Veo mi oscuro reflejo en el espejo mientras que mis ojos intentan no romper a llorar.
Te echo de menos, es una realidad pero más que eso te necesito aquí conmigo.
El viento sopla y los árboles gritan de rabia al no tener tu presencia al igual que mi corazón me pide desahogo al sentirme culpable de lo que pasó aquella noche.Después de tanto tiempo he decidido coger valor y adentrarme en tu maravilloso y peculiar mundo: tu habitación.
Siempre me dijiste que podía entrar cuando quisiera pero sabes que siempre decidí respetar tu privacidad.Me armé de coraje y con algo de temblor en las manos abrí la puerta.
Lo primero en lo que me fijé fue en tu bonita manera de ordenar la habitación y fue algo que me llamó la atención ya que la tenías ordenada por colores.
Como en tu vida la música era el centro de todo en tu aposento no iba a ser menos, el piano era el centro de este.Con algo de aplomo me senté en el sillón en el que cada tarde te sentabas y acariciabas las teclas y con temor en mis manos hice lo mismo. Decidí tocar las partituras que reposaban en el atril esperando que alguien les volviera a dar vida . Aquí sentí tu pasión por la música, algo que decías que te llenaba.
Después de pasar por el centro de tu universo, me acerqué a tu mesa.
Allí estabas la gran parte de tu tiempo escribiendo y leyendo, cosas que te apasionaban.
Siempre pensé que eras arte, tus ojos me lo decían y tu actitud me lo demostró. Tan creativa, tan ilusionada, tan única y especial. Así eras tú.Me detuve en un cofre de madera de roble que encima de tu mesa yacía tranquilamente, con algo de temor lo abrí y me encontré unas cartas.
Con algo de azar elegí una que al abrirla me dio nostalgia y con el corazón en un puño me decidí a leerla.
Antes de hacerlo, me fijé en tu buena caligrafía, era limpia y sencilla al contrario que la mía, se notaba tu dominio con la pluma.La carta decía algo así:
"Separados pero nuestras almas unidas. Nos encontramos en la calle donde todo comenzó.
Tu expresiva mirada se fusionó con la mía que era tímida y cabizbaja. Tus labios se alzaron esbozando una hermosa sonrisa a la cual los míos respondieron enseñando mis pequeños dientes.Nuestro interior gritaba por ambos:" abrazaos, habéis pasado momentos difíciles " pero nuestro tímido e introvertido cuerpo ignoró está fuerte y latente voz.
Nuestros corazones pedían estar unidos , al igual que nuestros cuerpos pero nuestra timidez impidió esto que ambos deseábamos .
Al final , bajo la lluvia y sin ninguna palabra , nuestras miradas se despidieron sin saber cuándo se iban a volver a encontrar."
Te quiero
Magnolia
Esta carta me transportó a nuestra juventud, llena de deseo, risas, descubrimientos y sobre todo nuevas e irrepetibles experiencias. Especialmente, me llevó a tu vigésimo cumpleaños en la que juntos nos divertimos.
Como niños bajo la lluvia bailábamos al ritmo de nuestra canción favorita y nuestra respiración seguía el mismo compás: 3/ 4Recordar esto me hizo querer volver a estar contigo, a sentirte, acariciarte o abrazarte.
Con solo leer una carta mis ganas de llorar aumentaron pero me contuve.Con el paso del tiempo me di cuenta de que los libros formaron una gran parte de ti, siempre me dijiste que te encantaría haber vivido en aquellos mundos mágicos a los cuales te transportaron los libros. Esos mismos en los que la magia existe, hadas te acompañan en tu largo camino por un frondoso bosque o en aquellos en los que viajabas por todo el mundo.
En este momento tenía sensaciones encontradas, la alegría de recordarte me hacía sonreir pero de nuevo, mi corazón pedía todo lo contrario.
Con algo más de tranquilidad me acerqué a tu estantería y decidí sentarme en la alfombra que se posaba bajo ella.
Elegí un libro al azar e hice lo mismo que tu hacías, olerlo.
Entre las hojas percibí tu olor algo que me hizo sonreir tímidamente, leí algunas de las páginas que tenías marcadas y ahí verdaderamente te entendí.Al entenderte quise indagar más en ti y esto incluyó al miedo dentro de mí; volví a leer otra carta tuya.
"En un viejo sofá, solos tu y yo.
En un viejo sofá, rodeados de libros y música.En una vieja habitación de un palacio destruido a media noche, mis ojos se cruzaban con los tuyos pero los tuyos estaban protegidos por el marco oscuro de tus gafas.
En mi regazo, tumbado y con la respiración tranquila, mi delicada mano se fusionaba con tus gruesos mechones color miel.Con pianos, partituras y cuadros observándonos, nosotros leímos sin importar nuestro alrededor. Una cosa que siempre me gustó de ti fue tu apasionante gusto por la música y la lectura.
El abanico que formaba tu característico gusto musical que empezaba por Bach y acababa por La Oreja de Van Gogh pasando por Michael Jackson o Halsey. "
Magnolia
Leer esta carta me llevó a la noche en la que todo ocurrió. Recordar esto me hace pensar la horrible y monstruosa persona que soy.
Quererte y tenerte en mi vida fue lo mejor que pude hacer teniendo en cuenta lo mal que estaba.
Esa noche para mí mente es imborrable y me castigo con eso todos los días.
Cada día, cada hora, cada minuto vuelve a mi cabeza el momento en el que por mi culpa te perdí.Tu familia intentaba (e intenta) tranquilizarme con que fue un accidente y si, así sucedió pero para mí fue una demostración de la persona que soy.
En este momento, las lágrimas empezaron a inundar mi entristecido rostro. Al no verme nadie comencé a desahogarme solo ya sea con palabras hacia mí mismo o con heridas.
10 años han pasado y sigo pensando lo mismo: todo fue por mi culpa.Desde esa noche, todo se volvió de un tono gris oscuro para mí, sin brillo alguno ya que con tu efímera marcha todas las estrellas que iluminaban el cielo desaparecieron.
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Microrrelatos
RandomPequeños relatos, pensamientos explayados en palabras, miles de historias con las que sentirte identificadx.