Deseo Intenso

EXTRA 1: Los celos de Hinata y un secreto descubierto

Luego de una larga y exhaustiva práctica en el club de volleyball de Karasuno, todos se dirigieron hasta Sakanoshita por algo de comer antes de ir a casa.

—¿Es una linda noche no Hinata?— le preguntaba Sugawara para confirmar lo que creía al ver un cielo despejado.
—Um, si...— le respondió el pequeño algo inquieto. Se notaba que estaba buscando algo a su alrededor, alguien que había perdido de vista.
—¿Estás bien? Te noto algo impaciente.
—Kageyama... Kageyama no está, ¿A dónde se fue?— preguntó preocupado, algo no andaba bien, presentía algo desde su pecho.
—Tranquilo, él se adelantó con Tsukishima y Daichi a Sakanoshita. Seguramente te está esperando allá.
—Ah...es cierto, lo había olvidado, perdón— suspiró algo calmado.
—Te has vuelto muy sobreprotector con Kageyama ¿no es verdad?
—¿Eh? ¿Yo sobreprotector? ¡Claro que no! Es solo que cada vez que pienso que estamos juntos me imagino que solo es un sueño. Yo lo llegué a amar demasiado y se ha convertido en una parte vital para mi, por eso quiero estar a su lado siempre.
—Es sorprendente como has madurado mentalmente todo este tiempo, parece que tu relación te hizo bien. Me alegra tanto que seas feliz.
—Gracias.
—Hablando de otra cosa, ¿mañana es su primer mes aniversario como novios no es cierto? ¿ya tienen pensado qué hacer?
—¡Si! Kageyama y yo vamos a-...— el pelinaranja de pronto se quedó callado y dejó de caminar, era como si se convirtiera en una estatua.
—¿Hinata?

Ese mal presentimiento de antes no era solo una simple coincidencia, pues en ese instante, Hinata pudo presenciar una escena desagradable ante sus ojos. Una chica desconocida le entregaba avergonzada a Kageyama un sobre rosa con un pequeño corazón en medio, era obvio que se trataba de una confesión de amor.

Sentimientos desconocidos comenzaban a apoderarse de él sin que se diera cuenta. Cuando la jovencita se retiró, el anaranjado se acercó tan rápido y lo más casual que pudo al azabache, para poder preguntar:
—¿Qué quería?
—No era nada por lo que debas preocuparte, en cambio por tus malas recepciones sí— le respondió evadiendo la mirada y guardando discretamente la carta en su mochila.
—¡Serás un-!
—Vengan todos por sus bollos de carne antes de que se enfríen—exclamó Daichi saliendo de la tienda con dos bolsas en la mano —Cuando terminen vayan directamente a casa.
—¡Si!

Hinata comenzó a sentirse raro, no podía explicarlo en palabras, pero si sabía que le irritaba algo.
—Yo me voy, gracias por todo — dijo el pequeño sin más y retirarse del lugar, el tono de voz con lo que lo dijo parecía ser de alguien completamente diferente a esa persona amable y feliz a la que estaban acostumbrados, por lo que dejó a sus demás compañeros desconcertados. 

✤✤✤

A la mañana siguiente, por ser sábado, el club tenía entrenamiento todo el día. Antes de ir a la práctica, todos debían cambiarse de ropa y para eso primero se encontraban en la sala del club. Para sorpresa de los de segundo y tercer año, antes de llegar al lugar, se escuchaba un tremendo y ruidoso alboroto que provenía dentro de la sala del club por lo que se dispusieron a apresurar el paso para averiguar lo que pasaba.

Lo que encontraron fue la sala de club hecha un desastre, todo objeto grande o pequeño que había en la habitación estaban tiradas por el suelo, sin contar el ambiente tenso entre Hinata y Kageyama.

—¿Qué pasó aquí?— preguntó Sugawara preocupado.
A lo que Tsukishima respondió:
—Yamaguchi y yo llegamos primero a cambiarnos. Desde que Hinata entró notamos que estaba raro, unos minutos después Kageyama llegó y cuando trató de darle un beso como lo hace todos los días, Hinata se puso como fiera y comenzó a lanzarle cualquier cosa que podía a la cara.
—¿Eeh? Pensé que Hinata era de las personas tranquilas ¿Por que se habrá puesto así? — dijo Asahi, asustadizo frente a la situación.
—Mmm yo creo que sí lo es, pero cuando se trata de defender algo que es suyo supongo que su personalidad cambia.
—¿Defender lo que es suyo?
—Desde ayer que vio a una chica dándole un sobre a Kageyama se puso así. Es algo nuevo para él experimentar ese tipo de emociones— explicó Sugawara en voz baja.