Unknown (Shisui x Tu)

5. Oh vamos

(_______) Senju

Ya habían pasado unas semana desde que me supe un poco más de Shisui,nos habíamos hecho amigos, la verdad que me agrada bastante.

—Hey— La voz de Shisui me saco de mis pensamientos haciendo que lo mire anonada.

—Perdón me quedé pensando—

—Me di cuenta— El río por lo bajo comenzando a caminar he indicando que lo siguiera. —Como te decía, ¿Vendrás conmigo esta tarde?— Preguntó.

—¿A donde?— Pregunté alzando la vista, mi uno sesenta y cinco no es nada al lado de Shisui.

—Es sorpresa—

—Esta bien y claro—

El sonrió algo emocionado cosa que me hizo reír por la ternura.

—Vamos— Dije apurando el paso ya que estábamos cerca del salón.

¡Hasta tenía clases con el y no lo conocía! Si que vivo encerrada en mi burbuja.

El asintió y entramos al salón.

...

—Te quiero aquí a las ocho— Avisó Tobirama.

—¿Que llegue a las diez dice?— Me burle ganandome una mala mirada por su parte.

Mi teléfono vibró y salí encontrándome con Shisui recostado de su auto.

—Lo siento, tío amargado— Reí por lo bajo al compás de el.

No duramos mucho para emprender camino a donde sea que el que se dirigía.

Tardamos mucho en el trayecto hasta que llegamos a lo que parecía un bosque.

—Ven— El extendió su mano la cual tomé con el ceño fruncido y el comenzó a caminar.

Estuvimos caminando menos de diez minutos hasta que nos detuvimos cerca de un lago, observé todo detenidamente, había una gran cantidad de árboles, algunos eran de hojas naranjas, otros de hojas color lila mientras que otros se veían rojos u verdes, bajo el agua también habían plantas, tenían un color rojo y rosa bastante peculiar, su agua era cristalina. Todo en ese lugar parecía de cuento de hadas quizá, por mi mente nunca paso un lugar así o más irreal.

—Es lo más... Hermoso que he visto— Masculle aún observando todo sin creerlo.

—¿Y te digo lo mejor?, Es completamente natural—

Abrí los ojos a más no poder por la sorpresa cosa que le pareció muy graciosa ya que comenzó a reír.

—¿Tiene nombre?— Pregunté comenzando a caminar alrededor del lago junto a él.

—No que yo sepa— Contestó.—¿Te gustaría ponerle uno?— Preguntó a lo que yo sonreí asintiendo.

Luego de muchos nombres malos seguíamos sin decidir.

—¿Que te parece, el lago de siempre y para siempre?— Pregunté.

—Suena bien—

—Ya está decidido—