Desde ésta mañana se estaba llevando a acabo un partido de práctica contra Datekō, la situación no era nada alentadora para Karasuno, pues en vez de mejorar a medida que avanzaba el partido sucedió todo lo contrario, el marcador disminuía cada vez más y más.
¿La razón?, desde el cuarto set Kageyama no lanzaba buenos pases, o eran demasiado cortos o demasiado largos o simplemente la pelota le rebotaba en la cabeza antes de que pudiera atraparla con las manos.
—¡CHIIEEE! Kageyama no da ni una, ¿Le pasará algo?— se preguntaba Sugawara con preocupación.
Desconcertado, el entrenador Ukai pidió tiempo fuera para Karasuno. Debían de resolver esa situación cuanto antes, ya que también se acercaba un torneo pronto.
—Kageyama ¿hay algo que te esté molestando? —le preguntó el entrenador.
—Lo hay...—respondió el pelinegro frunciendo el ceño.
—¿En serio? ¿Qué es? —Dijo Daichi sorprendido, para que Kageyama perdiera la concentración en el deporte que amaba debía ser algo grave.Al cabo de unos segundos con la cabeza baja, la alzó para dictar palabras sinceras y sin tapujos:
—¡Hinata es muy sexy!
...
—¿¡QUEEE!? —gritaron todos los presentes.Es decir, quién se iba a esperar que algo como eso fuera lo suficientemente "grave" como para que el armador genio de Karasuno se desconcentrara tanto.
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Por lo pronto, el entrenador Ukai fue a forzar una conversación "importante" con el entrenador contrario para ganar algo de tiempo para los demás que intentaban resolver el problema, era en ese momento o dejar que siguiera empeorando.
—No podemos solo sacar a Kageyama y a Hinata de los partidos, los necesitamos —dijo Ennoshita.
—Si no encontramos una solución es posible que pase no solo hoy —afirmó Daichi.
—Pero si sigue así no podremos jugar en el torneo local de Miyagi —dijo Sugawara.Mientras todos los demás discutían sobre la situación y una posible solución, Kageyama, quién estaba en silencio, cambió radicalmente de expresión en su rostro, una que mostraba depresión y enojo infantil muy llamativa parecida a la de alguien conocido, lo que atrajo la mirada de todos, en especial la de Hinata.
—¡Oye! ¡No imites la cara de Bokuto-san, das miedo! —exclamó el anaranjado.
—Espera, ¿no me digas que estas así por que Hinata no te dio un beso antes de comenzar el partido como lo hace siempre? —preguntó Tsukishima con desagrado.
...El silencio del azabache les confirmó que esa era la causa de todo. Sin importar lo trivial que sonara, todos sabían que sería una razón suficiente para hacer ese problema posible.
Siendo el primero en reaccionar, Tanaka carcajeo:
—Jajaja ¡y que esperabas! Llegó tarde y a penas le dio tiempo para cambiarse de ropa.
—Yo más bien creo que está frustrado porque Hinata lo ignoró por completo cuando se preparaba para besarlo —comentó Yamaguchi.
—Ooh, Kageyama se volvió un niño muy empalagoso —se sorprendió Daichi.
—Es solo un berrinche más del rey —Dijo Tsukishima.
—¡No es solo por eso! —gritó Kageyama— Cada vez que Hinata me besa antes de comenzar un partido, siempre rindo mejor y mi concentración es más del 100% por eso necesito hacerlo. Además... también hace que calme mi instinto sexual.
—Ugh...que pervertido —se asustó Hinata.
—Mmm...Pero es cierto que desde que Hinata y Kageyama son novios, él ha mejorado bastante, no solo en sus colocaciones si no en todo lo demás —dijo Sugawara.
—¿Estás diciendo que gracias a los besos, Kageyama se vuelve mejor? —le preguntó Daichi.
—Si, después de todo es más bien como un ritual de buena suerte eso del beso ¿o no? —Sugawara se dirigió hacia Hinata.
—¡No, no, no, no! Yo solo lo hago porque Kageyama me obliga —trataba de negar el anaranjado.
—No mientas, que también lo disfrutas —le desmintió el pelinegro.
—¡Cállate!
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Deseo Intenso
Fiksi Penggemar¿El deseo también puede convertirse en amor? Hinata y Kageyama, dos chicos estudiantes de preparatoria se ven envueltos en una serie de situaciones sexuales causadas por una tonta pelea, lo que resulta convertirse en algo más entre ellos. 🍋Haikyū...