Capítulo 19

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Cuando Jayson dijo que pasaría por mi esta mañana, no imaginé que se refería a enviar a Thompson en el Roll Royce.

No había hablado con el en todo el día, y aunque moría de curiosidad, no me atrevía a preguntarle por su noche de amigos. Aunque tampoco estaba segura si mi papel de novia formal me justificaría.

Pensar en eso provocaba en mi un nerviosismo inevitable, pero me gustaba.

>>Me gusta ser la novia de Jayson.Pensé mientras recogía los bocetos de la última campaña y bostezaba exhausta.

Por otro lado, la pelea con Ethan aún daba vueltas en mi cabeza una y otra vez, ni siquiera había podido dormir en toda la noche. El nudo que tenía en el estómago me impedía pensar con claridad, y necesitaba resolver el asunto cuanto antes, después que él se disculpara por supuesto.

-Allison necesito hablar contigo.- La voz de mi jefe, Bastian Lerman, me hizo dar un Respingo mientras despejaba todos mis asuntos personales de mi cabeza.

-¿Ocurre algo malo?- Pregunté siguiéndole a su oficina con paso apresurado.

-En realidad no estoy seguro.- Suspiró e hizo una seña para que me sentara frente a el y así lo hice. -La campaña de Miller Nanochips ha sido cancelada

-¿Que?

-Temporalmente al menos, o eso es lo que se me ha informado. ¿Tu no tendrás alguna otra información ?

-¿A que se refiere?

-Bueno... Miller y tú se han visto... Involucrados, ¿No es así.

-¡No! Bueno en realidad si. Pero... yo no.- Tartamudeé intentando comprender de que iba todo esto de cancelar un proyecto que parecía tan prometedor.

-Bien, no debí preguntar. No quiero husmear en tu vida privada o algo parecido. Lo resolveré. Puedes volver al trabajo.- Habló aceleradamente y antes de tener la oportunidad de pensar una respuesta me encontré en mi cubículo, con la mirada fija en la pantalla, sin entender que demonios ocurría.

Bastian era consiente de la quima que se desprendía cuando Jayson y yo estábamos en la misma habitación. Por supuesto, cualquiera lo notaría, pero aquello era algo que iba mas allá de mis capacidades de control, y aunque pudiese, no lo modificaría.

Cuando el reloj marcó la hora del almuerzo, todo el piso se vació con la rapidez usual, y sin esperar más, me dirigí al elevador con destino al piso veintisiete para averiguar de que iba todo el asunto de la campaña.

Aún no comprendía como el simple hecho de ver a Jayson revolucionaba mi cuerpo de forma abrumadora, tanto física como mentalmente. Y mientras acomodaba mi falda lápiz, inspeccioné mi labial rosado en uno de los espejos del ascensor, al tiempo que el sonido del timbre anunciaba que ya estaba en mi destino y las puertas se abrían dejando ver el enorme piso frente a mi.

Caminé calmadamente a través del reluciente piso encerado en dirección a la recepción, mientras con un gesto de cabeza saludé a los enormes guardias que se encontraban de pie frente a la puerta, los cuales respondieron con un par de amigables sonrisas que no parecían cuadrar en sus caras serias.

-Hola.- Saludé a Lisa, la morena y delgada secretaria, sacándola de su transe frente al monitor.

Me miró un par de segundos de pies a cabeza, casi inspeccionandome, como si necesitara atravesar alguna prueba de presentación y finalmente sonrió.

-Vengo a ver a señor Miller.- Dirigí mi mirada hacia los guardias que bloqueaban la entrada una vez más, entendiendo que probablemente Jayson estaría ocupado. -Pero si no es buen momento puedo regresar mas tarde.

Al borde del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora