron, Mikey me dió un leve golpe-

-Oh ¿De verdad?-

-E-eh si, claro, extrañe tu, todo, tu linda cara- no pudimos evitar reír Bert y yo- No, no tu linda cara, osea si es linda pero, mierda, solo, es cool que vuelvas es todo

-Yo también extrañe ver tus lindas gafas Mikey- ambos agacharon la mirada y se sonrojaron-

-Wow, que gay se vio esto-Dijo Bert mientras se recargaba en mi hombro, comencé a reírme y ellos también, finalmente entramos, Mikey se fue a su salón y se despidió a de todos, la química entre ellos era increíble, tantos años de amistad con Ray, y ellos siguen sonrojandose y sintiendo los mismos nervios del principio, era obvio que sentían más que cariño, se conocían a la perfección el uno al otro, parecido a mi y Frank, excepto que, el lo dejo de sentir, y yo... Yo aún lo sentía.

Bert y yo nos unimos mucho durante mi recuperación, íbamos caminando los tres, cuando de frente venía Frank Iero, pero no venía solo, una mano tomaba la suya, mi intuición nunca me engaño, era Jamia, y si, traía el anillo que algún día yo tuve, los mire y rápidamente desvíe la mirada, finalmente lo conseguí, podía fingir que no pasaba nada cuando por dentro me rompía, Ray y Bert me preguntaron si estaba bien, obviamente les respondí que si, entramos al salón, y nos sentamos, estábamos charlando en paz, cuando de pronto Bert puso su mano sobre la mía, me sentí muy confundido, levanté la mirada y lo ví, el me miró y lentamente la quitaba, pero no lo permití, le sonreí y enlace mis dedos con los de el, nos sonreímos y Ray se puso un poco serio, cuando estaba por hablar la maestra entro, así que se sentó y la clase comenzó.

Bert me susurraba cosas y me hacía cosquillas, jugaba con mi cabello, me miraba dibujar, y tomaba mi mano por debajo de nuestra mesa, de pronto la profesora tuvo que salir y dejo unos ejercicios de cálculo, los termine rápido, saque mi libreta de dibujo, pero cuando estuve por empezar, Bert me dió uno de sus audífonos, se recargo sobre la pared, yo me recargue en su pecho y comencé a dibujar, el solo me miraba y acariciaba mi cabeza, baje un poco mi libreta y me di cuenta de que Frank nos miraba, su mirada era muy penetrante, no sabía si era tristeza, decepción, enojo u otra cosa, parecía que no lo conocía, finalmente salimos a receso, estaba caminando hacia la máquina expendedora cuando Bert me llamo, me gire y el tomo mi mano, sentí las miradas de todos encima, pero íbamos tomados de la mano, parecería que el de verdad había cambiado.

-Gerard...

-¿S-si?

-Yo... Te amo-

-Bert, yo-

-Lo se, lo se, se que es reciente lo del pendejo ese, pero, de verdad te amo, y estoy dispuesto a esperarte el tiempo que sea, de verdad quiero estar contigo, pase lo que pase-

- ¿Cómo se que no me ocultaras? Igual que la primera vez-

-Por esto- Y sin aviso alguno, me beso, en medio de la cafetería, todos nos miraron, inclusivo Frank, Mikey se quedó helado, igual que Ray, es que de verdad no tenía miedo- Lo siento, solo quería demostrarte que hablo enserio, pero aún que tú respuesta sea no, seguiré apoyandote-

-Si Bert-

-¿Si?-

-Quiero andar contigo-

-¡ARTHUR!- Pegue un brinco al escuchar como Mikey me gritaba- ¿Será que puedes dejar un rato a tu... Novio, y hablar conmigo?-

-Y conmigo- dijo Ray

-S-si, voy, ahora te veo Bert-

-Claro... Cariño- le sonreí y solté su mano, corrí fuera de la cafetería con los chicos, de reojo mire a Frank sentado mirando todo- ¿Qué pasa?

-¿Qué pasa Gerard? Pasa que acabas de aceptar ser novio del chico que te metió a las drogas y te destrozó el corazón por primera vez- Dijo Ray-

-Te amo Gerard, eres mi hermano mayor, se que el te a ayudado mucho, y te distrae, pero ¿No puedes ser su amigo?-

-El dijo que me ama-

-Pero tu aún amas a Frank- continuo Ray-

-Mira, no importa lo que alguna vez hizo, nadie merece esa mierda, ni siquiera el- dijo mi hermano-

-¿De qué mierda hablas?- pregunté-

-Tu no lo amas, tu solo quieres sentirte querido, para olvidar a otra persona, de esa mierda hablo-

-Pero-

-Esta mal que ames a alguien que ya te mira como a un simple desconocido, pero no por eso debes ilusionar a alguien más...-

-Como te ilusionaron a ti- Mis ojos se inundaron-

-El y yo rompimos hace demasiado tiempo, pero...- Ray me interrumpió-

-Tu no te diste cuenta-

-No... yo no quise aceptarlo- ambos me miraron con lastima- Pero ya lo hice, y me rompió el alma, si acepte salir con el, es porque podré ser yo mismo, y no me esconderé, si ustedes no apoyan mi decisión está bien, no los juzgo, digo, el idiota que se enamoro de su mejor amigo y apostó su vida completa fui yo, quien perdió todo en el puto juego del amor, fui yo, gracias por preocuparse chicos, los quiero, los veo luego- Camine dentro de cafetería y hay estaba Bert, me daba la espalda, me senté y almorzamos juntos, no era mentira que me sentía bien con el, pero, ni siquiera tenía comparación con mi Frankie...

El me hacía reír, pero no me hacía llorar de risa, sin duda le tenía mucho afecto a Bert, pero no era amor, lo positivo de esto fue que, pude comprarme como toda un adicta, mi homosexualidad salió a la luz, a papá ya le daba igual, Mikey se sentía feliz por mi, igual que Ray, y Frank, el solo existía, lo veía caminar en los pasillos, pasaba junto a mi, nos encontramos aveces cara a cara en el baño y nada... Volvimos a ser desconocidos, ya ni siquiera me molestaba en mirarlo, sabía que el no lo hacía, para el todo era Jamia, como para mí lo era Bert, y así pasaron las horas, los días, las semanas y los meses...



•Promesas• (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora